Detienen a la exprimera dama surcoreana, acusada de corrupción

Kim Keon Hee, primera dama de Corea del Sur hasta hace unos meses, ya está entre rejas, como su marido Yoon Suk Yeol, que en diciembre pasado declaró la ley marcial por motivos espurios. El juzgado del distrito central de Seúl ha ordenado a última hora del martes el ingreso en prisión de Kim “para impedir la destrucción de pruebas”. La esposa del expresidente está acusada de aceptar sobornos, de manipulación electoral y de utilizar información privilegiada para obtener ganancias bursátiles, en el caso Deutsch Motors. 

Tal como hizo la semana pasada, Kim volvió a negar las acusaciones en su declaración de este martes, que se alargó durante cuatro horas, con un alegato final de cinco minutos. Diez horas más tarde el juez ordenó su detención, tras escuchar a sus abogados y a la comisión de investigación parlamentaria, que había solicitado la prisión preventiva. 

Kim es la primera exprimera dama coreana entre rejas, en el penal de Guro-Gu, al oeste de Seúl. Ella y Yoon Suk Yeol conforman, de hecho, la primera pareja que pasa del palacio presidencial a sus respectivas celdas (él, en una provincia vecina).

La misma residencia presidencial también fue en su día objeto de polémica. Un empresario coreano, apellidado Seo, habría reconocido haberle dado a la primera dama un reloj valorado en 31.000 euros. El mismo Seo habría actuado luego como conseguidor de una firma estadounidense que proponía perros guardianes robóticos para vigilar el jardín presidencial. La fase inicial de prueba, por unos módicos 13.000 euros anuales, se hizo realidad, pero el posterior “concurso a medida” de adquisición, por medio millón de euros anuales, fue finalmente anulado tras las revelaciones del diario Hankyoreh.

Asimismo, Kim fue filmada en su día aceptando un bolso Dior de más de dos mil euros de manos de un pastor evangélico. Este mismo fue quien grabó la escena. Luego habría obtenido otro, de más de diez mil euros. Sin embargo, en su segunda comparecencia, este martes, Kim Keon Hee lucía un bolso mucho más austero, con la palabra “Hope” (esperanza).

Amenaza parlamentaria

La ley marcial de Yoon habría impedido la comisión de investigación sobre su esposa 

Los partidarios de Yoon Suk Yeol vandalizaron este mismo juzgado hace varios meses, cuando el juez ordenó el ingresó en prisión preventiva de Yoon Suk Yeol -de la que luego salió- antes del veredicto final de destitución por el Constitucional. La primera dama no merece el mismo grado de adhesión que su marido entre el electorado más derechista, mientras provoca incluso más animadversión que el propio Yoon Suk Yeol entre los progresistas.

La comisión de investigación sobre Kim estuvo a punto de echar a andar ya el año pasado y la amenaza de que pudiera hacerlo habría podido catalizar la medida de excepción de Yoon Suk Yeol. El partido derechista con el que gobernaba Corea del Sur desde 2022 -y hasta hace pocos meses- no contaba ni siquiera entonces con mayoría en la Asamblea Nacional. 

Otra comisión de investigación, la semana pasada, no logró llevar al juzgado a Yoon Suk Yeol, pese a contar con una orden para ello, ya que la única forma de hacerlo habría sido empleando la fuerza física, ante su resistencia numantina a volver a comparecer. 

Aunque Yoon fue destituido formalmente de la presidencia en una decisión unánime del Tribunal Constitucional -tras unos meses agónicos- todavía debe ser juzgado por insurrección. Algo que podría acarrearle la pena de muerte, aunque la experiencia de los últimos años lleve a pensar que esto no sucederá y que la pena de cárcel, por dura que sea -incluso cadena perpetua- terminará algún día en amnistía. Como la que su antecesor, Mun Jae In, le concedió a la presidenta Park Geun Hye, hija del dictador Park Chung Hee.

