La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, todavía no se ha reunido con Donald Trump. La cúpula comunitaria está teniendo muchos problemas para tomar contacto con la nueva Administración estadounidense, que prefiere tratar directamente con líderes como el presidente francés, Emmanuel Macron, o la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
Pero hay una excepción. El único del actual equipo que por el momento está teniendo contacto directo con sus homólogos estadounidenses es un veterano diplomático eslovaco llamado Maros Sefcovic. Conocido en Bruselas como “Big Maros” por su gran estatura, desde hace unos meses es el comisario comunitario al frente de la cartera de Comercio y Seguridad Económica, con lo que tiene la difícil misión de negociar durante los próximos 90 días el mejor resultado posible en esta guerra comercial mundial iniciada por Donald Trump.

Maros Sefcocvic
Sefcovic viaja hoy por tercera vez en los últimos meses a Washington para reunirse, mañana, con su homólogo estadounidense, el secretario de Comercio Howard Lutnick. La última vez que hablaron por teléfono fue dos días antes de que Trump anunciara que congelaba durante tres meses sus aranceles recíprocos a todo el mundo salvo a China, con el objetivo de abrirse a negociar. La UE respondió con un gesto de buena voluntad al pausar también durante el mismo periodo su primer paquete de aranceles valorados en 21.000 millones de euros.
El eslovaco no es la figura más mediática del equipo de Von der Leyen, pero sí quien se conoce mejor cómo funciona Bruselas. En los pasillos destaca por su sempiterna sonrisa y sus vistosas corbatas. Lleva la friolera de quince años ocupando el puesto de comisario europeo, desde que Robert Fico le seleccionó para reemplazar como representante eslovaco a Ján Figel, que volvía a la política nacional. Así, en el 2009 Sefcovic se estrenó en el equipo del portugués José Manuel Durão Barroso con la cartera de Educación, Formación, Cultura y Juventud. Luego siguió ocupando puestos de más importancia bajo el timón de Jean-Claude Juncker y de Ursula von der Leyen, hasta el punto que tuvo el encargo de supervisar las relaciones con el Reino Unido tras el Brexit o el pacto verde, tan importante en la anterior legislatura.
El eslovaco, tras quince años como comisario, es el más veterano del equipo de Ursula Von der Leyen
Es el hombre más experimentado en el equipo de Von der Leyen, y aunque hubo ciertas dudas en el Parlamento sobre su idoneidad para repetir en el puesto por su cercanía personal al prorruso Fico, su trabajo avala que ya no cuenta como ninguna cuota de partido. Es, simplemente, un burócrata entre los comisarios, y Von der Leyen le quería a su lado. Tiene buena relación con muchos de los líderes. Meloni, por ejemplo, le tiene en gran consideración. Nadie hasta la fecha ha cuestionado que deba ser él quien se encargue de la respuesta europea.
Ahora, según el portavoz de Comercio, Olof Gill, Sefcovic viaja de “buena fe” para encontrar una solución que sea tan beneficiosa para la UE como para EE.UU.. Diplomáticos en la capital comunitaria le definen como el candidato idóneo para esta misión por su discreción, su pulso firme y su enorme paciencia. Nada hace que Sefcovic pierda los nervios, ni siquiera los comentarios despectivos de Trump, que habla de la UE como un invento para “joder” a EE.UU. o dice que el resto de países le quieren “besar el culo”. “Se necesitan dos para un tango”, resumió Sefcovic en una rueda de prensa el lunes, tras presidir la reunión de ministros de Comercio.
Nacido hace 58 años en Bratislava, intentó –sin éxito– concurrir a las elecciones presidenciales en el 2019. La primera vez que se interesó por la diplomacia fue a los 12 años, cuando su padre le regaló por Navidad un libro donde aprendió sobre los viajes de Lord Essex a Afganistán. Ha ocupado varios cargos diplomáticos, entre ellos el de embajador en Israel. Habla cinco idiomas –entre ellos el ruso, tras haber estudiado en Moscú– y, cuando no tiene que negociar sobre el futuro comercial de Europa, le gusta hacer excursiones con sus dos perros o nadar. De momento, le esperan meses muy ocupado.