El Constitucional confirma la destitución de Yoon Suk Yeol como presidente de Corea del Sur

La democracia funciona y se defiende a sí misma en Corea del Sur. El Tribunal Constitucional ha emitido este viernes un veredicto unánime que confirma que la destitución del presidente golpista Yoon Suk Yeol por la Asamblea Nacional se ajustó a derecho. El país deberá celebrar nuevas elecciones presidenciales en el plazo de sesenta días.

La argumentación de los ocho magistrados expresa sin fisuras que el ya expresidente se excedió en sus funciones al mandar al ejército a la sede de la soberanía nacional y a la Comisión Electoral, sin que concurrieran en absoluto las circunstancias que justificaran  estas medidas extremas. Las dificultades para aprobar los Presupuestos Generales en ningún caso garantizaban el uso de una potestad reservada para casos de guerra o de situación prebélica. 

El veredico ha sido retransmitido en directo en televisión. Noventa y seis mil coreanos participaron en la lotería para optar a uno de los veinte asientos abiertos al público para escuchar su lectura in situ. Miles de manifestantes se concentraban desde primera hora cerca del céntrico tribunal. Una mayoría contraria a Yoon y una minoría a favor. 

El despliegue policial es máximo, con más de 16.000 agentes movilizados en Seúl para evitar enfrentamientos. En enero el juzgado que dictaminó la reclusión preventiva de Yoon fue vandalizado por sus partidarios. El político reaccionario se encontraba en libertad desde hacía cuatro semanas. Desde este momento, pierde todas sus prerrogativas, que estaban en suspenso. Debe afrontar además un juicio penal por sus responsabilidad en la asonada del 3 de diciembre, que devolvió por unas horas a la República de Corea a sus días más negros. 

Horizontal

Imágenes de los expresidentes Yoon Suk Yeol y Parg Geun Hye exhibidas por la derecha coreana (que prefiere esta etiqueta política a la de “conservadores”). La inspiración trumpista evidente en el lema “Alto al robo”

ANTHONY WALLACE / AFP

Los magistrados han demostrado que no solo sus argumentos eran espurios, sino que además Yoon se saltó los procedimientos previstos para su medida de excepción. 

Yoon Suk Yeol no asistió a la lectura de la sentencia “por razones de seguridad”. Varias embajadas, como la de Estados Unidos o China, se encuentran también bajo protección reforzada. Las paradas de metro cercanas al Constitucional están cerradas desde la madrugada y once escuelas de los alrededores no han abierto sus puertas. 

El presidente en funciones, Han Duck Soo, rehabilitado como tal  hace apenas una semanas se mantendrá en el cargo hasta la celebración de nuevos comicios. Han, que acumula también el cargo de primer ministro, para el que fue nombrado por Yoon,   ha dado cuenta “con pesadumbre” de “la segunda destitución de un presidente de la República” pero ha prometido cumplir con su cometido durante este periodo de transición. 

El veredicto unánime de hoy, 8-0, respaldado por los cuatro magistrados y cuatro magistradas del Constitucional, desacredita los temores de supuesta división en su seno. Rumores originados por la rehabilitación de Han Duck Soo en sus cargos por el mismo tribunal, la semana pasada, tras haber sido destituido por la Asamblea Nacional por su negativa a firmar el nombramiento del noveno magistrado -un progresista- para la plaza aún vacante. 

Por su parte, Lee Jae Myng, líder del principal partido de la oposición, ha expresado su esperanza de que los coreanos no se vean obligados nunca más a pasar por este trauma, que ha tensado las costuras de la sociedad y puesto en cuestión la solidez de sus conquistas democráticas de las últimas tres décadas y media. 

Horizontal

Los partidarios de Yoon (en la foto) responden a un perfil ideológico y religioso muy definido y son mucho menos numerosos que sus detractores. El perfil de estos últimos es más transversal, más intergeneracional, más educado y más joven y un veredicto que exculpara la ley marcial habría llevado a su movilización permanente

Han Myung-Gu / Getty

El jefe del Partido Democrático de Corea es el favorito según las encuestas para ganar las presidenciales, después de que la persecución judicial que pesaba sobre él desde hace dos años para impedírselo cesara el mes pasado. El cesado Yoon Suk Yeol fue Fiscal General del Estado antes de dar el salto a la política. Sorprendentemente, fue promovido al cargo por el entonces presidente de la distensión con Corea del Norte, Mun Jae In, que posteriormente ha declarado lamentar profundamente su “error de juicio”.

De manera no menos paradójica, Yoon Suk Yeol, en tanto que fiscal, jugó un papel protagonista en la anterior destitución de un presidente en activo, Park Geun Hye, hija del dictador militar Park. En los últimos tres meses, colmo de las paradojas, los nostálgicos de la dictadura, los anticomunistas furibundos y los jubilados movilizados por iglesias evangélicas exhiben en sus concentraciones retratos aparejados de Yoon Suk Yeol y Park Geun Hye, mientras agitan banderas de la República de Corea y de los Estados Unidos de América. En su realidad alternativa, inflamada por las propias soflamas de Yoon Suk Yeol y varios youtubers de extrema derecha, las filas de la oposición -mayoritaria en la Asamblea Nacional- están cuajadas de agentes al servicio de Corea del Norte, mientras que las últimas elecciones legislativas, ya bajo la presidencia de Yoon, fueron manipuladas por China.

Todo ello, mientras el vendaval arancelario de Donald Trump acaba de enterrar en la práctica el tratado de libre comercio en vigor entre Washinton y Seúl desde hacía más de una década. Peor aún, infligiendo sobre Corea del Sur gravámenes del 25%, superiores incluso al 24% dedicado a Japón, que nunca derribó sus barreras comerciales. 

También te puede interesar