
José María Aznar ha fijado una nueva tarea a la derecha española, a la derecha política, a la derecha social, a la derecha mediática y a la derecha administrativa que milita en el interior de los aparatos del Estado: llevar a Pedro Sánchez a la cárcel.
En el Madrid combatiente, Aznar sigue siendo el trueno que habla. La voz en lo alto que señala el camino. Mortificado como el capitán Ahab , el expresidente otea siempre el horizonte, siempre parece estar escudriñando lo extraordinario. Sigue cultivando una oratoria contundente y mantiene en vida la fundación FAES, todavía hoy el más eficiente laboratorio de ideas política en España.
En noviembre del 2023 dio la orden de insurrección general contra la ley de Amnistía. “El que pueda hablar que hable, el que pueda hacer que haga, el que pueda aportar que aporte, el que se pueda mover que se mueva”, dijo en un acto de FAES en el que estaba presente Alberto Núñez Feijóo . La consigna ha funcionado. Sus resultados están a la vista.
La frase se ha convertido en meme y en clave interpretativa. Siete manifestaciones en la ciudad de Madrid contra la amnistía bajo el patronazgo del Partido Popular. El intenso Noviembre Nacional de Vox, siguiendo la consigna aznariana. El que pueda hacer que haga. Movilización constante en la calle, en los medios de comunicación y en importantes instancias de los aparatos del Estado. Los resultados están a la vista. La ley de Amnistía quedó definitivamente aprobada por el Congreso el 20 de mayo del 2024 y acaba de ser validada por el Tribunal Constitucional en medio de un fenomenal zafarrancho. En poco más de dos meses, la situación política española ha cambiado de signo. Después del gran apagón de abril todo se ha precipitado.

José María Aznar durante la sesión inaugural del congreso del Partido Popular
El PSOE presenta un tremendo boquete. Su rocoso secretario de Organización, el hombre que fraguó el pacto con Carles Puigdemont en Bruselas, duerme estos días en la cárcel de Soto del Real acusado de dirigir una trama de corrupción desvelada por unas grabaciones de Koldo García , el antiguo confidente de la Guardia Civil que acabó formando parte del equipo del Peugeot de debía devolver a Sánchez a la secretaría general del PSOE en 2017. Aquel Peugeot se inspiró en Podemos: la revuelta de las bases contra los de arriba. Koldo estaba ahí,
Casi todo lo que podía estallar ha estallado y Sánchez ya se compara con el capitán de una nave en graves dificultades, para dotarse de un relato épico en su momento más difícil. Un capitán conradiano. Sánchez dice que no quiere ser Lord Jim , que abandonó a la deriva una nave repleta de peregrinos con destino a La Meca y lo lamentó durante toda su vida. Ayer perdió a otro de los tripulantes del Peugeot, Francisco Salazar . Del equipo inicial sólo Sánchez queda en pie. El relato, ahora sí, adquiere timbres de Joseph Conrad . Se aproximan las tinieblas.
Tras “el que pueda hacer que haga”, Aznar lanza otra consigna: castigar con dureza a Sánchez
Después del llamamiento a la insurrección contra la ley de Amnistía, Aznar dice ahora que Sánchez acabará en prisión. “Si negocias presupuestos en una prisión, te asocias con presidiarios y pactas una amnistía con delincuentes, no te extrañe acabar en la cárcel porque ese es tu ambiente”. La consigna está lanzada.
Aznar no pidió prisión para Felipe González después de haberle machacado con los GAL. González fue llamado a declarar ante el Tribunal Supremo en junio de 1998, en calidad de testigo, por el secuestro de Segundo Marey , y ahí acabó todo. La máquina se detuvo. Después de rectificar la política económica en los términos exigidos por Bruselas y Washington en mayo del 2010, José Luis Rodríguez Zapatero culminó tranquilamente su mandato y nadie le buscó las cosquillas. Nunca sabremos quien era M. Rajoy.
Aznar proclama ahora que Sánchez merece acabar en la cárcel. Este es el principal mensaje que surge del congreso del Partido Popular. Unos días antes, Núñez Feijóo propuso públicamente a Puigdemont poner el contador a cero. Provoca la caída del Gobierno y ya hablaremos. Atención al detalle. Aznar no ha dicho que Puigdemont deba ir a la cárcel. Ha hablado de Sánchez.
“Feijóo ante lo extraordinario”. Este es el título de una nota publicada el pasado lunes por la fundación FAES. Una nota muy bien escrita por Miguel Ángel Quintanilla Navarro que, en síntesis, le dice lo siguiente al presidente del Partido Popular. Aunque lo creas, aún no tienes la victoria asegurada. El antisanchismo no basta para ganar. Debes dotarte de un proyecto estratégico que interese a gente muy diversa y desborde a Vox, que es el último asidero de Sánchez. El PP debe tener un proyecto nacional perfectamente identificable en el que confluya la energía del descontento ante el súbito hundimiento de la reputación del PSOE reformado.
Bajo estas coordenadas, Aznar lanza la consigna “¡Sánchez a prisión!”. Supera esto, Abascal . El grito ya no es “¡Puigdemont a prisión!”. El mensaje es otro. Contador a cero y castigo para Sánchez, por haber traspasado lineas que nunca debía haber pisado. Castigo para Sánchez para poder resetear al PSOE y poner las bases de una política de concertación nacional ante los vientos que se avecinan en Europa. Aznar ha fijado una posición estratégica.
A partir de aquí, Feijóo puede parecer moderado, táctico, ambiguo, semi centrista; puede hablar de contadores y poner aire acondicionado a los canales de comunicación con Junts y el PNV.
Después del gran apagón de abril, todo se ha precipitado en España, tres meses para la historia
(Feijóo tuvo ayer el detalle de nombrar a su mentor, José Manuel Romay Beccaría , de 91 años, miembro de la ejecutiva del partido. Una escuela política basada en la quietud. Saber esperar el momento).