Bruselas plantea la compra conjunta de armas para fortalecer la defensa europea

Hace cinco años, cuando la pandemia del coronavirus sacudió Europa, la Comisión Europea desarrolló una plataforma para la compra conjunta de vacunas. Ahora las necesidades son otras, de una naturaleza totalmente diferente, pero la estrategia va por el mismo camino. Ante la amenaza rusa y las presiones de Estados Unidos para que Europa invierta más en su propia seguridad, el Ejecutivo comunitario plantea comprar armas de forma colectiva de parte de los Estados miembros, lo que supondría un paso inédito en la defensa del Viejo Continente.

Así lo señala un borrador de otro plan defensivo del Ejecutivo comunitario, al que ha tenido acceso La Vanguardia, donde se asegura que la colaboración a la hora de lograr material de defensa es la ruta más “efectiva” para construir el rearme de Europa, y donde también sugiere una preferencia para las empresas continentales en los contratos públicos. “La única manera de superar la dependencia de Estados Unidos es desarrollar las capacidades necesarias a través de proyectos conjuntos europeos”, apunta el texto, que todavía puede sufrir cambios.

La UE avisa que Rusia seguirá siendo una amenaza “existencial” aunque se alcance un alto el fuego con Ucrania

Después de haber recibido la bendición de los Estados miembros para el plan “Rearmar Europa”, donde la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen lanzaba la propuesta de movilizar 800.000 millones de euros para la industria militar, ahora el Ejecutivo Comunitario completa su estrategia con este documento, llamado Libro Blanco sobre el Futuro de la Defensa Europea, una estrategia que va más allá de la financiación y define cómo deben gastarse estos recursos millonarios. Bruselas tiene prisa: recomienda a los estados que activen la cláusula nacional de escape, uno de los instrumentos encima de la mesa para aumentar las partidas militares, antes del mes de abril.

El motivo es considerar que, debido a la economía rusa enfocada a la guerra –recuerdan que está expandiéndose hasta dedicar un 9% de su PIB a Defensa–, Moscú seguirá siendo una amenaza para Europa aunque las negociaciones de paz con Ucrania instigadas por Donald Trump lleguen a buen puerto. “Rusia es una amenaza existencial para la Unión –advierte el texto– y dado sus experiencias en el pasado de invadir sus vecinos y sus políticas actuales expansionistas, la necesitad de disuadir una agresión armada rusa permanecerá incluso después de un acuerdo de paz justa y duradera con Ucrania”.

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El documento, que será presentado la semana que viene ante la cumbre de líderes de los Veintisiete el jueves, tiene unas veinte páginas y sitúa las siete necesidades críticas que debe resolver la defensa europea a medio y largo plazo. Comenzando por un escudo aéreo y de misiles que proteja a Europa a todos los niveles y que esté integrado bajo el mando de la OTAN. 

También habla de sistemas avanzados de artillería; misiles de largo alcance para ataques precisos; un abastecimiento estratégico de munición, misiles y componentes con una producción industrial suficiente para asegurar que se mantengan en el tiempo; drones y sistemas anti-drones, incluyendo vehículos sumergibles que puedan ser controlados en remoto; una red europea para favorecer la movilidad militar; el desarrollo de herramientas defensivas utilizando la inteligencia artificial; y la protección de las infraestructuras críticas, incluyendo un escudo terrestre en el flanco este.

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Un misil Taurus expuesto en el aeropuerto Schoenefeld de Berlín

Axel Schmidt / Reuters

Estas adquisiciones, indica el Libro Blanco, deberían hacerse privilegiando la industria armamentística europea. La Comisión asegura que la UE debe considerar introducir una preferencia europea en los concursos públicos para los sectores estratégicos y tecnologías defensivas en los sectores donde esta tecnología está disponible. Si no fuese posible, entonces los Estados miembros deben acudir de forma conjunta a través de terceros países de “una mentalidad parecida” a la vez que apoyar las tecnologías europeas equivalentes y pidiendo “el control completo”.

En las últimas semanas, la Unión Europea se ha esforzado en coordinarse con países fuera del bloque comunitario alineados en la defensa del continente. Lo ha hecho implicando en las conversaciones sobre Ucrania a aliados como el Reino Unido, Canadá, Noruega o Turquía. En el nuevo plan de la Comisión Europea, la UE renueva este llamamiento al considerar que la cooperación con estos países es clave para los desafíos de la industria defensiva europea y llama a buscar oportunidades con otros socios en el Indo-Pacífico como Japón, Australia o Corea del Sur o en otras latitudes como la india.

El Libro Blanco no solo habla de Rusia cuando señala las amenazas para Europa. También de China, que pese a ser un “socio comercial importante” para la UE, está aumentando su producción en defensa y ahora tiene una fuerza militar de primer orden, especialmente marítima. Menciona Oriente Medio, con la frágil situación en Israel y Palestina, Siria y Líbano, pero también la inestabilidad y el crecimiento del extremismo violento en África, incluyendo el Sahel, Libia y Sudán, con implicaciones directas en la Unión Europea. “Europa debe estar lista para todos los escenarios, incluyendo una agresión armada”, subrayan en el borrador.

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