
La Defensa Civil de la Franja de Gaza ha declarado hoy que las fuerzas israelíes han matado al menos a 59 personas que se habían congregado cerca de un centro de distribución de ayuda en el sur del territorio palestino gestionado por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), respaldada por Estados Unidos. El portavoz de esta organización palestina de primeros auxilios, Mahmoud Bassal, ha asegurado que más de 200 personas también resultaron heridas durante la concentración, entre ellas al menos 20 en estado crítico: “Los drones israelíes dispararon contra la gente. Unos minutos después, los tanques israelíes dispararon varios proyectiles (…), con el resultado de un gran número de mártires y heridos”, declaró.
Por otro lado, el ejército israelí ha reconocido tener “conocimiento de informes de varios heridos por disparos de sus tropas tras la aproximación de la multitud”, que, según su versión, se aglomeró en torno a un camión de ayuda humanitaria, cerca de donde se encontraban sus tropas. “Las tropas lamentan cualquier daño a personas no implicadas y trabajan para minimizarlo al máximo, al tiempo que mantienen la seguridad de nuestras fuerzas”, ha señalado el ejército en un comunicado, en el que también asegura que está investigando lo ocurrido
Un problema recurrente
Este incidente es el último de una serie de muertes masivas que en las últimas semanas se han producido casi a diario entre palestinos que acuden en busca de alimentos básicos a los centros de distribución operados por la GHF. Ayer, al menos 23 personas murieron por fuego israelí cuando se acercaban a un punto de reparto en Rafah, en el sur de Gaza. El ejército israelí no hizo comentarios sobre estos incidentes. En casos anteriores, reconoció que las tropas abrieron fuego, aunque culpó a milicianos palestinos de provocar la violencia.
Israel ha puesto la responsabilidad de distribuir gran parte de la ayuda que permite entrar en Gaza en manos de la GHF, que opera en zonas vigiladas por tropas israelíes. Sin embargo, Naciones Unidas ha rechazado el plan, afirmando que la distribución de la GHF es inadecuada, peligrosa y viola los principios de imparcialidad humanitaria.