
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, cierra su estancia en Estados Unidos con una serie de reuniones de alto nivel con Donald Trump, con el que espera cerrar un acuerdo de cooperación en defensa y comercio. Es la primera vez que el líder turco visita la Casa Blanca en más de seis años, y tras un período de relaciones frías con la Administración Biden.
El encuentro entre ambos presidentes terminó sin acuerdo definitivo, pero con las bases para un futuro trato. “Ciertamente, es imposible resolver todos los problemas en un solo encuentro. Sin embargo, esta reunión ha permitido progresos significativos en muchos temas”, señaló Erdogan, según la transcripción difundida ayer por su oficina.
Erdogan regresa a la Casa Blanca tras seis años de ausencia y una etapa fría con la Administración Biden
Por su parte, Trump confía en que Turquía, miembro de la OTAN, aceptará su petición de dejar de comprar petróleo ruso. En los últimos años, Ankara ha diversificado sus fuentes de suministro energético, pero también se ha opuesto a las sanciones occidentales contra Moscú por su invasión de Ucrania, bajo el pretexto de que necesita equilibrar sus relaciones tanto con Rusia como con Kyiv. “Podríamos levantar las sanciones muy pronto, casi de inmediato si tenemos una buena reunión”, declaró Donald Trump.
Desde Moscú, el Kremlin subrayó ayer que la cooperación con Turquía continúa. Y aunque en el comunicado turco no se mencionó el petróleo, el ministro de Energía de Ankara anunció la firma de un memorando de entendimiento para la cooperación estratégica en energía nuclear civil.
A cambio de cortar lazos con Rusia, Trump ofrece a los turcos la oportunidad de comprar cazas F-16 y el levantamiento de restricciones para los F-35, aviones de combate norteamericanos muy avanzados y de los que dispone, entre otros países, Israel. Ankara insiste en que necesita reforzar su poder aéreo para hacer frente a lo que percibe como crecientes amenazas en Oriente Medio, el Mediterráneo oriental y el mar Negro, donde comparte frontera con Rusia y Ucrania.
Trump aseguró a la prensa, antes y después del encuentro, que podría levantar las sanciones impuestas en el 2020, durante su primer mandato, tras la compra por parte de Turquía de los sistemas antimisiles rusos S-400. Aquellas medidas también supusieron la expulsión de Ankara del programa de los F-35, del que era comprador, lo que obligó a los turcos a impulsar su propio avión de combate y a tantear alternativas como el Eurofighter Typhoon. “Creo que tendrá éxito en comprar lo que quiere comprar”, dijo Trump, sonriente, mientras describía a Erdogan como un “hombre muy duro” con el que mantiene una relación personal intacta
Erdogan, sin embargo, evitó cualquier referencia a los aviones o a las sanciones en sus declaraciones. Prefirió subrayar el “amplio intercambio” que mantuvo con Trump sobre la guerra de Israel en Gaza y las vías para la paz. Según dijo, ambos alcanzaron un entendimiento sobre cómo lograr un alto el fuego y una paz duradera en Palestina, e insistió en que la única salida viable pasa por una solución de dos estados.
Turquía, que ha sido uno de los críticos más contundentes de la ofensiva israelí, que califica de “genocidio”, ha pedido a países como Estados Unidos que pongan fin a su respaldo al gobierno de Beniamin Netanyahu