¡Bendita subida de precio! Mientras las procesiones llenan las calles y gran parte del mundo celebra la Semana Santa, las memecoins inspiradas en Jesucristo muestran un notorio comportamiento alcista.
Estos activos digitales inspirados en la devoción cristiana y el fervor religioso, pegaron subidas que superan el 100% en 24 horas.
Vale aclarar que no se trata de ningún milagro financiero, sino de una simple «fiebre especulativa» por la llegada de la principal festividad del cristanismo.
Jesus Coin, un token de la red Ethereum, se destaca por ser una de las «memecoins cristianas» con mayor capitalización de mercado (36 millones de dólares). El siguiente gráfico, tomado de la plataforma DexTools, muestra cómo ha sido su comportamiento en el mercado durante los últimos días. Resulta curiosa la «venta de la noticia» producida tras el Jueves Santo:
Otros tokens inspirados en la segunda persona de la Trinidad cristiana, con capitalización de mercado mucho menor, presentan mayor volatilidad y subidas de precio mucho más pronunciadas.
La siguiente imagen muestra la subida de precio que han tenido tres tokens con el nombre «Jesus» en la red Solana. Nótese que dos de ellos (por su fecha de creación) parecen haber sido creados especialmente para ser ‘pumpeados’ en esta Semana Santa, mientras que otro —lanzado hace seis meses— buscó posicionarse para la Navidad de 2024:
Ante todo esto, no podemos más que hacer una advertencia: ¡Cuidado! Y no porque estos tokens sean heréticos, sino porque las memecoins, tan llenas de fervor como de volatilidad, a menudo esconden más traiciones que un Judas en Jueves Santo.
Como se advierte en la Criptopedia, sección educativa de CriptoNoticias, las memecoins están creadas en muchos casos para inflar bolsillos de insiders y dejar a los compradores tardíos con las manos vacías.
Estos tokens son un recordatorio de que en el mundo de las criptomonedas, no todo lo que brilla es un milagro. Antes de lanzarte a esta fiebre especulativa, haz como Tomás: no creas ciegamente y verifica bien dónde pones tu fe… y tu dinero.
