Próximo destino, aeropuerto

El presidente de ERC, Oriol Junqueras, remarcó, hace un par de semanas, la necesidad de gestionar los aeropuertos catalanes desde la proximidad. Rechazaba la ampliación del de Barcelona, pero ponía sobre todo el acento en la gobernanza, en la gestión desde Catalunya. El aviso del republicano disonaba en medio de otros debates más acuciantes, como los problemas de Rodalies, la guerra comercial o la vivienda, pero Junqueras lo justificó por ser un tema que “volverá pronto”, dijo, desvelando así cuál será la siguiente carpeta del Govern de Salvador Illa.

Así será. Una vez que el Ejecutivo de Salvador Illa apruebe los nuevos suplementos de crédito presupuestario, de unos 1.800 millones de euros, sobre los que el Departament d’Economia ha iniciado ya las negociaciones, el próximo destino del debate político será el aeropuerto. En el Govern lo sitúan antes del verano y remarcan la determinación del president en este asunto, que ya fue objeto de un acuerdo entre socialistas y el Govern de Pere Aragonès para los presupuestos del 2023.

El president mantiene su empeño en esta obra, para que dentro de unos años no pase como con Rodalies

Las reticencias de ERC, y sobre todo de los Comuns, a la ampliación del aeropuerto no amilanarán en el empeño a Illa, que considera esta obra “esencial para Catalunya y la economía catalana”. Fuentes del Govern justifican la necesidad de esta empresa comparándola con el transporte ferroviario: “Si no queremos que en un futuro pase con el aeropuerto como con Rodalies, hay que hacerlo” porque “hemos pasado de seis a ocho millones de habitantes y el aeropuerto no se ha dimensionado, está al límite de la saturación”, subrayan.

Además, Illa viajará a Japón y Corea el próximo mes de mayo y, aunque el motivo de la visita no es este, representará una ocasión idónea para remarcar la urgencia de mejorar las conexiones con zonas del mundo que pueden aportar oportunidades de negocio, sobre todo en un contexto global de guerra comercial y de viraje de Europa hacia Asia. Según fuentes del Ejecutivo socialista, la demanda de vuelos a Japón desde Catalunya está entre los 80.000 y 90.000 al año; sin embargo, no existe una conexión directa para un servicio que lleva más de 15 años en estudio.

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El president de la Generalitat, Salvador Illa, durante una sesión de control al Govern, en el Parlament.

Hasta la aprobación en septiembre del 2026 del Documento de Regulación Aeroportuaria de Aena (Dora III), donde figuran las inversiones previstas para el quinquenio 2027-2031, aún hay tiempo, pero el presidente del gestor aeroportuario, el socialista catalán Maurici Lucena, ha empezado a abrir el melón. Dispuesto a dar una buena nueva sobre el futuro de la infraestructura de El Prat, Lucena se contuvo recientemente en un foro de La Vanguardia, en el que se limitó a reclamar que Catalunya no pierda esta vez la posibilidad de recibir los más de 2.000 millones de euros que podría representar la ampliación de la tercera pista –la más próxima al mar, destinada a despegues–, la construcción de una terminal satélite y otras inversiones.

La propuesta que perfila la comisión técnica “para la mejora” del aeropuerto de El Prat, constituida en enero del 2024 con representantes del Departament de Territori y del Ministerio de Transportes, se traduce en una ampliación de 300 metros de la mencionada pista, en lugar de los 500 metros que reclamaba Aena, y que el gestor aeroportuario ya bendice. Esto se traduce en una afectación sobre el espacio protegido de la Ricarda y, en un menor grado, sobre el del Remolar, en el que no habrá que verter asfalto, pero sí delimitar una zona de seguridad.

La propuesta en la que trabajan los técnicos se basa en ampliar la tercera pista 300 metros en lugar de 500

A ERC no le complace ampliación alguna, pero la clave de la entente puede estar en “la gobernanza” y el respeto al medio ambiente.

Aunque no es imprescindible, al Govern le gustaría emprender este proyecto de la mano de los republicanos, que hasta ahora se dedican a “anticipar su posición”, interpretan en el Govern. Cuando ERC habla de gobernanza lo que reclama es que la Generalitat pueda incidir en los aspectos “clave y estratégicos de las infraestructuras aeroportuarias” de Catalunya y “vele” por los “intereses públicos y territoriales”. Así reza el acuerdo con el PSC para investir a Illa, donde los republicanos aceptan “transformar” el aeropuerto para que “gane capacidad” –eufemismo para evitar el término ampliación –, y facilitar así “nuevas conexiones intercontinentales de largo radio”.

ERC acepta transformar la infraestructura para que “gane capacidad”, pero exige un peso en la “gobernanza”

De nuevo, ERC pone el acento en “quién tiene la llave”, deducen en el Ejecutivo de Illa, al tiempo que tratan de acotar la ampliación sacando a relucir su cariz ambientalista. Por eso exigen un “especial cuidado en la preservación de los espacios protegidos” de la Ricarda y el Remolar y ponen límites a las emisiones contaminantes anuales, que “condicionarán el número total de operaciones que se podrán realizar anualmente”, según el pacto de investidura.

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El president, Salvador Illa con el presidente de Llombardia, Attilio Fontana, el de Alvernia-Ródano-Alpes, Fabrice Pannekoucke, y el secretario de Estado de Baden Württemberg, Florian Hassler.

El Govern se ha impuesto “hablar poco y trabajar con discreción”, pero no podrá contar en esto con su otro aliado, los Comuns, contrarios a ampliación de cualquier tipo. Su ministro, Ernest Urtasun, impulsó la compra de la casa Gomis, emblemático edificio de la Ricarda, por 7,2 millones. El plan del Ministerio de Cultura es convertirlo en un centro cultural público y complicar así los planes del Govern, pero en el Ejecutivo de Illa garantizan que esto no entorpecerá su objetivo.

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