El club de milmillonarios que pone sus fortunas en las manos de Trump

La promesa del día de la liberación apenas resistió una semana, pero el daño perdurará tiempo en la economía estadounidense y mundial y en el bolsillo de los miembros de la oligarquía tecnológica que se sentaron en las primeras filas de la toma de posesión de Donald Trump en la rotonda del Capitolio el pasado 20 de enero. Los más ricos del mundo llegaron a perder 208.000 millones de dólares en un solo día durante la crisis de los aranceles, lo que demuestra que también están a expensas de los mercados bursátiles y de los vaivenes políticos del presidente de Estados Unidos.

La incertidumbre y la falta de confianza suelen castigar a las bolsas y así sucedió desde que Trump presentó su plan de aranceles. Cuatro días consecutivos de caídas y el alza de los bonos del Tesoro fueron suficientes para que el presidente diera una calculada marcha atrás pese a la pompa de la presentación de las barreras comerciales en la Casa Blanca. La derrota de Trump solo es parcial porque las tasas proteccionistas del 10% se mantienen, al igual que el gravamen del 145% para los productos chinos. Aunque el resto del mundo dispone de 90 días para negociar, China y Estados Unidos han empezado su guerra comercial.

Según los datos de Bloomberg, ocho de las diez fortunas más inmensas del mundo proceden de los réditos del poder tecnológico. Solo Warren Buffet y Bernard Arnault no pertenecen a ese sector. Y todos ellos han perdido valor desde principios de año. El que más, Elon Musk, que ha visto reducido su patrimonio en 121.000 millones, una cuarta parte del total, pese a la tímida recuperación bursátil que se apuntó después de que Trump anunciara su prórroga de 90 días. 

Los otros magnates que salieron en la foto de la rotonda el día de la investidura también han visto su fortuna reducida. Bezos, el segundo hombre más rico del mundo, ha bajado 33.300 millones y Zuckerberg, el tercero y que sigue perdiendo fuelle, unos 44.000. El resto de tecnológicos del índice Bloomberg nunca han mostrado un apoyo público o implícito a Trump pero igual han perdido. Son los antiguos jefes de Microsoft, Bill Gates (ha perdido 1.930 millones) y Steve Ballmer (10.500), los fundadores de Google, Larry Page (26.200) y Sergey Brin (24.500), y el creador de Oracle, Larry Ellison (38.800)

El miércoles 9 de abril fue el día de la recuperación. Las empresas llamadas ‘Siete Magníficas’ sumaron 1,5 billones de dólares y el índice Nasdaq se disparó más de un 12%, su mayor apreciación en una sesión desde 2008. Los beneficios de Nvidia, Apple, Tesla, Microsfot, Alphabet, Meta y Amazon crecieron entre un 9% y un 23%. Pero los incrementos de los ultrarricos se quedaron cortos. Los aumentos de 36.000 millones de Elon Musk y los 26.000 de Zuckerberg no compensaron las pérdidas desde el 2 de abril.

La tormenta amainó. Y los inversores que hicieron caso de la sugerencia de Trump en su red, Truth Social, (“Es el momento de comprar”) se forraron. Pero para los grandes millonarios tecnológicos, a quienes el presidente exige inversiones para generar empleos en Estados Unidos, la factura fue de 536.000 millones, lo que se suma a las pérdidas de su patrimonio desde que Trump empezó su segundo mandato en la Casa Blanca.

Durante la crisis de una semana, las grandes empresas tecnológicas perdieron 644.000 millones de dólares, un 4% de su valor. Elon Musk también se ha visto castigado también por su implicación en la administración y el efecto negativo en las ventas de coches Tesla, que han pasado de ser un icono medioambiental del futuro a un símbolo trumpista.

El gobierno estadounidense ha rebajado un poco el escenario de tensión con las tecnológicas gracias a las exenciones prometidas para los productos electrónicos como teléfonos móviles y portátiles, pero el Secretario de Comercio, Howard Lutnick, ya advirtió que se trata de una medida temporal hasta que se aprueba un nuevo paquete de tarifas del sector de los semiconductores.

Los gigantes tecnológicos también esperan que en las negociaciones sobre aranceles que Estados Unidos mantendrá con más de 70 países del mundo en los próximos meses se aborden temas como la eliminación de los impuestos sobre servicios digitales o la tasa Google que se aplica en Europa.

