La inteligencia artificial (IA) es ya una realidad en la industria de defensa y el potencial de crecimiento que se espera de esta tecnología es ingente. Las guerras están cambiando. La estrategia militar clásica heredada de Napoleón es historia. Ahora, en el campo de batalla se reproducen multitud de amenazas que un ser humano no puede procesar. Es inviable y le hace falta una tecnología de última generación. Es en ese momento en el que irrumpe la IA como una herramienta esencial para proporcionar a los mandos de los ejércitos o a los militares que se están jugando la vida sobre el terreno una información procesada muy precisa que les sirva para tomar la mejor decisión.
Ucrania es la primera guerra en la que ya se está aplicando inteligencia artificial sobre el terreno
Con este objetivo, las empresas de defensa se encuentran inmersas en una carrera por incorporar esta tecnología a sus productos y España se encuentra en una situación privilegiada en este momento constituyente para la industria militar europea. De hecho, las fuerzas armadas no tienen un sistema de armas propio (un caza o un blindado made in Spain ), pero en el campo de la digitalización aplicada a la defensa sí puede aspirar a ser una potencia.
Las pymes son capaces de desarrollar tecnología de vanguardia al margen de grandes compañías
Las compañías de defensa han sido históricamente poco digitales si se comparan con sus competidoras en Europa o en el mundo. Estados Unidos camina en este campo un paso por delante; Rusia y China también. Pero la irrupción de la IA podría alterar el tablero. Manuel Escalante, director de tecnología de Indra, opina que el escenario es optimista: “La IA es un elemento muy relevante para lograr autonomía estratégica y en esta carrera Europa y España se encuentran muy bien posicionadas”. Todas las grandes compañías ya cuentan con departamentos especializados en IA. Indra, por ejemplo, acaba de anunciar la creación de una nueva área especializada donde más de 300 profesionales ya trabajan desarrollando la tecnología del futuro.
Las empresas exigen que la IA sea ética y humanista: “La decisión la tiene que tomar un humano”
Pero ¿en qué se está usando ya la IA en la industria de la defensa y en qué se empleará en los próximos años? El máximo responsable tecnológico de Indra y el vicepresidente ejecutivo de estrategia, investigación y tecnología en Thales, Philippe Keryer, detallan a La Vanguardia en qué proyectos están trabajando dos de las principales compañías de Europa; ambas han acelerado la implantación de esta tecnología.
A modo de explicación general, los dos directivos precisan que la IA en el sector militar no tiene nada que ver con las tecnologías aplicadas a modelos de lenguaje que puede utilizar cualquier usuario, como ChatGPT. Al contrario, se trata de sistemas críticos y “la IA marca la diferencia operacional en defensa”, apunta el directivo francés.
Un total de 300 ingenieros trabajan en Indra desarrollando tecnología de última generación; en la francesa Thales son más del doble
Este último aspecto es esencial en los distintos proyectos de la industria de defensa. “La IA es diferencial y tiene el potencial de cambiar el mundo”, señala Keryer, de Thales. Más concreto es Escalante, de Indra: “La IA servirá de soporte a la decisión en procesos críticos, ayudará a optimizar procesos y permitirá predecir escenarios”. Es decir, la tecnología en la que están trabajando tanto Indra como Thales busca ofrecer a un mando militar, a un piloto de un avión de combate, al conductor de un blindado o al comandante de una fragata información precisa del escenario donde está desarrollando la operación para que puedan decidir cómo proceder.
Uno de los proyectos en los que Indra está trabajando para que la IA sea determinante es la llamada nube de combate. Es lo que se conoce como evolución del mando y control multidominio, y en él operarán multitud de variables que un ser humano es incapaz de manejar. La IA le ayudará. En concreto, el FCAS, el futuro avión de combate que se prevé para la década de los cuarenta, estará compuesto no solo de un caza. Con él operará una nube de combate compuesta de drones, otros aviones, fragatas o blindados en tierra. “Todo ello, en un entorno de comunicaciones saturadas, hace necesaria la introducción de la tecnología para que los militares puedan disponer de una ventaja operativa tremenda”, relata Manuel Escalante.
El presupuesto del FCAS, el avión de combate europeo del futuro que integrará la IA en su funcionamiento, es de 8.000 millones
En Thales emplean la IA en más de cien productos actualmente. Uno de los que destaca su responsable de tecnología es el caza Dassault Rafale, una de las joyas de la corona del ejército francés. Con esta tecnología se puede ayudar al piloto en su misión. Es más, según apunta Keryer, la IA puede acelerar por cien el reconocimiento de objetivos, por ejemplo. El militar únicamente tendría que pulsar el botón preciso una vez que ha recibido la información.
