Pad thai rumbo a Groenlandia

En el puerto de la ciudad danesa de Arhus, la fragata Thetis se prepara para zarpar rumbo al Atlántico Norte. Tardará cuatro días en llegar a Groenlandia: es uno de los cuatro buques del comando danés del Ártico que tienen presencia constante en la mayor isla del mundo, rica en minerales, que el presidente de EE.UU., Donald Trump, aspira a conquistar.

Cuando llegue a Groenlandia, el Thetis estará dos años y medio rodeando la isla. Aunque está armado con cañones y otra artillería, no es un barco de combate, sino de patrulla. Desempeña tareas de vigilancia, apoyo a las autoridades locales y manutención de la soberanía en esta codiciada zona del mundo.

Es decir, enarbola la bandera danesa para dejar claro a todos los barcos que se encuentren por el camino que Groenlandia es un territorio autónomo del Reino de Dinamarca.

El ministro de Exteriores danés, Lars Lokke Rasmussen, no olvida las amenazas del presidente estadounidense, que no ha descartado el uso de fuerza militar o el chantaje comercial.

“Siempre he defendido que hay que tomarse a Trump en serio, pero no necesariamente al pie de la letra. Pero también me he dado cuenta de que estas dos cosas se acercan cada vez más en comparación con su primer mandato. Así que nos lo tomamos muy muy en serio”, responde, preguntado por un grupo de periodistas europeos.

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Festival-goers listen to Nervo performing at the Tomorrowland music festival in Boom, Belgium, Friday, July 18, 2025. (AP Photo/Omar Havana)

El tráfico en el Ártico está creciendo de forma dramática, con buques chinos y rusos, pero también turistas

Es lo que está haciendo Dinamarca, que ha puesto en marcha un plan de casi 2.000 millones de euros para aumentar la presencia militar en las regiones del Ártico y el Atlántico Norte y renovar la flota. Este verano, ha anunciado el Gobierno de Mette Frederiksen, habrá una mayor presencia militar en Groenlandia.

Aunque tradicionalmente se consideraba que esta región no tenía mucha tensión, el desafío geopolítico ruso y la invasión ucraniana, además de las intimidaciones trumpistas, están poniendo cada vez más el foco en la zona. “Estamos viendo que el tráfico en la región Ártica está creciendo de forma dramática. Durante el verano, los barcos pueden navegar en el noroeste, relativamente cerca de Rusia, y los rusos abren sus aguas para que los buques chinos, principalmente petroleros y de mercancías. Trump tiene razón al poner el Ártico en el radar”, sostiene el investigador Dennis Hansen a bordo del Thetis.

El Thetis, uno de los cuatro barcos del comando ártico danés con presencia constante en Groenlandia

El Thetis, uno de los cuatro barcos del comando ártico danés con presencia constante en Groenlandia

Anna Buj

En la fragata están acostumbrados a estas frías aguas. Es uno de los cuatro grandes buques daneses –hay otros más pequeños– diseñados específicamente para patrullar el Ártico, especializado en la difícil navegación en el hielo. Tiene 55 tripulantes, incluyendo tres cocineros, que se van rotando cada seis semanas para no permanecer demasiado tiempo en estas condiciones. Uno de ellos acaba de llegar de un conocido restaurante tailandés.

“Cuando estás dos semanas en la oscuridad y la tormenta, hay que alegrarse con la comida”, explica Peter, miembro del equipo de ingenieros daneses a bordo, que elogia su pad thai. La cocina es tan grande que podría pertenecer a cualquier restaurante.

En un paseo por sus cubiertas y camarotes se puede ver de todo, desde los enormes uniformes que utilizan para enfrentarse a las gélidas temperaturas hasta pósters decorativos que ilustran el ecosistema marino de estas aguas, todo tipo de ballenas o gambas. Hay gimnasio para mantenerse en forma, y el frío a bordo nunca es un problema. “A veces la calefacción es tan alta que pasamos calor”, apunta Kaare, otro de los tripulantes. Para que el tiempo pase más rápido, los tripulantes se llevan juegos de mesa, televisiones con series descargadas o incluso la PlayStation. La conexión wifi solo llega unas horas al día.

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Locals wearing a traditional clothing made of pearl collar and seal hides participate during the National Day in Nuuk, Greenland (AP Photo/Kwiyeon Ha)

“Nos lo tomamos muy muy en serio”, dice el ministro de Exteriores sobre las intenciones de EE.UU.

A todos los marines daneses les instruyen en la navegación en el Ártico durante su instrucción en la Armada. Saben que los meses más complicados son febrero y marzo, cuando pasar por la mayoría de zonas es imposible por la alta cantidad de hielo y tienen que quedarse en el sur de Groenlandia. Un 20% de los miembros del equipo del Thetis son mujeres: cada vez hay más interés entre las danesas por unirse al ejército, confirman en el buque. Desde el 1 de julio, Dinamarca ha ampliado el servicio militar a las mujeres: cuando cumplen 18 años, podrían tener que participar en un sorteo para determinar si deben o no servir en el ejército en el caso de que no haya suficientes voluntarios.

“Aquí les damos educación a la vez que un sueldo”, indica el ingeniero Peter. Practican con la artillería una vez por semana, aunque durante el camino no se encuentran solo barcos comerciales o pescadores, sino cada vez más turistas con ganas de descubrir esta zona recóndita del mundo. “Es más responsabilidad para el comando danés del Ártico, que tiene que velar por la seguridad”, comenta Hansen.

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