Además de Musk y Lutnick, Trump, que es milmillonario desde hace décadas gracias a sus negocios inmobiliarios, se ha rodeado de un gobierno de ricos que quiere eliminar regulaciones, reducir impuestos y recortar drásticamente la maquinaria burocrática. El vicepresidente James Vance, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, el ayudante de Musk en el DOGE y ahora candidato a gobernador de Ohio, Vivek Ramaswamy, y el subsecretario de Defensa, Stephen Feinberg, son los claros exponentes de este selecto club.

La administración Trump sostiene que su plan de aranceles tiene como objetivo impulsar la creación de empleos en Estados Unidos y de momento está consiguiendo que los magnates tecnológicos estén comprometiendo inversiones en este sentido. Microsfot y Nvidia han prometido destinar respectivamente 80.000 y 500.000 millones de dólares para crear nuevos centros de procesamiento de datos. El dominador del mercado de los semiconductores producirá supercomputadoras por primera vez en Estados Unidos. para la inteligencia artificial ha concretado que la producción de sus supercomputadoras. Esos comunicados se unen al que lanzó Apple en febrero, en el que aseguraba que invertiría 500.000 millones de dólares y crearía 20.000 puestos de trabajo en los próximos cuatro años.

A cambio, los gigantes tecnológicos aún esperan obtener réditos mientras ven cómo sus fortunas se reducen. Veamos los casos concretos de los que salieron junto a Trump en la foto de la investidura.

Elon Musk ilustración milmillonarios 1

Elon Musk

El laboratorio de Groenlandia del hombre más rico del mundo, pese a las pérdidas recientes

Parece que sus días en la administración Trump están contados, pero Elon Musk sigue, de momento, dirigiendo el DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental), el organismo creado expresamente para podar el gasto público y la administración estadounidense. Se estima que Musk aportó unos 270 millones de dólares a la campaña presidencial y al principio le salió a cuenta, pues a finales de 2024, tras la victoria electoral de Trump, se convirtió en el primer ultrarrico cuya fortuna superaba la barrera de los 400 millardos, consolidando su primer lugar en el ranking de las personas más ricas del mundo
El 8 de abril, sin embargo, la valoración de su patrimonio llegó a bajar de los 300 millardos y luego se recuperó ligeramente. Desde que Trump está en la Casa Blanca, el impulsor de Tesla y Space X y propietario de X, la antigua Twitter, ha perdido 121.000 millones de dólares, un 28% de su patrimonio, aunque buena parte de su desventura obedece a sus propias apuestas más que a los vaivenes del presidente. Desde que realizó el saludo nazi y asumió la motosierra que le brindó el presidente argentino Javier Milei, las ventas de coches eléctricos de Tesla, su principal activo, empezaron a declinar lastrando la cotización bursátil de la empresa. El primer trimestre de 2025 las ventas de Tesla cayeron un 13% en todo el mundo,
​Se ha hablado poco todavía, pero Musk, además de ser el podador del gasto público estadounidense, espera grandes retribuciones de Trump para sus proyectos de colonizar Marte. No solo contratos públicos sino también la posibilidad de explotar Groenlandia como laboratorio de las extremas condiciones de vida que se van a encontrar los primeros colonos del planeta rojo. Musk es uno de los grandes partidarios de controlar Groenlandia como sea. 
​En la visión trumpista de Groenlandia, según apuntó la agencia Reuters la semana pasada, también se dibuja un escenario de inteligencia artificial, coches autónomos, lanzaderas espaciales, micro reactores nucleares, trenes de alta velocidad… Un espacio libre de impuestos y regulaciones para probar cómo deberían ser las ciudades startup del futuro más inmediato. En estos planes Musk tiene mucho que ganar también.

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Jeff Bezos

Una estrategia de influencia para evitar las acusaciones de monopolio de Amazon

Amazon llegó a caer un 9%, su mayor bajada desde 2022, durante la crisis arancelaria. Como las otras tecnológicas, el impulso de Trump llevó al gigante del comercio online a máximos históricos en febrero pero desde entonces la caída ha sido de un 25%. La Comisión Federal de Comercio (FTC, por las siglas en inglés) persigue a Amazon y la acusa de estrategias desleales y que impiden la competencia para mantener ilegalmente su monopolio del comercio en línea. El juicio está previsto en octubre de 2026 en Seattle, la ciudad donde está domiciliada Amazon, con tiempo para hacer valer su influencia en la administración Trump. Como propietario del ‘The Washington Post’, Jeff Bezos, el segundo hombre más rico del planeta, en los últimos meses ha impuesto cambios en la sección de opinión y ya durante la última campaña presidencial obligó a que el diario, tradicionalmente decantado hacia los demócratas, no se pronunciara sobre qué candidato había que votar.

