
Una semana después de que la portavoz del PNV en el Congreso, Maribel Vaquero, señalase que la confianza de su formación en el Gobierno “va camino de la UCI”, el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, trató de calmar los ánimos en la formación jeltzale facilitando avances de calado en el cumplimiento del pacto de investidura, muy ligado a la cuestión del autogobierno. Tras reunirse en La Moncloa con el lehendakari, Imanol Pradales, el líder vasco pudo anunciar el inicio de los traspasos en torno a la gestión económica de la Seguridad Social, “tras 46 años de incumplimientos”.
Se trata de la competencia de mayor calado de entre las 25 que quedan por trasferir al Gobierno vasco en base al Estatuto de Gernika y se traduce, básicamente, en gestionar desde una ventanilla única vasca las atribuciones presentes de la Tesorería General de la Seguridad Social, aunque sin romper la caja única, de manera que los recursos económicos del sistema continuarían centralizados.
En un momento en el que el PNV necesita más que nunca justificar entre su electorado el apoyo a Sánchez, el lehendakari quiso resaltar que volvía de su visita a La Moncloa con un logro de calado. “La puerta de la gestión del régimen económico de la Seguridad Social ha permanecido cerrada a cal y canto con 46 candados. Uno por cada año de incumplimiento del Estatuto. Por fin se ha abierto, por fin se empieza a cumplir la Ley también en este ámbito”, indicó.
Pradales explicó que en la reunión se cerró la gestión desde Euskadi de las prestaciones no contributivas de la Seguridad Social relativas a las familiares y el subsidio por nacimiento, así como del Seguro Escolar. Pese a estos traspasos, el Gobierno vasco no logra cerrar el primer bloque relativo a la gestión de la Seguridad Social, el objetivo que se había marcado para la cita.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe al lehendakari Imanol Pradales, a su llegada a la reunión mantenida en La Moncloa.
Asimismo, el lehendakari cerró otros dos traspasos, Salvamento Marítimo y la gestión de la sede del Centro Nacional de Verificación de Maquinaria ubicada en Barakaldo, al tiempo que anunció la puesta en marcha de una subcomisión para estudiar el traspaso de la gestión de los aeropuertos de interés general situados en el País Vasco.
El lehendakari, por otro lado, anunció que el Gobierno español se ha comprometido a asumir “un calendario de inversiones en redes eléctricas que permita dar respuesta a las necesidades planteadas por la industria vasca” y señaló que ambos Ejecutivos han “encauzado la participación de la SEPI para hacer viable la operación del Consorcio vasco en Talgo, manteniendo así la actividad y el empleo en el País Vasco”.
En la rueda de prensa posterior a la reunión, Pradales evitó cualquier atisbo de triunfalismo. De hecho, dio un tirón de orejas al Gobierno por los “obstáculos” que encuentran a la hora de negociar los traspasos pactados. “Seguimos observando concepciones centralistas y centralizadoras”, al tiempo que pidió a Sánchez que ponga orden en el Ejecutivo.
El lehendakari también aludió a los casos de corrupción que asedian a Sánchez. “Es innegable la gravedad de los hechos, y también su afección directa a la confianza de la ciudadanía en la acción política e institucional. Recuperar la confianza de la ciudadanía es una prioridad absoluta”, indicó.

En todo caso, el lehendakari volvió a Ajuria Enea con un botín, en forma de traspasos, que sirve para calmar los ánimos en la formación jeltzale y que le permite afilar su perfil de conseguidor centrado en la gestión de los asuntos que atañen a Euskadi. Una razón de peso en un momento en el que la hipótesis de que la alternativa Sánchez es peor comenzada a verse como un argumento raído.