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El acuerdo beneficia tanto a la compañía, como a los pueblos circundantes a la mina de litio.
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La Comisión Nacional de Valores tiene conocimiento de las actividades de Atómico 3.
Argentina está explorando un enfoque innovador para su industria minera con la tokenización de hasta 10.000 toneladas anuales de carbonato de litio, un recurso esencial en la transición energética global.
Este proceso, impulsado por la empresa Atómico 3, utiliza tecnología inherente a Bitcoin y las criptomonedas para digitalizar activos del mundo real (RWA por sus siglas en inglés), ofreciendo transparencia y trazabilidad.
Además de los beneficios económicos, este modelo busca priorizar a las comunidades locales, como los pueblos originarios del Salar de Mogna, ubicado en la provincia de San Juan, Argentina.
Pablo Rutigliano, CEO y fundador de la compañía Atómico 3, declaró a CriptoNoticias que uno de los aspectos más destacados de este proyecto es su impacto en las comunidades circundantes, particularmente en el Salar de Mogna.
Según explicó, la tokenización de estos activos mineros “busca generar un crecimiento sostenido para los pueblos originarios y otros habitantes locales”, quienes históricamente han visto pocos beneficios directos de la actividad minera.
Asegura que, al digitalizar los activos, se facilita el financiamiento de proyectos que no solo extraen el recurso, sino que también promueven la transformación de materias primas en la región, lo que podría traducirse en empleos, infraestructura y desarrollo económico local.
Por definición, la tokenización de activos (RWA) consiste en transformar un recurso físico, como el litio, en un activo digital representado por tokens en una red. Estos tokens actúan como certificados que reflejan el valor económico del mineral, desde su prospección hasta su transformación en reservas productivas.
Como lo ha reportado CriptoNoticias, la tokenización ha llegado a distintos estratos de Argentina, como el agro y el deporte, con representantes de la industria debatiendo acerca de las posibilidades de inversión y negocios en el área de los RWA.
En general, la tokenización permite a las empresas, incluidas las pymes con o sin recursos probados, acceder a financiamiento de manera más transparente, al tiempo que se certifican las reservas y su capacidad productiva.
Solo en el caso del acuerdo de Atómico 3 y las entidades mineras del Salar de Mogna, esta reserva está estimada entre 6.000 y 10.000 toneladas anuales de carbonato de litio, las cuales serán tokenizadas de acuerdo con el proyecto.
El carbonato de litio es un compuesto derivado del litio, extraído principalmente de salares como el de Mogna. Es un componente clave en la fabricación de baterías de iones de litio, utilizadas en vehículos eléctricos, dispositivos electrónicos y sistemas de almacenamiento de energía renovable. También tiene aplicaciones en la industria farmacéutica, para tratar trastornos bipolares, y en la producción de cerámicas y vidrios resistentes al calor. Su creciente demanda lo ha posicionado como un commodity (mercancía) estratégico en los mercados globales.
Según Rutigliano, el proyecto de tokenización de litio pone énfasis en la sustentabilidad y en los procesos ambientales, como el uso responsable del agua en los salares, un recurso crítico en estas zonas áridas.
Esto responde a las preocupaciones sobre el impacto ecológico de la minería del litio, buscando un equilibrio entre desarrollo económico y protección del medio ambiente, algo especialmente relevante para las comunidades que dependen de estos ecosistemas.
Un proyecto regulado
De acuerdo con el directivo de Atómico 3, el proyecto de tokenización no opera en un vacío legal. Explicó que la empresa ha presentado su modelo ante la Comisión Nacional de Valores (CNV) de Argentina, obteniendo la aprobación número 103 como Proveedor de Servicios de Activos Virtuales.
Este aval, dice Rutigliano, demuestra un esfuerzo por garantizar claridad y cumplimiento con las normativas financieras del país. Recuerda así que la CNV supervisa que el proceso sea transparente, desde la certificación de los activos hasta su valoración económica, asegurando que los inversionistas y las partes involucradas tengan información confiable.
El directivo también sugirió que la Secretaría de Minería de la Nación podría adoptar este modelo de tokenización para realizar un censo minero nacional. Para él, eso permitiría identificar el potencial de los recursos del país “y proyectar su valor de manera digital, un paso que podría fortalecer la regulación y planificación de la industria”.
Sin embargo, añade, la implementación de la tokenización a mayor escala aún depende de la voluntad de las autoridades para integrarla como política pública.
Rutigliano comenta que la tokenización abre oportunidades para las pymes mineras, tanto nacionales como extranjeras, al ofrecer un sistema de financiamiento más accesible que los métodos tradicionales, como la emisión de acciones o deuda.
Esto, asegura, podría beneficiar a empresas que enfrentan dificultades para obtener capital, permitiéndoles escalar sus operaciones. Sin embargo, el enfoque no se limita a lo económico. Como lo ve, al priorizar la transformación de materias primas en las regiones productoras, se busca que el valor generado permanezca en el país y llegue a las comunidades locales.
Un acuerdo “ganar-ganar”
Rutigliano explicó que la iniciativa de tokenizar hasta 10.000 toneladas de carbonato de litio marca un precedente en Argentina, y afirmó que el acuerdo que se alcanzó “es una relación ganar-ganar”.
“O sea, el beneficio no es solamente para la empresa que tokeniza, sino también para la actividad minera y para la gente del lugar, o sea los pueblos originarios, los pueblos que están justamente en el Salar de Mogna”, afirmó.
Comentó que, aunque el proyecto está en sus primeras etapas, su capacidad para conectar la producción minera con el mercado global a través de tokens digitales podría transformar la industria.
Así, enfatiza que para las comunidades del Salar de Mogna y otras zonas mineras, esto “representa una oportunidad de desarrollo económico y sustentable”, siempre que se respeten las regulaciones y se prioricen sus necesidades.
“Somos capaces de desarrollar la evolución y el crecimiento sostenido de los pueblos originarios que están circundantes a este activo reservorio como el Salar de Mogna y también el formato de la contribución a la matriz energética, a la matriz de la macroeconomía, en la capacidad productiva de desarrollar un proceso de escalabilidad en relación con la transformación de las mismas, en este caso de poder extraer carbonato de litio tokenizado bajo el modelo de tokenización”, dijo.
A pesar de estas promesas, el impacto real en las provincias mineras aún está por verse. En regiones como el noroeste argentino, donde la minería ha sido una actividad clave, las desigualdades sociales persisten. De cumplirse, la tokenización podría ser un paso hacia una distribución más equitativa de los beneficios, pero su éxito dependerá de cómo se implemente y de la participación activa de las comunidades afectadas.
El camino hacia una minería más inclusiva y transparente no está exento de retos. La adopción de la tokenización a gran escala requerirá no solo el respaldo de las autoridades, sino también un monitoreo constante para asegurar que los beneficios lleguen a quienes más lo necesitan. Por ahora, este proyecto ofrece una ventana hacia el futuro de la minería argentina, donde la tecnología y la responsabilidad social podrían ir de la mano.