La filtración del plan de bombardeo a objetivos hutís en Yemen continúa salpicando a la administración Trump, en uno de los escándalos de seguridad más importantes de los últimos años.
El Consejo de Seguridad Nacional, quien ha confirmado la filtración, está investigando cómo pudo haberse llevado a cabo esta operación, en la que algunos de los principales altos cargos del Gobierno republicano conversaron sobre los detalles de los ataques a través de un grupo de Signal, un servicio de mensajería no aprobado por el Gobierno como canal de comunicación de información sensible.
Según se ha conocido, el consejero de Seguridad Nacional de EE. UU., Michael Waltz, añadió por error al grupo al editor de The Atlantic, Jeffrey Goldberg, quien ha relatado la cronología de los hechos a través del mismo medio con todo lujo de detalles.
Filtración de seguridad
Media docena de altos cargos participaron en la conversación
Los primeros hechos se remontan al día 11 de marzo, cuatro días antes de los ataques, cuando Goldberg recibió una invitación de Mike Waltz a través de Signal, a quien conocía con anterioridad. El periodista ha confesado haber creído “que todo era una trampa” desde el principio, debido a la difícil relación entre la administración estadounidense y la prensa, y llegó a pensar que alguien podría estar haciéndose pasar por el consejero.
Sin embargo, dos días después de aceptar la invitación, Goldberg fue introducido por error en un grupo de chat con el nombre de “Pequeño grupo hutí PC” (siglas en inglés para principals committee, en referencia a los funcionarios más altos de la seguridad nacional) y que parecía incluir a diversos pesos pesados del gabinete de Trump, algo que el periodista destaca “no haber visto nunca” en una aplicación comercial de mensajería.
Entre los presuntos participantes en el chat están los nombres del secretario de Estado, Marco Rubio, el vicepresidente J.D. Vance, el director de Inteligencia Nacional Tulsi Gabbard, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), John Ratcliffe. El redactor de The Atlantic también incluye el nombre de “Brian” como parte del grupo, aunque todavía no se ha confirmado si se trata de Brian Hughes, el portavoz del Consejo de Seguridad o Brian McCormack, el jefe del gabinete de Mike Waltz. También formaba parte del grupo Joe Kent, la apuesta de Trump para dirigir el Centro Nacional Antiterrorista.
Mike Waltz inauguró la conversación en el grupo, con un mensaje en el que explicaba que el viceconsejero principal de Seguridad Nacional, Alex Wong, estaba reuniendo a un equipo de adjuntos y jefes de gabinete de los distintos organismos para dar seguimiento a la reunión del jueves por la mañana “en relación con los puntos de acción”. Además, el secretario pedía al resto de los integrantes que facilitaran “el mejor personal de su equipo para coordinarse en los próximos días y el fin de semana”. A partir de aquí, los nombres mencionados designaron uno por uno sus representantes dentro de sus respectivos equipos.
Reforzar el mensaje y recibir algo a cambio, las prioridades antes de los ataques
A partir del viernes 14 de marzo, un día antes de los ataques, aparecen los primeros mensajes polémicos. La cuenta a nombre de J.D. Vance se declaró en contra de la operación, confesando que “estaban cometiendo un error”. Además, expresó que la razón más fuerte para hacerlo (refiriéndose a los ataques en Yemen) era la de “mandar un mensaje”, citando al presidente de los EE.UU.
Presuntamente, el vicepresidente Vance expresó además el riesgo de que el público (refiriéndose a la población estadounidense) no entendiera el porqué de la operación, teniendo en cuenta, dijo, que solo un 3% del comercio de EE.UU. pasa por el canal de Suez, respecto al 40% del comercio europeo.
En este sentido, la cuenta lanza un mensaje en el que declara “no estar seguro de si el presidente es consciente de lo incoherentes que son los ataques con su mensaje hacia Europa”, un discurso que cobra especial relevancia si se tiene en cuenta que Vance nunca se ha distanciado de la opinión de Donald Trump en público.

Declaraciones de la cuenta de nombre “JD Vance” contrarias a ayudar a Europa
Presuntamente, Vance termina su intervención en el grupo declarando que “hay argumentos a favor para retrasar la operación”, y expresando su odio por “tener que rescatar nuevamente a Europa”. Una afirmación que Pete Hegseth ratifica más tarde, calificando como “patética” la idea de ayudar de manera gratuita. En las capturas de pantalla también se puede apreciar como J.D. Vance alerta de la necesidad de “reforzar el mensaje” y minimizar los daños que puedan sufrir las refinerías saudíes. Por su parte, Hegseth declara que “son los únicos en el planeta que pueden hacerlo”, recordando que la decisión final recae en Trump.

La conversación entre Stephen Miller y Pete Hegseth, según una captura filtrada de la conversación
El mismo viernes se une a la conversación un contacto de nombre “S M” a quien el periodista se refiere como el subjefe de gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller, uno de los ideólogos de Trump ya en su primer mandato.
Supuestamente, Miller declara tener luz verde por parte del presidente Trump para realizar los ataques, pero añade que deben dejar claro “qué esperan a cambio” por parte de Egipto y Europa, evidenciando que Estados Unidos espera algún beneficio económico a cambio. En concreto, habla de “restablecer la libertad de navegación a un alto coste”.
Las filtraciones incluyen las celebraciones tras los ataques a Saná
Según ha declarado el periodista Jeffrey Goldberg, es el mismo sábado cuando se desata el caos dentro del grupo una vez se producen los primeros ataques. Aunque sin concretar, Goldberg ha explicado cómo la cuenta de Pete Hegseth publicó una actualización en la que se ofrecieron detalles operativos de los próximos ataques a Yemen, incluida información sobre los objetivos, las armas que Estados Unidos desplegaría y la secuencia de los ataques.

Los miembros del grupo felicitan y celebran la operación en la capital de Yemen
Tras una nueva actualización, esta vez de la cuenta de Michael Waltz, comenzaron las reacciones en el grupo. Mensajes de felicitaciones por los ataques a la capital yemení, emojis con la bandera estadounidense y declaraciones calificando la operación como “un gran comienzo” o “un buen trabajo” fueron el colofón de una filtración sin precedentes en lo que a seguridad nacional estadounidense se refiere.