Friedrich Merz, futuro canciller de Alemania, un conservador perseverante

Ha esperado más de veinte años, pero la espera ha tocado a su fin.  El triunfo del bloque conservador CDU/CSU en las elecciones anticipadas del domingo 23 de febrero colocan al líder democristiano, Friedrich Merz, en la vía para materializar su sueño de convertirse en canciller. A sus 69 años, Merz se prepara para tejer un Gobierno de coalición con los socialdemócratas, los grandes derrotados de los comicios, y espera conseguirlo a más tardar en Semana Santa, que este año cae a mediados de abril. Si lo logra, llegará al cargo con nula experiencia de gobierno, ni siquiera local o regional, pero con amplia trayectoria en los negocios.

En la campaña electoral, prometió reactivar la menguante economía alemana y cortar la inmigración ilegal. También juró y perjuró que mantendría el cordón sanitario (Brandmauer, cortafuegos, como se le llama aquí) contra la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), la segunda fuerza más votada en las elecciones. En el frente internacional, reclamó ya el domingo por la noche una Europa menos dependiente del Estados Unidos de la era Trump. 

Friedrich Merz es, desde luego, un aspirante tenaz, como prueban tanto su espera paciente fuera de la política, tras ser descabalgado por una Angela Merkel que se lanzaba a por el poder, como sus reiterados intentos por alcanzar el liderazgo del partido cuando decidió regresar por sus fueros.

Planes anunciados 

Merz ha prometido reactivar la menguante economía alemana y cortar la inmigración ilegal, mantener el cordón sanitario a la ultraderecha y, en el frente internacional, fomentar una Europa menos dependiente del Estados Unidos de la era Trump

En el 2002, Merz fue desalojado de su puesto de jefe del grupo parlamentario conservador en el Bundestag (cámara baja del Parlamento) por la entonces líder de la CDU, Angela Merkel, que veía el puesto como plataforma útil para ella hacia la cancillería del país. Tres años después, en noviembre del 2005, Merkel se convertía en canciller. Merz, amargado por el desalojo y por la ruptura de su carrera, dijo adiós a la política en el 2009 y se dedicó a los negocios.

Como especialista en política fiscal, trabajó en un importante bufete de abogados, y más tarde presidió el consejo de supervisión de la filial alemana de BlackRock, gigante estadounidense de gestión de activos. Ha hecho mucho dinero, y tiene aficiones pudientes: es piloto y vuela él mismo a los mandos de su avión privado. Nacido en 1955 en Brilon (Renania del Norte-Westfalia), estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Bonn. Antes de desaparecer de la política, fue eurodiputado (1989-1994) y diputado en el Bundestag (1994-2009). Es católico, está casado, y el matrimonio tiene dos hijas y un hijo.

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Cuando a finales del 2018, Angela Merkel anunció que no se presentaría a la reelección a la presidencia de la CDU, Friedrich Merz corrió a postularse como candidato a relevar a su antigua rival. Pero fracasó: Merkel logró que fuera elegida su favorita, Annegret Kramp-Karrenbauer. Cuando esta cayó en el 2020 por su débil liderazgo ante los tejemanejes de los democristianos con la ultraderecha en Turingia, Merz volvió a postularse para liderar el partido. 

Tampoco entonces fue elegido. La CDU optó como presidente por Armin Laschet, quien acabó también cayendo tras perder las elecciones generales de septiembre del 2021. Merz se postuló por tercera vez, y entonces sí, el 22 de enero del 2022, los democristianos le eligieron presidente. Ese día se vio a Friedrich Merz emocionado, casi al borde de las lágrimas. “Debemos ser una oposición fuerte”, arengó a las filas.

En su regreso a la política alemana

Friedrich Merz intentó tres veces ser elegido presidente de la democristiana CDU; lo consiguió en el 2022 y casi llora de emoción

“Merz intentó liderar el partido tres veces y perseveró, es un luchador; ser canciller es el sueño de su vida”, señala Wolfgang Schroeder, politólogo de la Universidad de Kassel. “Puede decirse que ha hecho un buen trabajo como jefe de la oposición a nivel retórico. Pero como líder presenta dos problemas. Por una parte, del 2009 al 2018 estuvo ausente de la política; eso significa que le faltan diez años de comprensión cotidiana de los cambios en el país, fue ciudadano pero eso no basta. Y por otra parte, no ha dejado claro hacia dónde quiere llevar a Alemania. Le hemos visto cambiar de idea sobre temas en un mismo día; eso no es bueno para un gobierno”.

Pese a esta relativa indefinición, sí está claro que Friedrich Merz ha movido la democristiana CDU desde el centrismo de Angela Merkel y de sus dos sucesores (Kramp-Karrenbauer y Laschet) hacia posturas más derechistas.

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