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El mercado, en general, sigue viendo a bitcoin como un activo «de riesgo».
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Los bitcoiners han entendido que las propiedades de bitcoin lo convierten en un «oro digital».
El miércoles 2 de abril, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciará la próxima ronda de aranceles para Canadá, México, China y la Unión Europea (UE).
A medida que se acerca la fecha, los mercados financieros, incluido bitcoin (BTC) y las criptomonedas, reaccionan a la baja ante las últimas advertencias del mandatario estadounidense.
Como ha reportado CriptoNoticias, Trump manifestó que podría endurecer su postura si advierte que las autoridades de la UE y Canadá están trabajando en conjunto para perjudicar los intereses de Estados Unidos.
En medio de esta caída de precios, hay un activo que muestra fortaleza y brilla casi tanto como el sol: el oro.
Hoy, 31 de marzo, el metal precioso alcanzó, por primera vez en su historia, una cotización de 3.166 dólares por onza.
Al momento de la publicación de esta nota, el precio de la onza es de 3.110 dólares.
Esta subida de precio pone en evidencia —una vez más— que el oro continúa siendo el activo de refugio preferido por la mayoría de los inversionistas en tiempos de incertidumbre económica y tensiones geopolíticas.
Ahora bien, el título de esta nota plantea otra cuestión: ¿Por qué bitcoin no rompe máximos históricos?
Lo primero que hay que decir es que la moneda creada por Satoshi Nakamoto es considerada por los bitcoiners como “oro digital” por sus similitudes con el metal precioso.
Sin embargo, todavía está en sus primeras etapas de adopción, y el inversionista promedio lo califica como un activo de riesgo.
Al momento de la publicación de esta nota, la cotización de BTC es de 82.500 dólares, un 25% por debajo de su ATH de 109.110 dólares, alcanzado el 20 de enero de 2025.
Como ha reportado CriptoNoticias, BTC tiene todas las condiciones para convertirse en un refugio de valor a largo plazo.
En principio, porque tiene un suministro limitado en 21 millones de unidades y su emisión se reduce cada 4 años en un evento llamado halving.
Se trata de un factor que influye en el precio de BTC a medio y largo plazo. Precisamente, esa escasez inherente es lo que llama la atención de los inversionistas institucionales y los minoristas.
Otra cuestión a destacar es que bitcoin no se devalúa debido a la emisión o las políticas monetarias de los bancos centrales, a diferencia del dinero fíat.
No por nada BlackRock, el gestor de activos más grande del mundo, calificó a la moneda digital más valiosa del mercado como un “activo diversificador único”.
“Las características únicas de BTC pueden convertirlo en una cobertura contra riesgos que los activos tradicionales no pueden abordar, particularmente en tiempos de mayor incertidumbre geopolítica y económica”, se destaca en un informe de BlackRock.
Sin embargo, hace mención a lo expuesto anteriormente: todavía se encuentra en sus primeras etapas de adopción como medio de pago global o reserva de valor.
El oro ha sido utilizado como reserva de valor y medio de intercambio durante milenios, consolidando su estatus a lo largo de la historia.
Bitcoin, en cambio, nació en 2009 como una alternativa digital descentralizada. Aunque comparte características con el oro, aún debe demostrar si puede igualar su papel como refugio financiero en tiempos de crisis.
Actualmente, el oro es el activo más valioso del mundo con una capitalización de mercado de 21.184 billones de dólares (trillions, en inglés) mientras que BTC ocupa el noveno puesto y su valor es de 1.652 billones de dólares.
Ante este panorama, será cuestión de tiempo para que BTC sea considerado por el mercado como un activo de refugio en tiempos de incertidumbre económica.
¿Qué está diciendo el oro?
Adam Kobeissi, fundador del boletín financiero The Kobeissi Letter, advirtió a través de una publicación en su cuenta de X: “El oro acaba de alcanzar su 51° máximo histórico diario en los últimos 12 meses. Una racha como esta no se producía desde 2013. El oro sabe lo que viene a continuación”.
Con esta frase, el analista remarca que el metal precioso se está anticipando a la creciente incertidumbre económica y a los riesgos inflacionarios, impulsados por los aranceles de Trump.
Sin embargo, algunos podrían hacer una lectura más optimista. Hagamos un breve repaso para intentar encontrar una luz al final del túnel.
En 2013, el oro rompió una racha alcista que duró 12 años y sufrió una caída cercana al 30%, luego de haber alcanzado su máximo histórico de 1.920 dólares en septiembre de 2011.
Después de la crisis financiera de 2008, la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) implementó una serie de estímulos monetarios para apoyar la recuperación económica. Uno de los principales fue la flexibilización cuantitativa (Quantitative Easing, en inglés), un programa en el que la Fed compró grandes cantidades de bonos del gobierno y activos respaldados por hipotecas con el objetivo de inyectar dinero en la economía.
Otro estímulo importante fue la reducción de las tasas de interés a niveles cercanos a cero, lo que facilitó el acceso al crédito y fomentó la inversión. La reactivación económica de la principal potencia financiera a nivel global impactó de lleno en el rendimiento del oro.
Sin embargo, aquí es donde surge el optimismo: en el contexto actual de incertidumbre económica y considerando ese antecedente, algunos inversionistas interpretan la reciente subida del oro como una posible señal de que la Fed podría estar preparándose para recortar nuevamente las tasas de interés.
De hecho, varios especialistas sostienen que Trump está provocando una recesión para forzar un recorte de las tasas de interés.
Scott Melker, analista de mercados financieros, opina: “Es probable que Trump viera una oportunidad para dar forma a su política y crear el caos suficiente para llevar a los mercados a donde él quiere, preparando el escenario para lo ‘peor’ antes que lo ‘mejor’”.
Es que una caída profunda de la economía podría forzar a Jerome Powell a apurar los recortes de la tasa de interés, que actualmente se encuentra entre el 4,25%-4,50%.
“He estado diciendo que bajemos las tasas de interés. Nadie se hace rico cuando éstas son altas porque la gente no puede pedir dinero prestado”, declaró el presidente de Estados Unidos.
Cuando la tasa de interés baja, disminuye el costo del endeudamiento y hay más liquidez en el sistema. Esto contrarrestaría los vientos inflacionarios provocados por los aranceles.
A esto hay que sumarle la reducción del gasto público que está llevando adelante el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por su sigla en inglés), a cargo de Elon Musk, que permite una menor impresión de dinero y, por ende, menos inflación.
Para quienes ven el vaso medio lleno, quizás el oro lo que está tratando de decir es que Estados Unidos está cerca de un recorte de la tasa de interés.
Y, cuando esto ocurre, se reaviva el apetito de los inversionistas por los activos de riesgo como BTC y las criptomonedas.