El Gobierno español comienza a evaluar la afectación que tendrán en la economía del país los nuevos aranceles que ayer anunció el presidente estadounidense, Donald Trump. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, prevé que la guerra comercial de EE.UU. reduzca el producto interior bruto (PIB) de España varias décimas, a pesar de que su exposición es menor que la de otros miembros de la Unión Europea, cuyo crecimiento económico también sufrirá en su conjunto un descenso similar.
“Hay ya varios análisis sobre la mesa con respecto al impacto agregado, en cualquier caso, tanto para Europa como para España, que efectivamente están poniendo sobre la mesa impactos en torno a varias décimas de PIB”, ha declarado el titular de la cartera de Economía en una entrevista en Onda Cero. En su última previsión, el Ejecutivo esperaba un crecimiento del 2,6% este año y del 2,2% el 2026. Una estimación que, con toda probabilidad, irá a la baja después de que Trump haya abierto la puerta a un nuevo paradigma del comercio mundial con la imposición de aranceles, que serán del 20% en el caso de la Unión Europea (UE).

Estados Unidos representa el 4,7% de las exportaciones españolas de bienes y servicios. Pese a esta baja exposición, Cuerpo avisa que los aranceles estadounidenses impactarán de manera indirecta en la economía española como consecuencia de la afectación que tendrá en sus socios comerciales. Añade también que, aunque el impacto agregado pueda ser “limitado”, la nueva política comercial de EE.UU. sí podría castigar de manera significativa a algunos sectores y empresas.
Por este motivo, el Gobierno anunció ayer un paquete financiero de préstamos y ayudas directas por valor de 14.100 millones de euros. Se prevé que las barreras arancelarias golpearán sobre todo a las compañías exportadoras de aceite, vino, maquinaria, componentes de automoción y productos farmacéuticos.

Donald Trump durante la presentación de los aranceles
El plan del Ejecutivo para evitar la sangría causada por el nuevo escenario comercial pasa por focalizar las medidas y las ayudas que se aprueben en las empresas y sectores más afectados. Si el mercado se cierra en EE.UU., la salida que se busca ahora es encontrar nuevos mercados que equilibren la balanza.
No obstante, el ministro ve posible aún una solución negociada, pues sostiene que la UE sigue “manteniendo la mano tendida y tiene voluntad de negociar” para evitar trasladar un mensaje de “escalada en este conflicto” comercial. En este sentido, considera que hay “voluntad” por las dos partes de llegar a un acuerdo: “Lo que espero es que se puedan calmar las aguas y evitar los peores escenarios, en concreto, el de guerra comercial”.
Al tiempo, el ministro ve con buenos ojos responder de manera “firme” a medidas que perjudiquen a la economía europea, como amenazó ayer la presidenta de la Comisión Europea. Entre las réplicas posibles, Cuerpo ha mencionado herramientas como el mecanismo anticoerción y ampliar el abanico de sectores a los que afectaría, como el de los servicios. Además de la imposición de aranceles, esta herramienta permite recurrir a restricciones en el comercio de mercancías y servicios y limitaciones al acceso a la inversión extranjera directa.
Alternativas a EE.UU.
El ministro apuesta por reforzar la red de socios comerciales priorizando Mercosur
Cuerpo también ha insistido en la importancia de ratificar el acuerdo con el bloque Mercosur (integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), pues dos de los productos más perjudicados por los aranceles de Trump, el vino y el aceite de oliva, podrían ser de los más beneficiados si la UE ratifica este pacto. “Tenemos que buscar reforzar la red de socios, entre ellos el primero Mercosur, donde ya llegamos a un acuerdo que tenemos que ratificar ahora los Estados miembros. Estamos en un momento perfecto para terminar de dar ese paso y para nosotros Mercosur es una zona clave, esencial».
Fortalecer alianzas
Pedro Sánchez se reunirá este mes con el presidente de China, Xi Jinping
El plan del Gobierno para contrarrestar los aranceles de Trump también pasa por “cuidar” la relación comercial con China, ya que “es un mercado esencial”, según Cuerpo. “No consideramos a China como un rival sistémico, es uno de los grandes socios estratégicos que deben tener la Unión Europea y España”, ha apuntado. De hecho, el presidente Pedro Sánchez viajará este mes al gigante asiático, donde se reunirá con su homólogo chino, Xi Jinping.
Asimismo, la UE se reunió en febrero con India, su tercer socio comercial -el primero es EE.UU. y el segundo China- para llegar a acuerdos que fomenten el comercio bilateral entre ambas partes y avanzar en las negociaciones para cerrar a finales de año un acuerdo de libre comercio.
Funcas avisa de los efectos indirectos
En un informe publicado este viernes, Funcas calcula que el impacto directo de los aranceles del 20% sobre la economía española será de entre dos y tres décimas del PIB, pero avisa de que los efectos indirectos será “cuantitativamente mayores”.
Además, considera que el golpe se concentrará en unos pocos sectores, que sufrirán un “agravio comparativo”. La maquinaria, los proveedores de automoción, el vino, los fabricantes de buques y los productores de aceite están entre ellos.
El riesgo de que China vuelque su producción sobre la UE y los efectos recesivos de EE.UU. añaden incertidumbre
Pese a que el impacto directo es relativamente contenido, de unos 4.800 millones de euros, “los impactos indirectos son cuantitativamente mayores”. Este se debe a que “los países más afectados por los aranceles, como China, intentarán compensar la pérdida de cuota de mercado en EEUU con una ofensiva comercial en otros destinos, presionando a la baja sobre los precios”.
El segundo motivo se encuentra en que “los efectos recesivos sobre EEUU, los tipos de interés, el euro y particularmente la inversión, una variable estrechamente relacionada con las exportaciones, serán los más relevantes a medida que se prolonga el vaivén de medidas, contramedidas y amenazas de retorsión”.
Como solución, Funcas aboga por que, al menos como principio de fondo, se profundice en la integración europea y en la prevalencia del Estado de derecho.
