Humildando

Cómo estamos en relación a la humildad? En las escuelas de dirección de empresas hay muchos programas. Están los programas máster para jóvenes con un título universitario y quizás uno o dos años de prácticas empresariales. El programa máster dura casi dos años. Hay programas máster ejecutivo, para participantes que ya tienen alrededor de diez años de experiencia y el programa se hace en los fines de semana para que sea compatible con seguir trabajando en una empresa. Pero hay muchos programas más cortos sobre temas más especiales.

En todos los programas en las buenas escuelas de dirección de empresas, se organizan las sesiones de los programas para que los participantes puedan intervenir, uno haciendo una pregunta, varios respondiéndole y quizás discutiendo entre ellos o con la intervención de otros a las respuestas realizadas. En las mejores escuelas se utiliza el método del caso de empresas que han de tomar decisiones sobre los temas de la clase y esto lleva a discutir muy bien cómo llegar a las conclusiones y cómo diseñar un plan de acción para obtener buenos resultados.

La arrogancia cierra conexiones entre personas pero la humildad las abre

Muchas veces se trata de empresas conocidas con una excelente gestión aunque también se utilizan casos en los que no se aplicó una buena gestión y la empresa pasó a una situación difícil. Para poder ofrecer este tipo de clases los profesores han de tener experiencia práctica

En todas estas clases se pueden observar muchas características de los alumnos y de los profesores. Hay profesores humildes y otros que se ven como los que más saben del tema en el mundo. Los humildes facilitan la discusión en la clase, pueden exponer procesos que son los más adecuados aceptando que los aprendió trabajando en equipo. Un profesor humilde acepta preguntas y sabe encaminarlas.

Clase de universidad

Clase de universidad

MICIU / Europa Press

Recuerdo la extraordinaria humildad de un profesor de Harvard, el profesor más humilde que he tenido, que recibió más tarde el premio Nobel y esto lo llevó a incrementar su humildad. Iba a comer al comedor en el que había más alumnos, se preparaba su plato recogiendo cosas entre una gran cantidad de alternativas que se ofrecían, y se ponía en una mesa, con algún otro profesor, y al terminar llevaba sus platos y sus vasos al sitio donde un camarero los recogía.

Si en una escuela de dirección de empresas los profesores son humildes probablemente transmitirán este valor a los alumnos. La arrogancia cierra conexiones entre personas pero la humildad las abre y las mantiene. Esta humildad de algunos empresarios que hicieron cursos en los que me tocó ser profesor me ha facilitado hacerles posteriormente preguntas sobre temas en que tienen experiencia. Y cuando un antiguo alumno me explica con humildad un problema que está sufriendo me siento obligado a ayudarle como sea.

La salida de un país para negociaciones en otro requiere olvidarse del prestigio del país y hacer el esfuerzo de ser humilde. Seamos humildes.

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