
Hay empresas que cotizan en bolsa y otras que no cotizan pero tienen varios socios. Algunas tienen muchos años de historia. Hay un caso en el que los tres socios que fueron fundadores en los años 1940 más tarde repartieron sus acciones entre sus hijos y luego esos hijos distribuyeron sus acciones entre sus hijos y el resultado es que la empresa hoy en día tiene cerca de 20 accionistas. Entre los 20 han montado un consejo para la empresa, cosa que no ha sido fácil porque muchos no querían que otros familiares estuviesen y la cosa acabó con unos consejeros externos a la familia, con cierto prestigio y una garantía de que procurarían que la empresa fuese muy bien.
Algunos consejeros tenían la idea de que la empresa, aunque era rentable, no tenía un gran crecimiento y esos consejeros pensaban que sería oportuno venderla con rapidez. Su idea era que el crecimiento del sector se lo irían llevando competidores más grandes y desplazados internacionalmente y que muy probablemente alguno estaría dispuesto a comprar a un precio razonable la empresa familiar.
La venta del negocio familiar o el traspaso a los hijos divide a los empresarios
Pero para algunos miembros de la familia, sobre todo los que tenían hijos trabajando en la empresa, la idea de vender la empresa les sonaba como un insulto. Hemos visto algunas empresas familiares que han hecho suspensión de pagos o incluso que han quebrado y no han pasado dinero a la familia y es probable que más adelante tampoco lo puedan hacer. Sin embargo, la idea de vender la empresa les suena a muchos miembros de la familia como un insulto.
Algunas empresas familiares han creado un comité de miembros de la familia supervisando a un buen profesional que invierta una buena parte de los fondos que puedan salir de la empresa familiar para crear una diversificación en el patrimonio familiar. Tenemos casos en que esa unidad ha tenido un buen desarrollo con inversiones inmobiliarias, inversiones en startups o empresas cotizadas.
Hay hijos que preferirían que su padre vendiese su empresa y les pasase el dinero. Pero recuerdo que en mi escuela de China vi que todavía no se había organizado nada sobre la empresa familiar. Hará de esto unos 5 años. Decidí organizar un evento sobre el tema invitando a asistir a un gran grupo de empresarios exalumnos que habían creado su empresa. Anuncié que los que tuviesen hijos o hijas con más de 15 años podían venir con ellos. Los ponentes eran empresarios emprendedores que habían creado empresas excelentes y todos dijeron que venderían su empresa para pasarles el dinero a sus hijos.
Cuando empezamos el coloquio varios de los hijos dijeron que ellos preferirían que su padre les pasase la empresa en vez del dinero de venderla. Todos decían que la empresa de su padre tenía un gran potencial de crecer, entre otras cosas internacionalmente. Claramente, los jóvenes chinos veían la importancia de la empresa familiar. Este tema es global.