Precisamente, la mayoría de bloqueo de la oposición habría sido otro de los detonantes para que Yoon declarara la ley marcial y mandara al ejército al Parlamento para clausurarlo a la fuerza. Algo que los comandos especiales no hicieron con suficiente diligencia-por qué, es debatible- como para impedir una sesión extraordinaria que suspendió la ley marcial a las pocas horas de su proclamación.

Rémoras de la guerra fría

Corea del Sur pasa página a su etapa de mayor polarización desde los ochenta

La valentía de los diputados de la oposición y de los miles de personas que acudieron a proteger el Parlamento -y que en las frías noches sucesivas se convirtieron en cientos de miles- desbarataron un guion desfasado, propio de la guerra fría. De hecho, Yoon leyó literalmente los mismos argumentos empleados por el último general que había proclamado la ley marcial en 1980, con la diferencia de que él era un civil y, además, exfiscal general del Estado.

Más allá de la división de los coreanos entre el norte comunista y el sur capitalista, en la propia Corea del Sur, el cainismo de su clase política ha llevado a que la mitad de sus jefes de Estado de los últimos cincuenta años hayan caído en desgracia, pagando con la vida o con la cárcel. El mismo presidente actual, Lee Jae Myung, estaría muy probablemente en prisión -en el mejor de los casos- si Yoon Suk Yeol se hubiera salido con la suya. De hecho, hay varios procedimientos judiciales en su contra que siguen abiertos y que en otras circunstancias le habrían apartado de la carrera presidencial, que Lee coronó hace un par de meses. 

Su primera recepción oficial a otro jefe de Estado, ayer lunes en Seúl, tuvo un alto contenido simbólico, al agasajar Lee al presidente de Vietnam, To Lam, a la postre secretario general del Partido Comunista de su país. Coreanos y vietnamitas conocen de primera mano el trauma de la división nacional, aunque ayer no hablaran de política, sino de negocios: el comercio bilateral va como una seda, con grandes inversiones de multinacionales coreanas en telefonía y automoción y nuevas posibilidades en infraestructuras ferroviarias y energéticas, centrales nucleares incluidas. 

Cabe decir que en los años sesenta y setenta, Corea del Sur mandó a cientos de miles de combatientes, teóricamente voluntarios, a “combatir el comunismo” en Vietnam, junto al ejército de EE.UU.. Muchos de estos veteranos, luego infantería de la extrema derecha coreana, han sido un pilar de las concentraciones de meses anteriores -relativamente reducidas- a favor de Yoon Suk Yeol, junto a iglesias evangélicas de matriz estadounidense. 

En un signo de distensión mucho más cercano, el pasado fin de semana Corea del Norte habría empezado a desmantelar los altavoces que transmiten propaganda, música y ruido al otro lado de la frontera, en respuesta a la retirada unilateral, un mes antes y en señal de buena voluntad, de los dispositivos surcoreanos que hacían otro tanto. Un juego de niños que se repite con interrupciones desde los años sesenta.

Para concluir, cabe señalar que la expareja presidencial ahora en la picota no tiene hijos, aunque sí seis perros y cinco gatos.

Regalos bajo sospecha

Amiga de Dior, Vacheron y Van Cleef

Un bolso Dior, un reloj suizo Vacheron Constantin, un collar de diamantes y otro de Van Cleef & Arpels -que lució en una cumbre de la OTAN en Madrid- son algunos de los artículos de lujo de origen discutido que llevan años poniendo en apuros a la exprimera dama surcoreana Kim Keon Hee. Estos y otros obsequios habrían sido entregados a la esposa del presidente por pastores evangélicos, chamanes, empresarios o constructores, presuntamente a cambio de adjudicaciones o de favores administrativos. Por ejemplo, para la Iglesia de la Reunificación. 

Kim lo negó todo y hasta dijo haber pagado el collar de su bolsillo en 2010. Sin embargo, la investigación concluyó que dicho diseño no salió al mercado hasta 2015. Este tipo de incoherencias y la posibilidad de destrucción de pruebas y de amaño de testimonios parecen haber determinado la prisión preventiva. En cualquier caso, Kim tendrá ocasión de defender su inocencia en breve, si bien como encartada y ante el juez. 

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