La Armada israelí abordó la Flotilla el miércoles por la noche y, en pocas horas, Italia se convirtió en un hervidero: protestas nocturnas en las principales ciudades, universidades ocupadas y un paro general que desafía al Gobierno de Giorgia Meloni para protestar contra Israel y contra el Ejecutivo italiano, que había lanzado duras acusaciones a los activistas que navegaban hacia Gaza.
El clima es muy tenso en Italia. El eslogan “lo paramos todo” está a punto de hacerse realidad: desde la noche del miércoles la policía rodea estaciones, puertos y aeropuertos. También ayer continuaron las marchas espontáneas y las ocupaciones de universidades. Ante el Coliseo de Roma se concentraron miles de personas convocadas por comités estudiantiles, en una sentada a la que se sumaron organizaciones y ciudadanos a título individual. El calendario de las movilizaciones sigue: hoy está previsto un paro general, convocado entre otros por CGIL, la principal central sindical del país. Una protesta que el Gobierno intenta impedir librando una batalla política y jurídica. Mientras que mañana se espera una gran manifestación, observada con cierto temor por los responsables del orden público.
En ningún otro país como en Italia se han generado movilizaciones por la Flotilla –iniciadas días antes de su interceptación por Israel– y a la masacre de Gaza, que se mezclan también con las protestas contra el Gobierno italiano, acusado de “complicidad” con los crímenes de Beniamin Netanyahu. Meloni sabe que esta oleada puede perjudicarla. “No soy estúpida, veo lo que está pasando”, dijo la semana pasada en Nueva York.
Ayer, Meloni pasó al contraataque, acusando a los miembros de la Flotilla y a sus simpatizantes de actuar contra el Gobierno italiano: “Sigo considerando que todo esto no aporta ningún beneficio al pueblo de Palestina. En cambio, me parece entender que traerá muchas molestias al pueblo italiano. El mismo pueblo italiano que es agradecido por los palestinos por el trabajo que estamos haciendo. Somos los que hemos evacuado a más personas para ser atendidas en nuestros hospitales, entre las primeras naciones del mundo en la entrega de ayuda”.
Meloni enciende la confrontación atacando a los sindicatos: “Quieren el fin de semana largo”
Más tarde, la primera ministra arremetió desde la cumbre europea de Copenhague contra los sindicatos: “Me habría esperado que sobre una cuestión así, los sindicatos no hubieran convocado una huelga general en viernes, porque el fin de semana largo y la revolución no van juntos”. Palabras que aumentaron la intensidad del choque. “Deje la porra y póngase a ejercer como presidenta del Consejo para este país”, reclamó la secretaria del Partido Demócrata, Elly Schlein.
Por su parte, el sindicato respondió con dureza: “Meloni nos ofende. No pensaba que un jefe de Gobierno pudiera caer tan bajo, dijo el secretario general de la CGIL, Maurizio Landini. En 1943, para decir no a la guerra, fueron los trabajadores y trabajadoras quienes utilizaron la herramienta de la huelga”.

Manifestantes bloquean el avance de los antidisturbios en Roma, este jueves
Y mientras Meloni ironizaba sobre los sindicatos, su vicepresidente, Matteo Salvini, también ministro de Transportes, anunció la intención de imponer servicios mínimos obligando a los trabajadores a presentarse en virtud de una norma que prevé un preaviso antes de parar los servicios públicos. El sindicato respondió confirmando el paro, desafiando de hecho al gobierno.
Pero la movilización es al mismo tiempo espontánea y organizada: desde hace días asociaciones, comités y movimientos a favor de los derechos de los palestinos habían advertido que, si se detenían las embarcaciones de la flotilla, la reacción sería inmediata. “Lo paramos todo”, advirtió un estibador de Génova en un vídeo que se volvió viral en las redes sociales.
Los activistas trataron de ocupar otra vez la pista del aeropuerto de Turín cortando la reja de seguridad
La lista de iniciativas de protesta se alarga cada hora: en Milán fue ocupada la Universidad Estatal, lo mismo en Véneto, Apulia, Toscana y Emilia-Romaña; en Turín, los activistas intentaron de nuevo ocupar la pista del aeropuerto, cortando la reja de seguridad antes de ser desalojados por la policía. Episodios puntuales que pueden volverse más frecuentes en las próximas horas, como se repite en las plazas pro Gaza, listas para “pararlo todo”.