
Cien días después del inicio del segundo mandato de Trump, su rival en las últimas elecciones, la ex vicepresidenta Kamala Harris, ha reaparecido en público en una convención demócrata celebrada en San Francisco (California). Y los cien primeros días de la segunda administración Trump han marcado, precisamente, su discurso. Harris, en tono crítico, ha censurado los “temerarios” aranceles de Trump que “invitan a una recesión”. Y ha subrayado que la política del actual presidente responde a “una visión estrecha y egoísta de Estados Unidos, donde se castiga a quienes dicen la verdad, se premia a los leales, se lucra con el poder y se deja a los demás a su suerte”.
Harris enmarcó su intervención en torno al concepto de “valentía” —elogiando a jueces que han fallado contra Trump y a universidades que han resistido las exigencias de su administración de aplicar cambios radicales—. Advirtió que, aunque los planes de Trump puedan parecer a algunos como “caos absoluto”, en realidad representan “la ejecución rápida de una agenda que lleva décadas gestándose”. “Estamos viviendo en su visión de Estados Unidos”, afirmó Harris. “Y no es una visión que los estadounidenses quieran”.
Su aparición se produce en un momento en que los demócratas siguen divididos sobre cómo contrarrestar las amplias acciones ejecutivas de Trump para reducir el tamaño del gobierno, su política comercial impredecible y su agenda social, que incluye desde la deportación acelerada de inmigrantes indocumentados hasta la eliminación de normativas y programas relacionados con la diversidad. Pero el centro del discurso de Harris estuvo en la economía. “Nos enfrentamos a la mayor crisis económica provocada por el hombre en la historia moderna de la presidencia”, dijo.
Empeorar para mejorar
En un inicio tumultuoso de su segundo mandato, Trump ha firmado 142 órdenes ejecutivas, más que cualquier presidente reciente, según el American Presidency Project de la Universidad de California en Santa Bárbara. El cierre del primer trimestre también marcó la primera contracción de la economía estadounidense en tres años. Trump culpó al expresidente Joe Biden del débil crecimiento del PIB y trató de resaltar la fuerte demanda interna.
Harris no entró en debate con otras figuras demócratas que han criticado a Trump, sino todo lo contrario: animó a sus correligionarios a alzar la voz y elogió al senador Cory Booker, a Sanders y a activistas por su “claridad moral” y valentía. “El coraje es contagioso”, afirmó. Advirtió además sobre una posible crisis constitucional si el Congreso o los tribunales “no cumplen con su deber”. Y animó a los estadounidenses a actuar en unidad: “Frente a la crisis, la lección es: no dispersarse”.
Aunque su discurso fue en gran parte movilizador, Harris advirtió que contrarrestar a Trump requerirá un esfuerzo prolongado. “Probablemente las cosas empeoren antes de mejorar”, concluyó.
Kamala: ¿Objetivo California?
Ex fiscal general de California, Harris está considerando postularse a gobernadora en 2026, cuando Gavin Newsom no podrá presentarse a un tercer mandato. Aunque aún no ha confirmado públicamente su candidatura, una asesora de la ex vicepresidenta aseguró que Harris se ha fijado el verano como plazo para tomar una decisión. Convertirse en gobernadora le daría una poderosa plataforma desde la que oponerse a Trump desde el estado más poblado del país, aunque podría dificultar una eventual tercera campaña presidencial en 2028.
Trump ha actuado con rapidez para reformular las políticas federales y desmantelar medidas progresistas en materia de igualdad racial y de género. Harris, de 60 años, ha permanecido en gran medida alejada del foco público, con apariciones esporádicas desde la toma de posesión de del actual presidente.