La inflación sube al 2,9% anual en EE.UU. por el impacto de los aranceles en los precios

La inflación se recalentó el pasado agosto en Estados Unidos hasta llegar al 2,9% en el valor anualizado, a un ritmo más fuerte que en junio y julio, un reflejo cada vez más consistente de que la política arancelaria de Donald Trump repercute en los bolsillos de los propios ciudadanos estadounidenses.

Todo indica que la Reserva Federal ejecutará su plan de recortar los tipos de interés la próxima semana, con un 100% de seguridad para los analistas. Pero este dato de inflación si supone que la Fed adoptará un tono de cautela sobre su política monetaria de cara a los próximos meses.

Los economistas habían pronosticado que los precios subirían un 0,3% durante agosto, pero el incremento fue superior, del 0,4%, lo que significa el mayor encarecimiento en lo que va de año. Los precios subieron un 0,2% en julio.

La inflación subyacente, excluidos los elementos más volátiles, como alimentos y energía, también se incrementó el 0,3% en agosto y un 3,1% de un año al otro, un resultado idéntico al de julio. Entonces, como en junio, la inflación se quedó en el 2,7%.

Los inversores esperaban que la escalada de inflación no fuera excesiva porque una subida disparada de precios podía ser un jarro de agua fría en las intenciones de la Fed de recortar los tipos el día 17, el primer tijeretazo desde enero.

La debilidad del mercado laboral parece constatada, tras el decrecimiento de 13.000 ocupaciones en junio, algo que no ocurría desde diciembre del 2020, el mal dato de agosto, con tan solo 22.000 contrataciones, y la rebaja de cerca de un millón de puestos laborales en la revisión de abril del 2024 a marzo del 2025.

Estos elementos garantizan, sostienen los expertos, que la Fed entrará en acción. Incluso hubo analistas que pronosticaron tres recortes hasta final de año. Estos son los augurios que se pueden desmoronar con esta aceleración de los precios.

Hasta ahora, el banco central de Estados Unidos, cuyo objetivo es una inflación al 2%, ha optado por la actitud de la calma, de esperar y observar el impacto de los aranceles dentro del país, en el precio de los productos en los establecimientos.

Para eso ha dejado los tipos en la franja del 4,25%-4,50% desafiando la presión continua del presidente Trump, que ha amenazado con dar el finiquito al máximo responsable de la Fed, Jerome Powell. Incluso anunció el despido de la gobernadora Lisa Cook, ahora paralizado por la justicia, para intentar hacerse con el control de la Reserva Federal, institución independiente hasta la fecha.

Los principales incrementos a lo largo de agosto se produjeron en vivienda, con un 0,4% y un 0,5% en los alimentos, mientras que la energía se encareció un 0,7%, y la gasolina un 1,9%, desmintiendo la reiterada afirmación de Trump de que el combustible está en precios bajos de récord.

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