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Mark Zuckerberg

Un juicio que puede obligar a Meta a desprenderse de Instagram y WhatsApp

El fundador de Facebook es el único de los tres hombres más ricos del mundo cuyo patrimonio sigue a la baja después del fin de la crisis de los aranceles. En los primeros días de cotizaciones de esta semana, la fortuna de Mark Zuckerberg ha caído en casi treinta mil millones de dólares según los datos de Bloomberg. La razón es que esta misma semana ha empezado el juicio por la supuestas compras ilegales de Instagram y WhatsApp. La Comisión Federal de Comercio considera que esas compras nunca debieron obtener la autorización y que Meta debería deshacerse de ellas, lo que pondría en riesgo la posición dominante de la empresa de Zuckerberg, quien siempre ha defendido la política de intentar comprar a rivales en lugar de competir con ellos.
La prensa norteamericana asegura que el milmillonario, que se ha reunido con Trump en Mar-a-Lago, ha intentado que el presidente frene el proceso, aunque sin resultados de momento. Trump ha pasado de ser apartado de Facebook pues su cuenta fue suspendida tras el asalto al Capitolio el 6 de enero a 2021 a conseguir que Meta suspenda su política de moderación de contenidos.
Zuckerbeg, que un año atrás había llegado a recibir amenazas públicas de Trump, donó un millón de dólares para la ceremonia de investidura de Trump, a la que asistió junto a su esposa, y espera ver resultados pese a que las acciones de Meta han caído un 28% desde el mes de febrero, tras tres meses de grandes ganancias que coincidieron con el triunfo de Trump.

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Sundar Pichai

El mandatario de Google que espera 

Pichai es milmillonario desde hace poco más de un año Su fortuna asciende, según Forbes, a 1.100 millones de dólares. Aunque mira de lejos a los grandes gurús tecnológicos, representa a Google y a sus fundadores, Larry Page y Sergey Brin, que sí figuran en la lista de los diez más ricos del mundo y que también han sufrido los vaivenes de la política arancelaria estadounidense. Page y Brin, que participaron de actos de protesta contra Trump durante su primer mandato, no se dejaron ver por la Casa Blanca en día de la toma de posesión de Trump pero Pichai sí se sentó en la misma fila que Bezos, Musk y Zuckerberg.
Google también tiene cuentas pendientes con la justicia y se espera para este verano la decisión sobre si tiene que desprenderse de su navegador Chrome o no. Si lo que quiere Trump es que Estados Unidos recupere empleo deslocalizado, Alphabet ha anunciado ya que este año invertirá cerca de 75.000 millones de dólares en un centro de datos.

Tim Cook, CEO de Apple 5

Tim Cook

El futuro de Apple, los puestos de trabajo y los cambios en Silicon Valley

La fortuna de Tim Cook se estimaba este abril de 2025 en 2.400 millones de dólares según Forbes, lo que le situaba entre las 1.500 personas más ricas del mundo, pero muy lejos de las grandes multimillonarios tecnológicos. Sin embargo, la posición del sucesor del fallecido Steve Jobs al frente de Apple escenifica el cambio que se está experimentando en Silicon Valley, que tradicionalmente rechazaba inmiscuirse en asuntos políticos y cuyos genios tecnológicos creían firmemente que la tecnología serviría para construir un mundo mejor. Silicon Valley siempre ha sido un feudo demócrata. Si estuviera vivo, Jobs seguramente renegaría de Trump, pero lo cierto es que los gurús tecnológicos nunca mostraron un interés actvio en la política. En el condado de Santa Clara, donde tienen su sede Apple, Google y la Universidad de Stanford, entre otras, en las últimas presidenciales Kamala Harris logró un 68% de votos por el 28% de Trump. 
Apple, que ha sido acusada de políticas monopolistas por el Ministerio de Justicia, pretende ablandar a Trump con promesas como una inversión de 500.000 millones en cuatro años y la creación de 20.000 empleos en Estados Unidos. La empresa fue muy castigada por los vaivenes de los aranceles por su dependencia de China en la producción de los iPhone y durante unos días fue superada por Microsoft como la empresa mayor cotizada del mundo.

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