
Las cuentas de los grandes grupos europeos ya reflejan el impacto millonario de los aranceles de Donald Trump a los coches con destino a EE.UU. Tanto Volkswagen como Stellantis, los dos principales fabricantes del continente, han reconocido en sus cuentas costes relacionados con las tasas que suman 1.600 millones de euros solo en el segundo trimestre, advirtiendo que la cifra puede ir a más en los siguientes periodos a no ser que haya acuerdos. El cómputo total crecerá la próxima semana, cuando Mercedes y BMW detallen sus resultados.
El mayor grupo del Viejo Continente, el alemán Volkswagen, informó ayer de una caída del beneficio del 39%, hasta los 4.480 millones de euros, en el primer semestre. En ello han tenido un efecto notable los 1.300 millones de impacto en los que ha incurrido por los aranceles. Las tarifas entraron en vigor en el segundo trimestre y ya provocan un agujero en el balance de la dueña de Volkswagen, Seat, Audi o Škoda, que vio caer las ventas en Norteamérica un 16% “debido a los aranceles”. Llueve sobre mojado con partidas como los costes de la reestructuración en la que está inmersa, con otros 700 millones de euros. La previsión de retorno operativo sobre las ventas se recorta del 5,5% al 4% para este año. “No podemos asumir que la situación arancelaria es solo temporal”, dijo Oliver Blume, consejero delegado del grupo.
Volkswagen, con una repercusión de 1.300 millones, apunta que invertir en EE.UU. puede rebajar las tasas
El panorama no es todo de nubarrones. “Algunos de los peores problemas ya se han borrado”, señalaron los analistas de Citi. Blume explicó en la llamada con analistas para abordar los resultados que descuenta un acuerdo arancelario entre EE.UU. y la UE que lleve las tasas que soporta el motor del 27,5% al 15%, a lo que se sumaría un acuerdo propio por un compromiso de mayor inversión en EE.UU., que está negociando. Sobre la mesa ha puesto que se le reste un dólar de aranceles por cada euro extra invertido en tierras americanas. Tras conocerse esta posibilidad, las acciones del gigante alemán se dispararon y pasaron de caer más del 2% tras publicar las cuentas a ganar un 5%, cifra con la que cerró la sesión. Volkswagen señala que espera que a partir de ahora los aranceles pasen a cifras más manejables, de hasta el 10%, pero “hay una gran incertidumbre sobre la evolución futura, su impacto y sus posibles efectos recíprocos”. Los trajes a medida pueden añadir aún más distorsiones en el mercado, después del anuncio de un acuerdo que pone a los coches japoneses en niveles del 15%. La posibilidad de un acuerdo para los fabricantes europeos animó también en bolsa a Mercedes, BMW o Stellantis, con subidas cercanas al 3%.
Por ahora, las vicisitudes de Volkswagen se repiten en Stellantis. El fabricante con sede neerlandesa, y alma euroamericana, se ha anotado esta semana nada menos que 2.300 millones en pérdidas semestrales. La propietaria de Fiat, Peugeot, Citroën o Jeep cifró en 300 millones de euros el golpe arancelario. La incertidumbre de las decisiones de Trump, que hoy dice una cosa y mañana otra, incidió especialmente porque detuvo líneas en algunas de sus fábricas y las importaciones de coches a EE.UU. hasta que se despeje la incertidumbre. Lo peor está por llegar: de cara al segundo tramo del año espera un impacto arancelario “significativamente mayor”, que puede ser del doble o más. Es decir, de 600 millones para arriba si se mantienen las condiciones.
Stellantis cifra su perjuicio en 300 millones, pero lo podría duplicar en los próximos meses
Renault, otro de los fabricantes de referencia, está resguardado del frente arancelario al no estar en el mercado estadounidense. Pero no por ello escapa a las dificultades: la semana pasada lanzaba una advertencia sobre beneficios en el que esperaba menores ingresos y ventas por la atonía en el mercado de turismos europeo, su mercado principal. En su caso, aún sigue descabezada y en interinidad a la espera de encontrar un sustituto para Luca de Meo.
Los golpes por los aranceles no se circunscriben a las marcas europeas. En casa también se notan. General Motors, propietaria de Chevrolet, apuntó que los aranceles le cuestan 1.100 millones de dólares, unos 940 millones de euros al cambio. Sus previsiones son de irse a los 4.000-5.000 millones en el conjunto del año con las condiciones actuales: parte de su producción depende de México y Canadá, blancos de Trump. Por lo pronto, su beneficio semestral cae un 35%, hasta los 1.900 millones de dólares o 1.600 millones de euros. Hasta Tesla, capitaneada por el ex mejor amigo del republicano, Elon Musk, encaja un golpe de 250 millones de euros en el segundo trimestre, lo que contribuye a que caiga su beneficio caiga un 16%, a 1.000 millones.