La guerra en Ucrania ya está sirviendo de escenario de aplicación de la IA. En este sentido, es una contienda histórica, aunque se esperan desarrollos mucho más avanzados en los próximos años. El vicepresidente de Thales desglosa, por ejemplo, que la tecnología está ayudando al ejército de Zelenski en la defensa aérea a descubrir objetivos, como drones. También se está implementando, añade el jefe tecnológico de Indra, en la llamada guerra electrónica, que consiste, por ejemplo, en perturbar espectros para anular comunicaciones y el manejo de drones. “Los rusos son unos expertos en este campo”, admite Escalante. “Lo que hace la IA es ayudar a tomar decisiones para que las comunicaciones no sean interceptadas”, explica.
La IA también está ayudando a la industria militar al mantenimiento predictivo de determinados productos. La tecnología permite una supervisión previa, anticipar problemas y, por tanto, evitar inconvenientes en las operaciones. Indra ya lleva trabajando en este aspecto en varios buques de la Armada.
La ciberdefensa o la ciberguerra es otro campo en el que se está aplicando la IA. En concreto, en la llamada conciencia situacional, que consiste en evaluar el nivel de riesgo que existe en una operación. Así lo explica Indra: “En un desembarco, por ejemplo, existen multitud de riesgos que van cambiando; evaluarlos ha sido hasta ahora algo muy manual, pero con la IA ya se ha automatizado. En breve lo veremos sobre el terreno”.
Indústria de defensa
El FCAS, el proyecto perfecto para la IA
El FCAS es el desarrollo militar perfecto para aplicar la inteligencia artificial (IA). El conocido técnicamente como Next Generation Weapon System (NGWS) es la joya de la corona de la industria de la defensa europea y también española. En él se han presupuestado 8.800 millones entre España, Alemania y Francia. Solo el Gobierno español tiene previsto aportar 2.200 millones en los próximos años. Se trata de un avión de combate de sexta generación sobre el que se construirá todo un sistema de sistemas. El piloto tendrá que atender a múltiples variables y le será imposible procesar toda la información que reciba. En ello se empleará la IA. Indra explica que la tecnología servirá para funciones como el procesado de imágenes, la articulación de las señales de radiofrecuencia o la gestión de las redes de comunicaciones, entre otras. Indra es la encargada de pilotar desde España el proyecto y ya tiene a más de 200 ingenieros trabajando en él. Pero para ver al FCAS operativo aún queda tiempo, y sus primeros prototipos están previstos para el 2040. El Gobierno lo considera un proyecto de Estado, ya que es la primera vez que España participa en un programa militar al mismo nivel (33%) que Alemania y Francia.
La digitalización de la industria militar marca, por tanto, la diferencia en las operaciones. Es lo que se conoce como game changer , concluyeron ambos directivos de las empresas de referencia española y francesa. La industria lo sabe y está contratando a ingenieros especializados en IA. En Indra ya trabajan más de 300 personas y en Thales hay el doble. Además, la compañía acaba de abrir un centro especializado en el Reino Unido con otros 200 ingenieros. La apuesta es evidente, y lo que demandan las empresas es mano de obra especializada, “que no sobra”, apuntó Manuel Escalante.

Dispositivo de Thales para la guerra marítima contra minas
Pero la IA no está solo presente en la gran empresa militar. Muchas aplicaciones son alumbradas en pymes y luego acaban en grandes proyectos de defensa. En Indra disponen de un observatorio de pymes innovadoras. El grupo mapea el mercado y, cuando una empresa modesta logra participar en un proyecto crítico, Indra toma otro tipo de decisión y estudia su adquisición.
La irrupción de la IA en la defensa también supone riesgos. Thales no es ajena a ello. Philippe Keryer reclama que la tecnología sea frugal, cibersegura y ética. Es decir, que tenga un posicionamiento humanista. “La decisión la tiene que tomar el piloto”, señaló el directivo francés. En Indra opinan exactamente lo mismo. Su responsable de tecnología añade que la OTAN cuenta con unos estándares para controlar los sesgos de la IA y garantizar que los algoritmos sean explicables.
La IA ya otorga superioridad operacional, como se está viendo en Ucrania. Thales cuenta con 100 productos
En este escenario de revolución tecnológica por la IA, las empresas de defensa, en Europa en general y en España en particular, son conscientes de la oportunidad que tienen en el horizonte para impulsar la autonomía estratégica en un terreno que, como afirma Keryer, de Thales, “tiene el potencial para cambiar el mundo”.
Pero hace falta dar un golpe de pedal en el sector gracias a la ayuda del incremento del gasto en defensa que se avecina. Así lo apunta Luis Alfonso Ureña, director de la cátedra que ha creado el Centro Tecnológico de Desarrollo y Experimentación (Cetedex), un organismo dependiente del Ministerio de Defensa que tiene el objetivo de impulsar la digitalización en el sector militar. El catedrático afirma que la clave pasa por desarrollar una tecnología propia para no depender de EE.UU. y China. “Creo que España tiene que subirse al tren de la inversión y posicionarse estratégicamente en el ámbito de la IA aplicada a la defensa”. Ureña opina que, de momento, la industria camina por el camino adecuado.