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JP Morgan, Bank of America y City Group son algunos de los involucrados.
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Las conversaciones, según fuentes, están en una fase inicial y conceptual.
Los bancos más grandes de Estados Unidos, incluyendo JPMorgan Chase, Bank of America, Citigroup y Wells Fargo, están en conversaciones iniciales para desarrollar una stablecoin conjunta, según fuentes familiarizadas con el asunto.
Este proyecto busca contrarrestar la creciente competencia de la industria de las criptomonedas, liderada por monedas estables como USDT, y posicionar a las instituciones tradicionales en un mercado en rápida evolución.
Las discusiones, aún en fase conceptual, involucran a entidades como Early Warning Services, operador de Zelle, y Clearing House, una red de pagos en tiempo real, reporta Wall Street Journal. Sin embargo, cualquier decisión final dependerá de la evolución legislativa sobre stablecoins y la demanda proyectada para este activo digital.
El interés de los principales bancos estadounidenses en emitir una stablecoin responde a la necesidad de adaptarse a un panorama financiero donde las criptomonedas ganan terreno. Bajo la presidencia de Donald Trump, se espera una mayor adopción de stablecoins, especialmente si grandes tecnológicas o minoristas ingresan al mercado, desviando depósitos y transacciones de los bancos tradicionales.
JP Morgan Chase, Bank of America, Citigroup y Wells Fargo son considerados actores con un control financiero significativo a nivel global debido a su enorme escala, influencia y rol central en el sistema económico. Estas instituciones gestionan billones de dólares en activos y suelen tener influencia en la toma de decisiones económicas y políticas.
En la siguiente imagen, tomada de la enciclopedia en línea, Wikipedia, se observa cómo estas entidades se encuentran entre los bancos más grandes del mundo:
Las entidades financieras valoran que las stablecoins permiten acelerar procesos como los pagos transfronterizos, que en el sistema bancario convencional pueden demorar días. Por ejemplo, una transferencia internacional que requiere múltiples intermediarios podría completarse en minutos usando redes descentralizadas, reduciendo costos y mejorando la eficiencia, lo que beneficia a los bancos.
Las stablecoins, conocidas como dólares digitales, son criptomonedas diseñadas para mantener un valor estable, generalmente vinculado uno a uno con monedas fíat como el dólar estadounidense, respaldadas por reservas de efectivo o activos líquidos como bonos del Tesoro.
Actualmente, el mercado de stablecoins está dominado por USDT (Tether), que cuenta con una capitalización de mercado superior a los 150.000 millones de dólares. USDT representa aproximadamente el 63% del mercado de stablecoins, siendo la principal opción para transacciones en exchanges de criptomonedas, almacenamiento de valor y pagos transfronterizos. Su dominancia se debe a su liquidez, amplia aceptación y facilidad de uso, aunque ha enfrentado críticas por falta de transparencia en sus reservas.
Esta gráfica de DefiLlama muestra el nivel de dominancia de USDT en el ecosistema de stablecoins:

¿Ley GENIUS favorecería el proyecto?
Sin embargo, las discusiones están en una etapa temprana, y los bancos enfrentan obstáculos como el escepticismo sobre la seguridad de las stablecoins y las implicaciones regulatorias de operar con activos digitales. Además, el marco legislativo en torno a las stablecoins sigue siendo incierto, aunque avances recientes sugieren un entorno más favorable.
El Senado estadounidense dio un paso adelante esta semana al superar un obstáculo de procedimiento en la Ley GENIUS, un proyecto que establece un marco regulatorio para la emisión de stablecoins por parte de bancos y entidades no bancarias.
Como reportó CriptoNoticias, la última versión de la ley incluye restricciones para que empresas no financieras emitan stablecoins, aunque no las prohíbe completamente, como buscaban los bancos.
Este desarrollo legislativo podría allanar el camino para el proyecto del consorcio bancario, aunque los bancos aún evalúan si la demanda será suficiente para justificar la inversión en una iniciativa como una stablecoin.

La intención de lanzar una stablecoin por parte de los principales bancos del mundo, marca un acercamiento entre las finanzas tradicionales y el ecosistema de las criptomonedas, un vínculo que parecía improbable hace apenas dos años tras una fuerte represión regulatoria por parte de las anteriores autoridades estadounidenses.
El hecho de que los gigantes bancarios puedan emitir su propia stablecoin refleja el reconocimiento de que las criptomonedas no son una moda pasajera, sino una tecnología con potencial para transformar los sistemas de pago.