La industria de defensa española se encuentra en un momento constituyente (se está conformando una nueva era) y una de las empresas en posición de salida es Sapa Placencia. La compañía familiar vasca ocupa un lugar central en el tablero empresarial nacional actual gracias a haber sabido transformar un negocio centenario centrado en el armamento en una referencia tecnológica a nivel mundial.
Los responsables del panel de mando de Sapa es la familia Aperribay. En concreto, son los hermanos Jokin e Ibón, quienes lideran una compañía donde las decisiones se toman por consenso.
Jokin Aperribay (Deva, 1966), el pequeño de los hermanos, es un empresario que defiende por el mundo la tecnología ‘made in España’. O, mejor dicho, ‘made in Euskadi’. Sapa ha ido evolucionando con el paso de los años. Su primer gran hito se produjo en los años ochenta, con la entrada de España de la OTAN y un encargo muy concreto de la US Army: el mantenimiento de los carros M60.
Aperribay aparece en la dirección de Sapa en los noventa. Es entonces cuando la compañía asume que, más allá de trabajar para el Departamento de Defensa, es importante generar tecnología propia. Por ello crea la famosa transmisión de vehículos, hoy convertida en una referencia en el sector. Ese hito abre a los Aperribay las puertas del Pentágono. La clave de la patente de Sapa es que su transmisión mantiene la potencia del vehículo con un considerable ahorro de combustible. Eso le ha llevado a abrir una fábrica propia en Michigan y a optar a un importante contrato en EE.UU. que podría firmarse en los próximos meses. Nunca en la historia una compañía de defensa española había logrado un hito semejante. Bajo la batuta de los Aperribay, la firma vasca ha conseguido, por tanto, convertirse en la empresa de referencia –apenas tiene competidores- en tecnologías de movilidad. “El crecimiento de Sapa se fundamenta en la innovación tecnológica”, explica el propio Jokin Aperribay.
Es un jugador de equipo que compagina su labor industrial con la presidencia de la Real Sociedad
Muy comprometido con la Gipuzkoa en la que se crió, Jokin Aperribay es un directivo centrado en crear valor y muy consciente de que el país tiene que disponer de empresas abiertas y transformadoras. Su conocimiento industrial y tecnológico salta a la vista, destacan sus colaboradores. “La internacionalización de Sapa se basa en el conocimiento aplicado en nuestra metodología del día a día”, añade él. Lleva a gala el término discreción, pero esa reserva no le impide haberse ganado a pulso un nombre a nivel internacional.
El menor de los Aperribay compagina su labor en Sapa con otra responsabilidad importante en Indra. La sociedad dispone del 7,98% de las acciones de la compañía tractora española de defensa y el guipuzcoano forma parte de su consejo de administración, donde traslada esa faceta industrial y de creación de valor que le caracteriza. Fuentes de la compañía aseguran que las intervenciones de Jokin Aperribay en el consejo de Indra son escuchadas y tenidas en cuenta. La vocación de Sapa en Indra es a largo plazo.

Sapa está comprometida con la innovación y la mejora continua de la tecnología española. Por ello también ese reseñable su papel en Tess Defence, el consorcio dominado por Indra y en el que también participan GDELS-Santa Bárbara y Escribano, que ha alumbrado el nuevo 8X8 Dragón y que está ultimando un nuevo vehículo de apoyo sobre cadenas (VAC). La cultura empresarial de Jokin Aperribay es la del pacto. Un jugador de equipo, como demuestra también en su otra faceta, la deportiva.
La pasión de Jokin Aperribay más allá de su compañía es el fútbol. Desde el 2008 preside la Real Sociedad. En estos años se ha convertido en el mandatario más importante del equipo txuri urdin, clasificándose para los octavos de final de la Champions League. Un fijo en Anoeta los fines de semana de partido, Aparribay aspira a volver a pasear el nombre de Donosti por los mejores campos de Europa.
La máxima de Jokin Aperribay es “mezclar experiencia y juventud, tanto en Sapa como en el fútbol”, reconoce el ejecutivo vasco. Lo aprendió en casa y lo trasmite a su familia, primero, y después a su empresa.