
Las personas solteras en Italia podrán adoptar niños en el extranjero. El Tribunal Constitucional ha declarado ilegítima la exclusión de quienes no viven en pareja del acceso a la adopción internacional, una norma vigente en Italia desde 1983. La Corte ha aclarado que las personas solteras son, “en abstracto”, aptas para garantizar un entorno “estable y armonioso” a un menor en situación de abandono residente en el extranjero. El interés del adulto en convertirse en progenitor debe ser tenido en cuenta en el proceso de solicitud, aunque el interés superior del menor sigue siendo el criterio primordial.
Hasta ahora en Italia la adopción -tanto nacional como internacional- solo estaba permitida para matrimonios con al menos tres años de casados o, en su defecto, parejas que hubieran convivido de manera estable y continua durante ese mismo período antes del matrimonio.
Las personas solteras solo podían adoptar en el extranjero si existía un vínculo de parentesco, incluso lejano (hasta el sexto grado), con el menor. A partir de ahora, la idoneidad y la capacidad de quienes soliciten la adopción serán evaluadas individualmente por un juez, que deberá valorar su capacidad para educar, instruir y mantener al niño. El alto tribunal ha recordado que los principios que sustentan el sistema de adopciones son la “solidaridad social” y la “protección del menor”.
La sentencia abre la puerta, al menos en teoría, también a la adopción por parte de personas homosexuales, hasta ahora prohibida de facto en Italia, donde no está previsto el matrimonio entre personas del mismo sexo, sino únicamente la unión civil. No sorprende que los primeros en expresar preocupación por la decisión hayan sido representantes del tradicionalismo católico, como la asociación Pro Vita: “Existe un riesgo real de alimentar la idea de un ‘derecho al hijo’ para todos, una aberración jurídica”.
Ahora le corresponde al Parlamento intervenir, adaptar la normativa vigente y eliminar cualquier obstáculo ideológico. El Partido Democrático (centroizquierda) ha pedido que “Meloni y su gobierno reconozcan de una vez por todas que lo que importa es el amor, no el estado civil —afirma Alessandro Zan, diputado y responsable de “Derechos” del PD—. Hay que ir más allá: este derecho debe extenderse también a las parejas homoparentales. Basta de discriminaciones, basta de prejuicios: cada niño tiene derecho a una familia, y cada familia tiene derecho a ser reconocida”.
La Liga de Matteo Salvini, por su parte, advierte de los riesgos y pide establecer límites: “Es necesario revisar la ley actual para que las adopciones internacionales sean más rápidas y menos costosas, incluyendo también a parejas heterosexuales con convivencia estable”.