El Patronato de la Fundació La Caixa y el consejo de administración de su sociedad de inversiones, Criteria, ambos presididos por Isidro Fainé, aprobaron ayer en una reunión extraordinaria conjunta el retorno de sus históricas sedes sociales a la Diagonal de Barcelona, ubicadas en Palma de Mallorca desde la crisis política de octubre del 2017. Un movimiento de un gran simbolismo, pues todos los afectados se han sentido siempre incómodos contrastando su histórico arraigo en Catalunya con la situación de interinidad fuera de ella hasta, a la que se ha puesto final con el cambio aprobado ayer.
La decisión tiene una extraordinaria trascendencia política y económica; para Catalunya y para España.

En el primer caso, porque supone que las dos entidades valoran que las actuales circunstancias, un Govern de la Generalitat presidido por el socialista Salvador Illa y unas fuerzas de oposición que apoyan parlamentariamente al ejecutivo de Pedro Sánchez, ofrece suficientes garantías de estabilidad como para no albergar temores sobre la independencia y la seguridad económica de La Caixa. Argumento este último que se empleó en el momento de aprobar la salida de Catalunya.
En el ámbito económico vuelve a dibujar a Catalunya y Barcelona como un ámbito normalizado para la actividad y el desarrollo pleno de sus actividades.
La sorpresa fue el día elegido, pero el cambio de sede era una decisión tomada desde hacía meses
La marcha súbita de miles de empresas con el pánico bancario y la crisis política de octubre del 2017 tuvo un impacto demoledor sobre el clima de negocios y la imagen internacional de Catalunya; al tiempo que dio un renovado impulso a la concentración de actividades en Madrid, una tendencia permanente en España. Ahora, este movimiento introduce la incógnita sobre si será un elemento corrector de esta evolución cuyos efectos estructurales aún son muy difíciles de apuntar y que sigue siendo objeto de vivo debate.
La Caixa es el mayor grupo empresarial y financiero de España. En el primer ámbito, a través del holding Criteria, que dirige Ángel Simón y que agrupa participaciones significativas en grandes empresas como Naturgy, Telefónica, ACS, Colonial, además de la recién anunciada en la francesa Veolia – multinacional líder en el sector de la gestión de residuos- o Puig. Pero por encima de todas, CaixaBank, la entidad que agrupa las actividades bancarias históricas de La Caixa, fundada en Barcelona hace 121 años.
CaixaBank, que mantiene de momento su sede en Valencia, es el primer banco doméstico español, lo que le convierte en uno de los principales operadores financieros del Estado.
La convocatoria del patronato y del consejo de Criteria se cursó en la misma mañana de ayer para celebrar la reunión por la tarde, al objeto de garantizar la máxima discreción y evitar cualquier posible interferencia externa en el momento de tomar la decisión.
El cambio no afecta ni al funcionamiento interno ni a los reguladores que tutelan la Fundación
El escueto orden del día decía: “Modificación del artículo 1.4 de los estatutos de la Fundació La Caixa y modificación del primer párrafo del artículo 4 de los estatutos de CriteriaCaixa”, es decir, solo se trató el cambio de las dos sedes sociales.
Aunque la jornada elegida para aprobar el traslado ha sido una sorpresa para muchos, el retorno de las sedes en sí no tiene la misma lectura. Estaba planteado ya como un objetivo desde hacía varios meses. Es una idea que Fainé y su equipo de colaboradores más cercanos ha ido ponderando y preparando sin apenas ruido y con muchos tanteos. El presidente de La Caixa ha mantenido conversaciones con diferentes representantes sociales auscultando opiniones sobre tan trascendental movimiento.
Desde el punto de vista regulatorio, la vuelta a Barcelona no implica ningún cambio ni en el funcionamiento ni de las autoridades supervisoras. La Fundació La Caixa, cabecera de todo el grupo económico, valorado en más de 30.000 millones de euros, está tutelada por el Ministerio de Economía a través de la ley de fundaciones bancarias aprobada en el 2013, tras la crisis financiera y el rescate de Bankia y en el marco de intensas presiones desde Bruselas para acabar con las antiguas entidades de ahorro.
Esa norma, precisamente, contiene muchos elementos inspirados en su momento por el propio Fainé, que quiso intervenir activamente en su diseño para asegurarse de que La Caixa se mantenía al margen de las turbulencias del procés, en aquellos momentos en una fase inicial de desarrollo. Entre sus aportaciones, destacó la de que la competencia se mantuviera en el Ministerio, lo que la dejaba a cubierto de posibles cambios en el Govern de la Generalitat.
La reunión se celebró de forma conjunta entre el Patronato de la Fundación y el consejo de Criteria
Criteria, por su parte, es una sociedad mercantil cuya situación legal no se modifica en absoluto y opera de igual manera en cualquier lugar del Estado. Su objetivo específico es generar los beneficios suficientes para que La Caixa pueda mantener y aumentar las actividades de su obra social.
A diferencia del retorno del Banc Sabadell, anunciado el pasado mes de enero, el de La Caixa no está motivado por la presión de que supone el lanzamiento de una opa hostil que plantea un enorme interrogante sobre la existencia futura del banco vallesano. También, en este último caso se trata de un banco, mientras que en el de La Caixa, su brazo bancario, Caixabank, no se ha sumado al movimiento.
Pese a ello, no deja de ser simbólico que las dos primeras entidades financieras que salieron de Catalunya en octubre del 2017 hayan prácticamente coincidido en el momento de su retorno.