
Pronto hará tres años que la inteligencia artificial generativa está presente por todas partes. Empresas que no existían hace una década se han convertido en gigantes globales y el mostrador geopolítico se ha desplazado. Las guerras de hoy son, en gran parte, guerras con IA. Pero tras el ruido inicial y del hype , ha llegado el silencio. Los grandes modelos de lenguaje y las empresas de procesadores como Nvidia ya se han consolidado. Ahora, la batalla es otra: la rentabilidad y el progreso hacia el umbral de la inteligencia humana y más allá. Pero ¿dónde está aquella revolución que cambiaría nuestras vidas y nuestra sociedad? Ya está aquí, pero es una revolución silenciosa.
Lo hype ha sido un elemento esencial: ha servido para establecer estándares, atraer centenares de millones de usuarios, para captar talento y capital. Pero una vez conseguido ya no hace falta, entonces es cuando empieza la verdadera revolución, la revolución silenciosa. Es el proceso de adopción masiva de la tecnología. Las grandes empresas tecnológicas y las consultoras globales han reducido la contratación de perfiles júnior y han despedido decenas de miles de trabajadores. No por ninguna crisis, sino porque ya son mucho más eficientes gracias a la IA. Áreas como la generación de código o el procesamiento de documentos se han automatizado. Pronto veremos cómo la atención al cliente y las ventas siguen el mismo camino. Todos los grandes tienen prototipos funcionales; solo hay que saber quién será el primero. El cambio no se limita a las grandes corporaciones. Empresas más pequeñas, incluso locales, ya utilizan agentes de IA para automatizar tareas repetitivas. Muchas veces se trata de micro-automatizaciones: contratos, compliance , currículums, cadenas logísticas, automatizar burocracia médica, diagnósticos preliminares o exposés inmobiliarios. También proliferan chatbots especializados: Harvey en el sector legal, asistentes de apoyo al cliente con cross-selling incluido, e incluso aplicaciones dentro de la administración pública. Pocas empresas han desplegado IA en la interacción directa con clientes, pero este paso es inminente.
Evolución
Las diferencias de productividad y velocidad entre las empresas que han integrado IA y las que no se ensanchan de forma alarmante
Sin embargo, los incentivos de estas empresas no llevan al hype , no buscan captar capital, más bien lo contrario: si pueden conseguir que sus competidores sigan anclados en la vieja tecnología lo tienen más fácil para tener ventaja competitiva. Por eso pocas de estas nuevas prácticas son publicas, y cuando lo son, se hace en términos muy generales. Mientras tanto, las diferencias de productividad y velocidad entre las organizaciones que han integrado IA y las que no, se ensanchan de forma alarmante. Las líderes operan con niveles de calidad y eficiencia inalcanzables para las segundas. Y cuanto más tiempo pasa, más difícil es recuperar el tiempo perdido. Una vez la IA está integrada y el aprendizaje interno alcanzado, la evolución se acelera. Llegar tarde es asumir una curva de aprendizaje más costosa en un entorno más complejo. El próximo gran salto será la interacción entre agentes y personas, y entre agentes entre sí. La IA organización ya está aquí, es la revolución silenciosa.