El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado al alza la previsión de crecimiento de la economía española para este año. La actualización es de dos décimas, hasta el 2,5%, en línea con las estimaciones del Gobierno (2,6%). El organismo ha decidido mejorar el comportamiento del PIB nacional a pesar del impacto de los aranceles de Estados Unidos en las empresas nacionales, una exposición que el FMI considera limitada.
El FMI apunta que el complejo contexto internacional no frenará el crecimiento de la economía española. Un crecimiento, apunta, que se baja en el sector exterior y en la fortaleza del mercado laboral. El organismo reconoce que en el 2024 España fue la líder en crecimiento entre las grandes economías avanzadas, siendo la única que sobrepaso el 3% de mejora.
“Esta mejora de la previsión de crecimiento refleja la buena base del modelo de crecimiento de la economía española”, ha asegurado hoy el ministro de Economía, Carlos Cuerpo. “Nuestra economía sigue por el camino de la modernización y transformación, consolidándose como el motor de crecimiento de la zona del euro”, ha añadido.

Sobre la amenaza arancelaria de Trump, el FMI apunta que la guerra comercial, de momento pausada durante tres meses, tendrá un impacto “contenido por la limitada exposición comercial directa e indirecta de España frente a Estados Unidos”.
El FMI espera que el crecimiento de la economía española “se mantenga sólido en el corto plazo”, aunque apunta también que disminuirá gradualmente como consecuencia de la normalización de los aumentos de la población en edad de trabajar y de las exportaciones. La evolución de la economía española también se verá afectada en el medio plazo por el envejecimiento demográfico, que dejará la tasa de crecimiento alrededor del 1,7% a partir del 2027.
La evolución de la economía española también se verá afectada en el medio plazo por el envejecimiento demográfico
El organismo que preside Kristalina Georgieva apunta que los riesgos que observa en la economía española tienden “a la baja”. Cita, en concreto, la inestabilidad política y su traslación a las política fiscales como uno de esos problemas. “La fragmentación política podría impedir una respuesta fiscal” si la reducción del déficit de España no llegara a cumplir los compromisos asumidos en el marco de gobernanza de la UE o si en el mercado surgieran inquietudes acerca de los riesgos soberanos en Europa, señala.
En lo que respecta a la inversión, el FMI pide prestar atención a los persistentes cuellos de botella en la oferta del sector de la construcción y a la lenta ejecución de los fondos europeos. Y también alerta que si los costes unitarios de la mano de obra suben más de lo previsto por las presiones salariales sostenidas o por un débil crecimiento de la productividad, podría desacelerarse el proceso deflacionario.