China retira a 12 empresas estadounidenses de su lista de restricción a la exportación

El ministerio de Comercio de China ha anunciado este martes que levanta indefinidamente las restricciones de exportación de sus productos a una docena de empresas estadounidenses. En el caso de otras dieciséis firmas, la exención se prorroga durante noventa días, antes de ser revisada. Pekín saluda así la prórroga de 90 días del acuerdo arancelario alcanzado hace dos semanas en Estocolmo por los negociados chinos y estadounidenses. 

El presidente de EE.UU., Donald Trump, confirmó ayer lunes dicho extremo, evitando un regreso automático a aranceles de más del 100% para los productores de ambos países.  

El 4 de abril, el gobierno chino añadió 16 empresas estadounidenses vinculadas a la industria de Defensa, aeronáutica o aeroespacial a su lista de control de exportaciones, con la prohibición explícita de suministrarles componentes de doble uso civil y militar. Cinco días más tarde, añadió doce firmas más del sector tecnológico. 

Sin embargo, dichas restricciones fueron suspendidas el 14 de mayo, por un plazo de 90 días, después de que Donald Trump rebajara al 30% el gravamen estadounidense para los productos chinos, mientras Pekín se conformaba con un 10% para las mercancías estadounidenses. El plazo de la suspensión de controles para las 28 empresas estadounidense concluía hoy. 

Entre las doce que se libran definitivamente -o hasta nuevo aviso- están American Photonics, Novotech, Echodyne. Mientras que otras, más directamente ligadas a la industria armamentista, disfrutan de una prórroga de exención, revisable: Leidos, Gibbs & Cox, Aerkomm, General Dynamics Land Systems, General Atomics Aeronautical Systems, Group W, Shield AI, Sourcemap, Skydio, Red Six Solutions, Rapid Flight, Neros Technologies, HavocAI, AeroVironment, IP Video Market Info.

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Trump ha dado marcha atrás en la restricción de exportacíon de los chips H20, con prestaciones reducidas para el mercado chino, pero ahora es Pekín quien advierte contra su adquisición, vetándola a sus empresas públicas. 

Dado Ruvic / Reuters

De cualquier modo, los exportadores chinos aún deberán solicitar una autorización gubernamental para cualquier exportación de doble uso a dichas firmas, que será concedida caso por caso. 

La intromisión del Partido Comunista de China sorprende menos que la del gobierno de Washington. Efectivamente, Donald Trump anunció este fin de semana que el fabricante estadounidense de semiconductores para inteligencia artificial, Nvidia, deberá pagar a las arcas públicas un 15% de sus ingresos por exportaciones a China. Una cifra muy importante, puesto que estas ascendieron a 17.000 millones de dólares en 2024, de los cuales 12.000 millones, como mínimo, correspondían al chip HD20. 

La restricción de exportación a China de sus chip más avanzados -H100 o A100- dictada en su día por Joe Biden- se mantiene, aunque Donald Trump ha sugerido que podría ser negociable, si mediara una tasa “del 30% o del 50%”. Trump ya se mostró voluble al restringir la venta del HD20 -degradado específicamente para el mercado chino- para luego dar marcha atras. Sin embargo, ahora es China quien insta a sus empresas a abandonar dicho chip, especialmente en todo lo relacionado con la administración. 

A la fuerza ahorcan y ahora Donald Trump afirma que su relación con su homólogo Xi Jinping “es excelente” y que China pagar. Pero no fue su instinto empresarial sino las tierras raras  quienes decidieron limpiamente el pulso. El monopolio o semimonopolio de China en el procesamiento y exportación de varias tierras raras, imprescindibles para la industria de Defensa y las tecnologías verdes, obligaron en su días a los emisarios estadounidenses a volver a la mesa de negociación, quedando en agua de borrajas la amenaza trumpiana de aranceles del 145%. 

Esta es una baza con la que no cuenta India, que acaba de ver como su supuesto aliado norteamericano pasará a gravar sus productos con un arancel del 50%, frente al 30% de China o el 19% de Pakistán.  

Solo Brasil ha salido tan mal parado (50%) por la intercesión de Donald Trump a favor de su antiguo aliado, Jair Bolsonaro (sub iudice por sus planes golpistas, tras perder las elecciones de hace tres años). Trump hizo un llamamiento explícito, este lunes, para que China considere  “cuadriplicar” sus importaciones de soja estadounidense a fin de reducir su superávit comercial con Washington. Lo cierto es que en este caso el proteccionismo del presidente republicano ha dañado enormemente al sector agrícola estadounidense, que en 2017 suministraba el 35% de las importaciones chinas de soja. El año pasado ese porcentaje se había reducido al 21%. Y a día de hoy, no hay ni un solo cargamento pendiente de soja norteamericana con destino a China, debido a la incertidumbre arancelaria.

Mientras tanto, la Argentina de Javier Milei ha doblado sus exportaciones de soja a China, y Brasil -siempre en cabeza- las aumentó un 18% el mes pasado, situándolas en máximos históricos. Ayer mismo, una llamada telefónica del presidente Lula da Silva a su homólogo Xi Jinping ratificó que las relaciones entre ambos países están “en su mejor momento”. El presidente chino le echó un capote: “China apoya al pueblo brasileño en su defensa de la soberanía nacional y de sus derechos e intereses legítimos y llama a a todos los países a unirse de forma resuelta contra el unilateralismo y el proteccionismo”. 

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