El rearme de Europa y el anuncio de Pedro Sánchez de acelerar el gasto en defensa para alcanzar el 2% del PIB antes del 2029 van a provocar un nuevo golpe de pedal en la industria militar que ya venía dibujando un repunte de su negocio por la guerra en Ucrania. Con la actitud de Trump las urgencias aumentan. Se avecina una edad dorada en un sector que en España aún tiene debilidades para poder jugar en la primera división continental, según señalan desde varias empresas. Urge, explican, “modernizarse y coordinarse” para hacerse más fuertes.
La industria militar vive a nivel europeo lo que se conoce como “momento constituyente”. No hace tanto tiempo que invertir en armamento no era bien visto. La situación actual es totalmente distinta. Por dos motivos: en primer lugar, por la realidad geopolítica. El giro de la nueva administración de Estados Unidos apremia la necesidad del rearme europeo. Y, en segundo lugar, por la aceleración tecnológica. Sin defensa no hay nada, vinieron a concluir los líderes europeos el pasado jueves. Y en España, la industria militar reconfigura sus estrategias para aprovechar la lluvia de millones.
El diagnóstico compartido del sector militar nacional es que adolece de algunos handicaps. La desventaja más clara es la fragmentación de las empresas. En el país operan 394 compañías, según el registro oficial. Ante esta situación, apunta el directivo de una firma, “hay que unir fuerzas”. Es algo que ya ocurrió en EE.UU. en los noventa cuando el Pentágono reclamó en un cónclave conocido como “la última cena” que las empresas se fusionaran y llegaran a pactos estratégicos. El sector español aún no ha vivido su particular última cena.
En España operan 394 empresas, lo que dificulta el crecimiento y poder competir a nivel europeo
Esta atomización del sector dificulta a las compañías competir en los mercados internacionales. Solo unas pocas pueden hacerlo, según se desprende el último informe de Infodefensa , considerado el más completo del sector. Y provoca también que se alumbren multitud de proyectos. Un ejemplo citado por el expresidente de Indra, Marc Murta, es el siguiente: el ejército de EE.UU. utiliza un tipo de tanque pesado, mientras que en Europa hay 19; la ‘US Army’ emplea tres modelos de vehículos de infantería y en Europa conviven 23. Y así sucesivamente con los morteros, los cazas o las fragatas.
Ángel Escribano, presidente de Indra, afirma a La Vanguardia que “Europa ya está trabajando para tener las estructuras adecuadas y establecer los marcos de colaboración necesarios para su autonomía estratégica”. La compañía española es el coordinador nacional industrial del Futuro Sistema de Combate Aéreo (FCAS), “pero estamos convencidos y alineados para ir mucho más allá. Indra va a jugar un papel decisivo como empresa coordinadora de grandes programas europeos”, añade Escribano.

Otro de los problemas de la industria militar española tiene que ver con la financiación. El sector ha tenido complicaciones durante años para acceder al crédito, tanto público como privado. Los bancos, siguiendo criterios de sostenibilidad ESG, han tenido reticencias a apoyar proyectos relacionados con la defensa. Lo mismo ha ocurrido con el ICO español o el BEI europeo. Ahora se están produciendo avances, pero se arrastra un problema de infrafinanciación.
“Indra va a jugar un papel decisivo como empresa coordinadora de grandes proyectos”, dice Ángel Escribano
Las empresas también demandan al Gobierno más atención a la innovación. Tienen un único cliente nacional, el Ministerio de Defensa, que a veces no se ha coordinado con Industria y Economía. Así lo explica un directivo del sector: “Defensa no ha cuidado demasiado la innovación y ha invertido en compras en el extranjero”. Margarita Robles entendió la queja y creó una dirección general de estrategia e innovación que refuerce la innovación e internacionalización de las empresas. Su responsable es el teniente general Ivorra, militar de confianza de la ministra.
Airbus e Indra, la punta de lanza
El campeón español es claramente Airbus. Pedro Sánchez se reunió esta semana con el consejero delegado, Guillaume Faury, para reforzar el compromiso con una compañía que genera casi 75.000 empleos. Indra, por su parte, está llamada a ser el la empresa tractora a nivel español, su dirección quiere reforzar el área militar, y acaba de fichar a Ángel de Alvaro, de Santa Bárbara. Un hecho significativo es la toma del control de TESS, el consorcio del nuevo blindado 8×8.