El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ya ha iniciado su vista a Estados Unidos, y lo ha hecho tras aterrizar en Washington DC sin seguir una ruta aérea convencional. Según Hareetz, el avión del primer ministro israelí voló unos 400 kilómetros más de los necesarios para no sobrevolar el espacio aéreo de irlanda, Islandia y Países Bajos, por el temor de que ejecutaran la orden en caso de tener que realizar un aterrizaje de emergencia.
En Países Bajos, De Telegraaf ha confirmado que Netanyahu no sobrevoló el país.
La semana pasada, Netanyahu visitó Hungría al mismo tiempo en el que el presidente del país, el ultraderechista Viktor Orbán, anunciaba que su país dejaba de ser miembro de la Corte Penal Internacional, impidiendo así el arresto de Netanyahu.
El hambre como arma de guerra
El pasado mes de noviembre, la Corte Penal Internacional (CPI) dictó una orden de detención contra el mandatario y contra su exministro de Defensa, Yoav Gallant, por considerarlos los máximos responsables de crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra cometidos, por lo menos, desde el 8 de octubre del 2023 –el día después del ataque de Hamás– hasta el 20 de mayo del 2024, cuando se formuló la petición de la Fiscalía contra los dos altos cargos israelíes.
El tribunal considera que ambas autoridades usaron el hambre en Gaza como arma de guerra, entre otros crímenes contemplados bajo la ley internacional.

En aquella fecha, gran parte de la comunidad internacional respaldó las órdenes de arresto, y entre los primeros que reaccionaron asegurando que las aplicarían estuvieron la Unión Europea, Francia, Irlanda, Países Bajos, Colombia, Jordania o Sudáfrica. Este último país fue el que que presentó una acusación de genocidio contra Israel en diciembre de 2023 ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).