Notas americanas

Primera visita a la América de la nueva era Trump. Cuando llego a Los Ángeles, el conductor que me atiende es de São Paulo. Muy amable, pero apenas sabe inglés. Hablamos portuñol. Las reuniones a las que asisto me conducen al sur, a un complejo hotelero. El Pacífico es mucho menos tranquilo que el Mediterráneo y esta es una buena zona para el surf. Por la noche, dando un vistazo a las instalaciones, me encuentro un empleado, joven, avispado, que está poniendo a punto unas sillas para una boda. Tampoco habla inglés, pero nos entendemos. Es mexicano y seguramente sin papeles. Más tarde veo a varias parejas y familias de origen indio que se van instalando en el hotel. La boda durará un par de días. Viven aquí y la mayoría hablan inglés entre ellos.

Al día siguiente, pido un Lyft (competidor de Uber) para ir al centro, a un concierto. Gustavo Dudamel dirige la filarmónica de Los Ángeles. Quien me lleva es, en esta ocasión, un californiano, veterano de la guerra de Irak y herido después en Afganistán. Me explica, el trayecto es largo, su experiencia como marine, con profusión de detalles. Escalofriantes, pero contados con naturalidad, mientras en nuestro viaje bordeamos un gran depósito de armamento que tiene la Armada en Seal Beach. Hablamos luego de la situación política. Hoy es viernes y acaba de tener lugar la histórica entrevista entre Trump y Zelenski. Lo que ha sucedido en la Casa Blanca no le ha gustado. No me queda del todo claro por qué. ¿Porque Zelenski no llevaba la vestimenta adecuada? ¿Porque no estaba suficientemente agradecido por el dinero que EE.UU. se ha gastado ayudando a su país? Hablamos, también, del chico mexicano que conocí ayer. Me dice Jay, así se llama mi conductor, que a él le parece bien que venga gente de fuera, pero no ilegalmente. Me cuenta que el alcalde de Nueva York se gastó ocho millones de dólares alojando inmigrantes mientras muchos veteranos malviven en las calles. Al día siguiente empiezan mis reuniones con empresarios y directivos. El tono hacia Trump no es negativo. Muchos piensan que el cambio era necesario y que las políticas de Biden habían ido demasiado lejos.

Visto oído

La corriente antiliberal tiene una larga tradición en EE.UU. y no nos debe sorprender su regreso y sus implicaciones

Estas pinceladas de unos pocos días en California, sin necesidad de ir a la América profunda, muestran el porqué de Trump y por qué una parte importante de la sociedad americana encara el futuro de una manera muy diferente a la europea. Los temas clave son la actitud ante la paz y la guerra, ante el papel del Gobierno y ante la inmigración. No me queda claro, sin embargo, que muchos americanos sean conscientes de hasta qué punto la segunda presidencia de Trump, con su asalto a la democracia liberal, puede alterar los propios fundamentos de la república americana. Como ya advirtió recientemente Robert Kagan ( Rebellion , 2024), la corriente antiliberal tiene una larga tradición en EE.UU. y no nos debiera sorprender su regreso. En esta ocasión, estamos ante un vendaval con serias implicaciones para el resto de Occidente.

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