El papel del talento joven en la transformación empresarial

Vivimos una época de cambios acelerados. Las transformaciones tecnológicas, sociales y culturales están a la orden del día, y muchas veces sentimos la necesidad de adaptarnos casi en tiempo real. En este contexto, incorporar talento joven no es solo una apuesta por el futuro, sino una necesidad presente para evolucionar y seguir aportando valor desde las organizaciones.

El talento joven no solo aporta energía e ideas frescas. También introduce nuevas formas de entender el trabajo, más colaborativas, flexibles y conectadas. Lo he comprobado de primera mano. Los jóvenes profesionales que se han ido incorporando al mercado laboral en los últimos años no solo se adaptan con rapidez a los cambios: los provocan. Cuestionan lo establecido con respeto, traen inquietudes relacionadas con la sostenibilidad, la ética empresarial o la diversidad, y no temen usar la tecnología como una herramienta natural para encontrar soluciones.

Jóvenes a la espera de una entrevista de trabajo.

Jóvenes a la espera de una entrevista de trabajo.

Mandic

Una de las grandes palancas de cambio que este talento ha sabido impulsar es el uso de la inteligencia artificial. No me refiero únicamente a aplicaciones complejas, sino a herramientas cotidianas que automatizan tareas, mejoran la toma de decisiones o permiten personalizar servicios. Muchas de estas soluciones ya están al alcance de cualquier empresa, y suele ser el equipo más joven quien lidera su implementación.

Como CEO, me siento afortunada de vivir esta etapa. He tenido la oportunidad de continuar una historia empresarial familiar, y mi mayor compromiso ha sido honrar ese legado sin quedarme anclada en él. El liderazgo joven no consiste en romper con lo anterior, sino en darle continuidad desde una mirada distinta, más conectada con el presente. En estos años hemos evolucionado hacia un modelo más abierto a la innovación, más flexible y también más consciente del entorno en el que operamos. Y ese cambio no ha sido solo mío: ha sido compartido e impulsado por todas las personas que formamos parte de Pinturas Blatem.

El liderazgo joven no consiste en romper con lo anterior, sino en darle continuidad desde una mirada distinta, más conectada con el presente

Transformar una compañía no se hace desde un despacho. Se hace escuchando, aprendiendo, rodeándote de personas mejores que tú en muchos aspectos. En ese sentido, el talento joven tiene un papel protagonista. No es un invitado temporal ni una promesa futura: es una realidad que ya está marcando el rumbo de muchas organizaciones.

Nuestra responsabilidad como líderes es crear las condiciones para que ese talento se exprese con libertad y con propósito. Eso implica cambiar estructuras rígidas, apostar por la formación continua, aceptar el error como parte del aprendizaje y fomentar entornos en los que cada persona pueda aportar lo mejor de sí.

El camino hacia una empresa más horizontal, más diversa, más tecnológicamente inteligente no sería posible sin la mirada joven que hemos sabido integrar. Y si algo he aprendido en este tiempo es que el futuro no se espera: se construye. Y el talento joven, sin duda, está en primera línea de esa construcción.

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