Santos Guzmán, acaba de aparcar la vieja camioneta en El Carao, un pueblecito campesino a una hora por carretera de San Salvador. Allí venderá la última “minuta” del día, un tipo de sorbete hecho de hielo molido. “Ahora voy de un pueblo a otro; y salen los niños, salen los adultos a comprar las “minutas”, los churros, limón para el que lo toma con la cerveza”, explica Guzmán, nacido hace 38 años en las entonces peligrosas comunidades de la costa ya conocida como Surf City. “Hace unos años no podía hacer esto; las pandillas te extorsionaban. Si vendías 30 dólares al día, te cobraban 3 o 4. Si no pagabas, había dos opciones: dejar la venta, o ‘¡a la brava!’, como dicen ellos”. ¿A la brava? “Pues ya sabe lo que le toca: la muerte”.

La vida dentro y fuera de la mega carcel el CECOT
Al otro lado del pueblo, a unos cinco kilómetros por la carretera, sorteando perros callejeros, gallos de pelea y cientos de mangos caídos a la calzada, dos guardias en uniforme militar vigilan la entrada a la ya infame mega cárcel: el Centro de Confinamiento de Terrorismos, el CECOT.
La solicitud para el CECOT ha sido denegada por el gobierno de Nayib Bukele con la explicación de que “no habrá acceso a ningún medio”. Pero el Matt Gaetz Show, del trumpista republicano de Florida y ahora presentador de televisión, se transmitió desde la cárcel la semana pasada. “¡Den media vuelta!”, ordenan los policías armados con enormes ametralladoras.
Con una superficie de 236.000 metros cuadrados e inaugurado hace dos años, el CECOT tiene capacidad para 40.000 presidarios, aunque alberga en estos momentos a solo 15.000, la mayoría integrantes de las pandillas Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18.Unos 5.000 de ellos fueron detenidos después del inicio en el 2022 del estado de excepción implementado por Bukele; el resto ya condenado ha sido trasladado desde otras cárceles.

El Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT)
La megaprisión para criminales peligrosos
que el Gobierno de Bukele ha construido
en Toluca, El Salvador
Edificios / estructuras
Muros y vallas perimetrales
Torres de vigilancia
Carreteras
Procesamiento
de prisioneros
Bloques
de celdas
Área de
aparcamiento
Estancias
del personal
Fuente: AFP
LA VANGUARDIA

El Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT)
La megaprisión para criminales peligrosos
que el Gobierno de Bukele ha construido
en Toluca, El Salvador
Edificios / estructuras
Muros y vallas perimetrales
Torres de vigilancia
Carreteras
Procesamiento
de prisioneros
Bloques de celdas
Área de
aparcamiento
Estancias
del personal
Fuente: AFP
LA VANGUARDIA

El Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT)
La megaprisión para criminales peligrosos que el Gobierno
de Bukele ha construido en Toluca, El Salvador
Muros y vallas perimetrales
Edificios / estructuras
Carreteras
Torres de vigilancia
Procesamiento de prisioneros
Bloques de celdas
Área de aparcamiento
Estancias del personal
Fuente: AFP
LA VANGUARDIA

El CECOT esta a mitad de su capcidad, otras cárceles tienen un hacinamiento del 300%
Es imposible ver la cárcel, pero una enorme instalación de placas solares, confirma la demanda energética que genera. Detrás, como una metáfora para un país que ha encarcelado a uno de cada diez habitantes, la mayoría jóvenes –la tasa de encarcelamiento mas elevada del mundo–, el volcán de San Vicente se perfila entre las nubes.
“Tengo muchos, amigos en el CECOT”, prosigue Guzmán. “Éramos unos 25, todos crecimos juntos. Y ahorita de esos 25 yo creo que si acaso hay como tres que quedan libres como yo. Unos están muertos. Otros desaparecidos. Otros en la cárcel. Ellos se metieron a andar en pandilla. Yo no. Me hicieron la oferta cuando tenía 17 años. El propio encargado de la colonia donde vivía me dijo que si yo quería andar en eso, pues que darían protección a mi familia”.

Santós Guzmán, vendedor de minutas en los alrededores de la mega cárcel
Desde las primeras redadas del estado de excepción han sido encarcelados unos 85.000 presuntos pandilleros aunque según Ingrid Escobar, de la oenegé Socorro Jurídico, unos 30.000 pueden ser inocentes. “Enfrente de mí yo veía cómo los policías los llevaban, todos reventados de la cara, golpeados, llenos de sangre”, dice Guzmán ya moliendo el hielo. “Me daba lástima, pero es el camino que ellos buscaron”.
El CECOT tiene fama internacional. Pero –muy por debajo de su capacidad– no es lo peor del sistema penitenciario de Bukele. A 20 minutos por la carretera hacia San Salvador se ve la entrada del centro penitenciario de Zacatecoluca, que como la veintena de otras cárceles salvadoreñas, alcanza un grado de hacinamiento del 300% (hay tres veces más reclusos para el espacio para el cual fue creado). La población carcelaria se ha duplicado en tres años.
Los encarcelados acabarán encontrándose con las dos innovaciones del sistema judicial: los juicios masivos y los “jueces sin rostro”. “Ya no se procesa a las personas por sus acciones individuales, sino por sus acciones en grupo. En algunos juicios se juzgan a 100, 500, hasta 2.000 acusados en un solo proceso. Es algo sui generis, no se había visto recientemente en el mundo”, dice Escobar.
En algunos juicios se juzgan a 2.000 acusados en un solo proceso
Tal vez el bajo número de presos en el CECOT se deba al plan de internacionalización de Bukele “Cualquier país puede requerir nuestros servicios e instalaciones penitenciarios”, dice Felix Ulloa, el vicepresidente en la revista Grand Continent.
Ya hay unos 300 venezolanos en el CECOT deportados desde EE. UU. bajo el acuerdo entre Bukele y Trump. Están acusados de ser integrantes de las maras o del grupo delincuente venezolano El Tren de Aragua, aunque las pruebas son, cuando menos, circunstanciales. Entre los detenidos se incluye al ciudadano estadounidense, de origen venezolano, Kilmar Abrego García, de 29 años, que fue deportado por error, según el Tribunal Supremo de EE.UU.
En el vídeo transmitido desde dentro de el CECOT por el Matt Gaetz Show, los presos gritan “¡Libertad!” y “¡Estamos secuestrados!” mientras se agarran a los barrotes. Algunos familiares han reconocido a sus seres queridos. Según insisten, son inocentes que, igual que Abrego García, llegaron a EE.UU. huyendo de la extorsión y las amenazas de muerte de los mismos pandilleros.
Guzmán hizo lo mismo. “Estuve en Oakland, California, y estuve allá en Maryland”. Pero, al igual que Gaetz, está convencido de que los deportados al CECOT son pandilleros y espera que lleguen muchos más. “Van a ser 50.000 y dicen que a la cárcel le van a poner otro nombre: CECOT- TRUMP”.