Un protocolo podría salvar wallets multifirmas de Bitcoin con claves vulneradas

Una de las propuestas más recientes que está captando la atención de desarrolladores y usuarios de Bitcoin es FROST (Flexible Round-Optimized Schnorr Threshold), un protocolo de criptografía que promete transformar la forma en que se gestionan las wallets multisig. FROST abre nuevas posibilidades para la custodia colaborativa y la planificación de herencias. 

Este avance, que se apoya en las capacidades de Taproot, podría cambiar las reglas de las dinámicas de custodia de Bitcoin al permitir la rotación de claves, comprometidas o no, sin necesidad de mover fondos en la red del criptoactivo. 

Como tal, FROST no es una actualización del protocolo base de Bitcoin, sino una innovación en criptografía que se implementa a nivel de aplicaciones y herramientas externas, como wallets. Por esta razón, su implementación no requiere cambios de consenso en la red ni la formalización de propuestas de mejora oficiales.

El 19 de abril de 2025, un usuario conocido en X como @w_s_bitcoin compartió su entusiasmo sobre las implicaciones de FROST: «La rotación de claves multisig off-chain va a ser un cambio radical con FROST. Imagina poder remover o reemplazar una clave comprometida sin mover tus fondos, y lo que esto significa para la custodia colaborativa y la planificación de herencias«. 

La publicación puso sobre la mesa una solución técnica que lleva tiempo gestándose y que ahora parece estar cerca de convertirse en realidad, gracias a proyectos como Frostsnap. No obstante, y pese a que podría estar cerca de materializarse, no hay fechas concretas para su lanzamiento. 

Según Frostnap desde su cuenta de X, la rotación de claves ocupa “un lugar destacado en nuestra lista de tareas pendientes una vez que hayamos terminado de pulir los aspectos básicos de nuestra wallet y tengamos Frostsnap en sus manos”.

¿Qué es FROST en Bitcoin?

FROST, que significa Flexible Round-Optimized Schnorr Threshold, es un protocolo que aprovecha las firmas Schnorr y las direcciones Taproot, dos mejoras introducidas en Bitcoin en los últimos años, para optimizar la gestión de esquemas multisig. Este protocolo fue propuesto por los investigadores Chelsea Komlo, Ian Goldberg y Douglas Stebila en 2020.

En pocas palabras, permite que un grupo de participantes gestione una wallet compartida de manera que, incluso si una de las claves privadas se ve comprometida, esta pueda ser reemplazada sin necesidad de realizar transacciones en la red Bitcoin o generar una nueva wallet completa desde cero. 

Por un lado, esto reduce los costos asociados a las comisiones de red; por el otro, mejora la privacidad, ya que las transacciones generadas con FROST se ven en la cadena como si fueran firmas únicas, indistinguibles de una transacción convencional en la mempool.

El potencial de esta tecnología no pasó desapercibido para Frostsnap, un proyecto que está desarrollando dispositivos específicos para implementar FROST. 

En respuesta al comentario de @w_s_bitcoin, el equipo de Frostsnap expresó en X su expectativa de que «llegue el día en que no tengamos que mover una wallet entera a una nueva solo para cambiar un firmante». 

Como reportó CriptoNoticias, Frostsnap trabaja en soluciones que permita a los usuarios gestionar claves compartidas entre múltiples dispositivos, garantizando que las transacciones sean más seguras y privadas. Nadie podrá distinguir que el Bitcoin está protegido por un esquema multisig, aseguran en Frostsnap, destacando cómo Taproot oculta la naturaleza colaborativa de las operaciones. 

Tecnicamente hablando, las multifirmas generadas con este protocolo lucen como cualquier transacción Taproot (bc1p) en la red Bitcoin.

Desde un punto de vista técnico, FROST representa un avance significativo en el campo de la criptografía aplicada a la red Bitcoin. Este protocolo permite implementar los tradicionales esquemas de firmas de umbral (threshold signatures) de tipo «n-de-m», donde solo un subconjunto de participantes necesita firmar para autorizar una transacción. 

Ventajas y desafíos del protocolo FROST en Bitcoin

Este proceso se realiza completamente fuera de la cadena, mediante rondas de comunicación entre los participantes, lo que elimina la necesidad de exponer los detalles del esquema multisig en la red Bitcoin. 

Además, al integrarse con Taproot, las transacciones resultantes son más económicas en términos de espacio en la cadena y más privadas, ya que no revelan la complejidad del arreglo de custodia.

Sin embargo, la implementación de FROST no está exenta de desafíos. La misma fuente técnica señala que la complejidad de su desarrollo es una barrera importante: garantizar una implementación segura y confiable en diferentes plataformas y lenguajes de programación será clave para su adopción masiva. 

A pesar de estos obstáculos, el borrador oficial del protocolo, disponible en el IETF y publicado en junio del 2024, demuestra que FROST está en una etapa avanzada de de desarollo y definición técnica, lo que sugiere que su uso práctico podría estar a la vuelta de la esquina.

Para los usuarios de Bitcoin, las implicaciones de FROST son interesantes. En un contexto de custodia colaborativa, la posibilidad de rotar claves sin mover fondos reduce los riesgos asociados a la pérdida o compromiso de una clave. 

En términos de herencia, permite diseñar esquemas donde los beneficiarios puedan acceder a los fondos sin necesidad de realizar transacciones onerosas o públicas en la red Bitcoin, a la vez que modificar las políticas de acceso a dichas herencias en caso de que sea necesario mediante la rotación de claves. 

Además, la privacidad que ofrece al ocultar la naturaleza multisig de las transacciones podría dificultar los esfuerzos de vigilancia por parte de actores externos, un aspecto crucial en un contexto donde la trazabilidad de las transacciones sigue siendo un tema discutido.

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