La producción española de coches caerá un 5% este año por la menor demanda

España reducirá su producción de vehículos en al menos un 5% en el año en curso, hasta los 2,25 millones de unidades fabricadas, según estimaciones de las principales automovilísticas que producen en España. Un dato negativo si se tiene en cuenta que antes de la pandemia se ensamblaban 2,8 millones de unidades y que solo la crisis de los microchips de 2021 y 2022 redujo la producción por debajo de esa cifra.

El país será uno de los principales perjudicados de una tendencia a la baja en la fabricación de coches que se extiende por los principales mercados, siendo China la única que se salva, entre otras razones por la fortaleza de su mercado interno. La asiática ya acapara un 30% de la producción mundial de automóviles.

La alta dependencia europea, a donde se exportan el 93% de los vehículos españoles, afecta

Europa en su conjunto reducirá su producción un 3%, según las últimas previsiones de S&P Global Mobility, muy afectada por los aranceles del 25% impuestos por EE.UU. Estas barreras supondrán que la producción mundial se reduzca en 1,5 millones de unidades, con un especial impacto en EE.UU., según explicó recientemente el presidente de la asociación de componentes para la automoción Sernauto, Francisco J. Riberas, y confirman los datos de las consultoras.

Pero España no pierde producción por esa razón en primer lugar. El principal impacto para la fabricación española es la caída de la demanda en los mercados europeos de los que España es cada vez más dependiente. De hecho, en el 2024, el 93,1% de las exportaciones de vehículos se han dirigido a Europa, tres puntos porcentuales más que en el 2023. Y en concreto, los cinco mercados fundamentales para España, que son Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y Turquía, acaparan casi tres cuartas partes de las exportaciones. Con estos números no es de extrañar que la caída de las matriculaciones en Francia, superior al 12%, y el estancamiento de mercados como Alemania o Italia, que no crecen más de un 2%, tenga un impacto muy negativo.

Pero además, la producción española sigue siendo en un 60% de vehículos de combustión (gasolina y diésel) mientras que las ventas de estos modelos se están desplomando entre un 20% y un 30% en estos mercados europeos hasta mayo, todo según las estadísticas tanto de Anfac, la asociación española de fabricantes de coches, como de su homóloga europea Acea.

La producción española sigue siendo en un 60% de vehículos de combustión

De hecho, las últimas cifras disponibles de Anfac hablan de un desplome de la fabricación del 9,7% hasta el mes de mayo, fruto de la menor demanda general y de vehículos de combustión en particular.

José López-Tafall, director general de Anfac, explicaba, en el último comunicado de producción de la asociación, que varias fábricas españolas “están en pleno proceso de adaptación hacia modelos electrificados”, lo que reduce su capacidad de producción. Pero además, la demanda aún escasa de estos vehículos tampoco justifica que se aceleren los planes de cambio de las líneas. “La producción no deja de ser un reflejo de la propia demanda; la todavía baja integración de los modelos electrificados en los mercados europeos limita el impulso de la transformación industrial¨, afirma.

Y si bien los aranceles de EE.UU. afectan menos a España porque ya no exporta vehículos allí, el presidente de Sernauto sí alertó de la derivada que suponen las tarifas para los componentes españoles. Estas empresas exportan a Francia componentes por valor de 3.840 millones y a Alemania, de 3.950 millones, piezas “que se ensamblan en vehículos que se exportan a EE.UU.” y cuyas ventas se reducirían con la caída de la exportación.

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