Von der Leyen mantiene la presión

Aun a riesgo de dilatar el proceso más de lo que le gustaría, Ursula von der Leyen mantiene la presión sobre los Veintisiete para asegurarse de que recibe la mejor lista posible de candidatos para diseñar el próximo colegio de comisarios europeos.

En los últimos días, la popular alemana, que en julio fue reelegida como presidenta de la Comisión Europea, ha arrancado esta semana concesiones relevantes a diferentes capitales para poder encajar mejor las piezas del puzle, un delicado reparto de carteras que encaje con las aspiraciones de los respectivos gobiernos y, a la vez, respete cierto equilibrio geográfico, político y de género, aunque este último punto está siendo especialmente arduo. “Si no se pide, no se consigue”, reivindicó esta semana en una breve rueda de prensa de rentrée . Pero añadió: “Mi primer criterio es la competencia” de los candidatos.

Ribera podría hacerse con la cartera de Competencia con vistas a impulsar la política industrial

Aunque varios países van a enviar a Bruselas a primeros espadas, como España con la vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, en la lista provisional de candidatos figuran perfiles menos sólidos, como el aspirante de Malta, Glenn Micallef, de 35 años, sin apenas experiencia política ni gestora. La preferencia de la presidenta de la Comisión sería que acordaran un segundo mandato a su actual comisaria y correligionaria, Helena Dalli.

En otros casos, el problema estriba en los perfiles en sí, de difícil encaje en los planes de Von der Leyen, y la falta de sintonía con algún candidato. El viernes, la persona designada por Eslovenia, Tomaž Vesel, expresidente del Tribunal de Cuentas, se retiró de la carrera alegando que no comparte la visión de la alemana “sobre cómo debería funcionar” y que desea que su país obtenga “una cartera fuerte e influyente”. Su Gobierno presentará otro candidato o candidata en breve.

Por lo pronto, hay diez nombres de mujeres sobre la mesa. In extremis, Bulgaria le ha dado a elegir entre dos candidatos, un hombre y una mujer. Bélgica ha presentado finalmente a su ministra de Exteriores, Hadja Lahbib. Y Rumanía ha cambiado por sorpresa a su candidato para presentar a la eurodiputada Roxana Mînzatu.

El secreto mejor guardado en Bruselas estos días es el reparto de carteras en la próxima Comisión. Hay señales de que se organizará en torno a cuatro vicepresidencias que reflejen el equilibrio político europeo, lo que llevaría a que, por primera vez, la derecha radical tenga un vicepresidente (Raffaele Fitto, de Hermanos de Italia, el partido de Giorgia Meloni).

En esa estructura, el Partido Socialista Europeo estará representado por Teresa Ribera, que no tendría responsabilidades en el área del clima y energía, su especialidad. El rumor de que podría asumir la codiciada cartera de Competencia, con responsabilidades sobre política industrial, circulaba desde hace varios días y el diario Financial Times ha confirmado que la idea está sobre la mesa de Von der Leyen. Aparte de que la CE tiene la última palabra sobre las grandes fusiones y adquisiciones europeas, en un contexto de transición energética, fiebre de ayudas públicas en Alemania y Francia y llamamientos a reforzar la política industrial europea, la cartera tendrá gran relevancia en los próximos años.

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