Hechos clave:
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La deuda en divisas fuertes es un obstáculo para los países en desarrollo, dijo Rouseff.
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Usar monedas locales reduce riesgos y facilita flujos de capital hacia proyectos sostenibles.
La presidenta del Banco de Desarrollo del bloque BRICS, Dilma Rousseff, no ha mencionado la palabra dólar ni una sola vez en sus discursos recientes, pero sí ha sido contundente al dejar claro que la entidad multilateral que congrega a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, debe marcar distancia con la moneda estadounidense.
No es algo nuevo si se toma en cuenta que en los últimos años ha aumentado la oposición al dólar estadounidense y el bloque de los BRICS se ha mostrado en esa línea. Esto en respuesta a las sanciones impuestas por el Grupo de los Siete (G7) o las economías de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos después de la invasión de Ucrania por parte de Moscú.
Como parte de ello, Rusia se ha visto impactada por las sanciones occidentales que utilizaron la moneda como arma, lo cual obligó a utilizar medios alternativos para los pagos internacionales.
Es por ello, que en una declaración reciente, la presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, Dilma Roussef, reafirmó su enfoque en deshacerse del dólar estadounidense. Esto, específicamente a favor de promover las monedas locales de los países de la alianza.
“Uno de los principales enfoques del Nuevo Banco de Desarrollo es aumentar el uso de monedas locales”, dijo Rousseff en la novena reunión anual del banco.
Para la presidenta del Banco, hay que “invertir en un futuro sostenible” y para hacerlo “se necesitan con urgencia cambios sistémicos, especialmente en la arquitectura financiera internacional”.
Adicionalmente en el discurso de Rousseff se pueden identificar varias partes que indican una clara intención de marcar distancia con el dólar estadounidense y resaltar la necesidad de diversificar las fuentes de financiamiento.
Rouseff criticó la deuda contraída por las principales economías del mundo y al respecto señaló la deuda que «el desajuste entre la deuda en moneda fuerte y los ingresos generados por los proyectos crea una barrera para la inversión soberana y no soberana en economías en desarrollo». Con ello denota que el uso de una moneda fuerte como el dólar complica la situación financiera de los países en desarrollo.
También Rousseff destacó que «cuando Estados Unidos enfrenta inflación, la política monetaria se utiliza para aumentar las tasas de interés, creando muchos problemas a las economías emergentes y en desarrollo». Con ello sugirió que las decisiones de política económica de Estados Unidos tienen repercusiones negativas para los países que conforman la alianza BRICS, así que de allí la necesidad de preferir mecanismos que eviten depender del dólar.
Las decisiones de la alianza de los BRICS también impactan en el dólar
En los últimos años, el rechazo al dólar estadounidense y a las políticas promovidas por las potencias tradicionales (América del Norte, Europa Occidental y Japón), ha marcado la agenda de los países miembros de los BRICS. De igual manera se han inclinado por la creación de una moneda propia que desafíe al dólar y sistemas de pago alternativos a SWIFT, la red que utilizan la mayoría de los bancos del mundo.
El llamado de distanciamiento al dólar aparentemente ha impactado en la moneda estadounidense. Según el Medidor de Dominio del Dólar del Atlantic Council, la participación de la moneda en las reservas globales se sitúa en sólo el 58% en 2024. Eso es un notable descenso teniendo en cuenta que era del 74% en 2002, un año después de que se formara el bloque BRICS.

Argelia manifestó que se unió al grupo, y sigue aumentando el número de países que desean unirse a la alianza BRICS. De hecho, Turquía solicitó unirse al grupo de economías emergentes, como lo señaló el portavoz del gobernante Partido Justicia y Desarrollo de este país, Omer Celik.
De esta manera Turquía se convierte en el primer miembro de la OTAN que desea unirse a la alianza. En 2023 el grupo aceptó la participación de Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes Unidos.