La compañía automovilística Seat cerró el primer trimestre del año con un resultado operativo de 5 millones. Una cifra que es un 97,7 % inferior a la obtenida en el mismo periodo del 2024, cuando consiguió una rentabilidad de 226 millones, según se desprende de las cuentas que Volkswagen ha publicado este miércoles.
Pese a que la facturación aumentó un 2,4 %, hasta los 3.895 millones de euros, las entregas de vehículos -de las marcas Seat y Cupra- se redujeron casi un 4%, hasta las 158.000 unidades, incluyendo el Audi A1, que se produce en la planta de Martorell (Barcelona).

Empleados trabajan en la cadena producción del nuevo modelo de Cupra Fomentor y Cupra León el pasado mes de junio
Seat atraviesa un momento de impás después de que que a finales de marzo Wayne Griffiths anunció por sorpresa que dejaba la dirección de Seat y desde entonces Markus Haupt, vicepresidente de producción y logística, asume la dirección interina de la compañía. Asimismo, está pendiente del impacto que puedan tener los aranceles europeos impuestos al Cupra Tavascan, el eléctrico que produce en China. La tasa a este modelo de vehículo es del 30,7% -el 10% previsto anteriormente y un 20,7% adicional-. En la presentación de sus resultados de 2024, Seat ya alertó de que los aranceles habían penalizado su rentabilidad.
Pérdida de rentabilidad
El grupo Volkswagen reduce su beneficio operativo un 37%
De enero a marzo, el grupo automovilístico Volkswagen, al que pertenecen marcas como VW, Skoda, Seat, Cupra, Porsche y Audi, obtuvo un beneficio neto atribuido de 1.831 millones de euros, un 43,4 % menos que en los mismos meses del 2024, por extraordinarios y peores resultados en China.

El beneficio operativo del grupo disminuyó un 37 %, hasta casi 2.900 millones de euros, por extraordinarios negativos de 1.100 millones. A su vez, la rentabilidad operativa sobre las ventas del grupo se situó en el primer trimestre en el 3,6 %, porcentaje que contrasta con el 6 % logrado un año antes. Los extraordinarios negativos de 1.100 millones de euros corresponden principalmente a provisiones de 600 millones de euros en relación con la regulación de emisiones de CO2 en Europa y de 200 millones de euros para la reestructuración en su filial de software Cariad.
Además, el grupo ha reservado otros 300 millones de euros para ajustes en las reservas relacionadas con la manipulación de las emisiones en vehículos con motor diésel y para gastos por posibles ajustes de valor de vehículos en transporte debido a los aranceles que aplicó EE.UU. a comienzos de abril.
La facturación aumentó entre enero y marzo un 2,8 %, hasta 77.558 millones de euros. Asimismo las entregas a clientes en todo el mundo del grupo Volkswagen crecieron un 1,4 % hasta marzo, con 2,13 millones de vehículos. Por todo ello, espera cerrar el año con un crecimiento de la facturación del 5 % y un margen operativo de entre el 5,5 y el 6,5 %.