La OPEP+ aumenta la producción de petróleo pese al descenso de los precios

 Una bomba de oro negro sacude el mercado del crudo. 

Ocho países miembros de la OPEP+ anunciaron el sábado un fuerte aumento de la producción de petróleo para junio, acelerando el ritmo de reapertura de las válvulas con el riesgo de hundir unos precios que ya son muy bajos. Cuando el barril a principios de año cotizaba 75 dólares en la actualidad ronda los 62.

Al subir la oferta, el cartel confía en expandir su cuota de mercado

Según lo acordado, Arabia Saudita, junto con Rusia y otros seis miembros del cártel, producirá 411.000 barriles por día, lo mismo que en mayo, según un comunicado, mientras que el plan inicial de reintroducción preveía un aumento de sólo 137.000 barriles.

“La OPEP+ acaba de lanzar una bomba en el mercado petrolero”, declaró a la AFP Jorge León, de Rystad Energy.

“Tras la señal del mes pasado, la decisión de hoy envía un mensaje claro: el grupo está cambiando su estrategia y busca recuperar cuota de mercado tras años de recortes”, continuó.

Si los precios siguen bajando, el sector del fracking de EE.UU. puede sufrir porque perforar es menos rentable

Un cambio que también permite “buenas relaciones con los Estados Unidos de Donald Trump”, según el analista.

En efecto, poco después de asumir el cargo, el presidente estadounidense pidió a Arabia Saudita que produjera más para bajar el precio del oro negro.

Estos 22 países, la mayoría de los cuales dependen en gran medida de la riqueza petrolera, hasta hace poco apostaron por la escasez de oferta para impulsar los precios, manteniendo millones de barriles en reserva.

Con un esfuerzo más marcado de ocho miembros: además de Arabia Saudita y Rusia, Irak, los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Kazajstán, Argelia y Omán acordaron reducciones voluntarias adicionales en los últimos años.

Tras posponer repetidamente la reintroducción de estos volúmenes, iniciaron el proceso a principios de abril y ahora pisan el acelerador. ¿A qué se debe este cambio de estrategia?

Este aumento de la producción,  podría tener como objetivo “castigar a los tramposos” de los miembros de la OPEP+, es decir, “a aquellos que no respetan sus cuotas”, según Arne Lohmann Rasmussen, de Global Risk Management. Es decir, que representa un mensaje en clave interna,  puesto que algunos países “ya no están dispuestos a tolerar la falta de disciplina”  confirmaba  Carsten Fritsch, de Commerbank.

Sin embargo, estos desacuerdos internos no explican por sí solos la decisión de la OPEP+, que también puede estar motivada por el deseo de anticipar posibles desarrollos geopolíticos.

Porque si las negociaciones sobre la energía nuclear iraní y la búsqueda de un alto el fuego duradero entre Rusia y Ucrania tienen éxito, Estados Unidos podría aliviar sus sanciones contra Moscú y Teherán, permitiendo la exportación de nuevos barriles.

En este contexto, la OPEP+ prefiere avanzar sus peones aumentando rápidamente su producción.

Esta estrategia podría, sin embargo, acentuar la caída del precio del oro negro, lo que también podría poner en peligro no sólo a algunos países emergentes que necesitan vender el barril a un buen precio para financiar sus maltrechos ingresos fiscales, sino a los grandes actores estadounidenses del sector, especialmente las empresas de fracking o perforaciones en la roca. 

La producción ya no sería rentable para ellos “por debajo de 55 dólares durante un período prolongado”, explica Ole Hvalbye, analista de SEB. Es decir que Trump podría vender como éxito a los consumidores  que tendrán un precio más bajo en el surtidor, pero al mismo enfadar a las petroleras, que muchas de ellas le apoyaron durante la campaña electoral y que ahora harán menos negocio. Este aspecto con toda seguridad no debe desagradar a Rusia, que al abrir el grifo sabe que de esta manera puede poner apuros al sector energético de EE.UU., (país que todavía tiene en vigor sanciones económicas contra Moscú tras la guerra de Ucrania). 

Asimismo, con este gesto aparentemente poco lógico, podría ser que Arabia Saudita esté “probando” su influencia sobre los precios, para enviar al mercado una señal de que, Riad, a  diferencia de EE.UU.  puede producir sea cual sea la cotización del barril.  No hay que olvidar que los estadounidenses se han convertido, en cuanto a producción, en los líderes mundiales en los últimos años. Al inundar con más oro negro, el cartel confía en recuperar su influencia en el mercado y subir su cuota. 

La toma de posesión de Donald Trump en la Casa Blanca en enero marcó un punto de inflexión en el mercado.

El barril, que cotizaba a alrededor de 80 dólares por barril, se ha desplomado desde entonces debido al empeoramiento de las perspectivas económicas y la amenaza de recesión.

La guerra comercial entre Estados Unidos y China, los dos mayores consumidores de petróleo, ha contribuido a rebajar las previsiones de demanda, provocando una caída de los precios, que se sitúan en niveles  no vistos desde febrero de 2021. Este último aumento de oferta puede arrastrar el barril todavía más abajo. También en Europa y justo cuando tienen que empezar los desplazamientos para las vacaciones de verano. 

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