
El fin de una época pero no la última palabra del cartel de Sinaloa, una de las organizaciones del narcotráfico más brutales.
Ismael El Mayo Zambada, el discreto y largamente esquivo rey del narco, se declaró culpable ante un tribunal de Brooklyn de cargos federales por su papel en los violentos tratos ilegales que durante años inundado Estados Unidos con cocaína, heroína y otras sustancias, como el fentanilo.
Ismael Zambada fue traicionado y entregado a EE.UU. por uno de los hijos de su exsocio, el ‘Chapo’
Zambada aceptó declararse culpable a cambio de que los fiscales renunciaran a pedir la pena de muerte. “Reconozco el mucho daño que las drogas ilegales han hecho a la gente de Estados Unidos”, dijo en español. Pido disculpas y asumo mi responsabilidad”, añadió.
Los investigadores consideran que el cartel de Sinaloa pasó de ser una estructura local a convertirse en una gran organización internacional al mando del Mayo y de su socio, Joaquín El Chapo Guzmán Loera.
Entre los dos lideraban un colectivo altamente militarizado y sanguinario, con una fuerza de seguridad privada armada con equipos de mucho nivel y un grupo de sicarios o asesinos a sueldo que se dedicaban a matar, secuestrar y torturar.
El Chapo fue juzgado y sentenciado ante el mismo tribunal de Brooklyn en el 2019. Le cayó cadena perpetua, que cumple en un penal de alta seguridad en el estado de Colorado.
Zambada, de 77 años, fue objeto de persecución durante décadas y solo cayó por la traición de uno de los hijos del Chapo , Joaquín Guzmán López. Según los abogados de Zambada, el Chapito le secuestro y su avioneta aterrizó en Texas. Guzmán López se declaró culpable de tráfico de drogas y lo mismo hizo su hermano Ovidio.
Los dos máximos dirigentes de Sinaloa, que sigue operando a pesar de perder a sus líderes, el cartel más antiguo que ha tenido varias reencarnaciones, presentan personalidades opuestas. En el proceso judicial han quedado claras. El Chapo , famoso por sus fugas y su afán por ser protagonista de seriales, optó por acudir a juicio y mantener el perfil mediático. Por contra, siguiendo su recorrido, el Mayo prefirió pasar discretamente y dejar de ser noticia.
Zambada siempre fue visto como el negociador y el que hacía los pactos. Se le consideraba más involucrado en las actividades cotidianas que el más extravagante Guzmán. Eso le permitió disfrutar de un secretismo que le hizo mucho más difícil de detectar. Esto no supone que no se implicará en la violencia. No dudó en ordenar la muerte de un sobrino.