Tras invertir 800 millones de euros, Repsol estrenará en 2029 en Tarragona la primera planta europea que transformará residuos urbanos en metanol, compuesto químico que se podrá utilizar para fabricar combustibles para el transporte marítimo o el aéreo y en la cadena de producción de la propia industria química. La deseada Ecoplanta, que Repsol planeó llevarse fuera de España si persistía el impuesto energético, es una apuesta estratégica porque tiene valor más allá de ser una inversión millonaria y crear 340 empleos.
¿Por qué es tan trascendente? Por múltiples razones. De entrada, por el contexto y por el efecto contagio. En un momento de transformación obligada de la industria, con la descarbonización promovida por la Unión Europea como uno de los grandes retos, no es una cuestión menor disponer en el polígono petroquímico de Tarragona de una planta que convertirá basura sólida urbana en energía.
Utilizará la tecnología de la gasificación, muy robusta, para dar valor a los residuos. Un proceso que transformará la basura en metanol circular, un compuesto clave para la industria química a nivel global; se puede almacenar y distribuir como materia prima.
La energía generada a partir de la basura, clave para la descarbonización del clúster químico
La Ecoplanta aprovechará la basura urbana generada en ciudades en un radio de entre 100 y 200 kilómetros a la redonda de Tarragona. Cuando está a pleno rendimiento, de los 3,4 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos generados en Catalunya se aprovecharán 400.000 toneladas, un 13% del total de la basura que acabaría de otro modo en un vertedero. Los residuos que se pueden reciclar, como el plástico, el vidrio o el papel, no son los que alimentarán esta instalación.
La Ecoplanta favorecerá la descarbonización y abre desde ya el camino a la transformación necesaria de un clúster petroquímico creado en los años 60. Muchas voces alertan desde hace tiempo que el futuro de la química en Tarragona pasa por renovarse a marchas forzadas.
“La Ecoplanta tiene una trascendencia mayúscula para el territorio, es un punto de inflexión, un impulso para acelerar el proceso de descarbonización. Tenemos varios proyectos para ser un centro multienergético, limpio de emisiones de CO2 en el año 2050”, destaca Javier Sancho, director del complejo industrial de Repsol en Tarragona.

Si ahora se ha abierto el camino, a partir de aquí será más fácil que lleguen nuevas inversiones vinculadas a la descarbonización y a la generación de nuevas fuentes de energía, con la ansiada Valle del Hidrógeno como proyecto bandera. “Dará confianza, es un buen mensaje para el resto de empresas, ayudará que otras compañías apuesten por el polígono químico”, añade Sancho.
La misma compañía tiene en su sala de máquinas otro gran proyecto, conocido como el electrolizador de hidrógeno verde (150 MW). Sin la Ecoplanta, seguramente se habría guardado en un cajón. Repsol tomará una decisión este año. Si avanza, se podría sustituir en un futuro no muy lejano el hidrógeno de origen mineral por hidrógeno renovable.
Un ambicioso proyecto de Repsol ligado también a la descarbonización que recibió la semana pasada la aprobación provisional de fondos europeos (Next Generation) por valor de 98 millones de euros.
La Ecoplanta tiene una trascendencia mayúscula para el territorio, es un punto de inflexión, un impulso para acelerar el proceso de descarbonización
Muchas piezas que van encajando y otras que son por ahora grandes retos y planes de futuro. La fortaleza de la química en Tarragona se fundamenta en parte en las múltiples conexiones entre empresas y plantas de producción y de generación de energía en un radio de pocas decenas de kilómetros. La potencia de su puerto también suma a favor.
Otro de los puntos fuertes es que la refinería de Repsol está orientada a la fabricación de gasolinas y combustibles para la aviación y los barcos. Se prevé que justo será este un sector con gran demanda en el proceso de descarbonización, para substituir los combustibles fósiles.
Enormes magnitudes
400.000 toneladas de residuos anuales
La Ecoplanta del Morell (Tarragonès) procesará cada año 400.000 toneladas de residuos sólidos urbanos a través de un novedoso sistema de gasificación. En toda Catalunya, se generan 3,4 millones de toneladas de residuos urbanos al año. La planta es el resultado de 20 años de investigación sobre el reciclaje molecular.