Israel traslada al medio millar de activistas de la flotilla a una cárcel en el desierto del Neguev

Los más de 450 integrantes de la Flotilla Global Sumud han sido trasladados a la prisión israelí de Saharonim, cercana a la localidad de Ketziot, en el desierto del Neguev, tras ser interceptados y detenidos en altar mar mientras intentaban llegar a la franja de Gaza para entregar un cargamento de ayuda humanitaria.

Situada en el sur de Israel, cerca de la frontera con Egipto, “la cárcel se utilizó para detener a inmigrantes ilegales procedentes de países africanos como Sudán y Eritrea”, aseguró a La Vanguardia la abogada de la oenegé Adalah, Mais Abdallah, quien se encarga de representar a los activistas. “Supuestamente cerró en mayo del 2020 por el bajo número de detenidos”, precisa la letrada, quien añade que el penal “alberga tanto a prisioneros palestinos como a inmigrantes africanos”.

Abdallah denuncia que se han producido audiencias sin presencia de abogados y se muestra preocupada por las condiciones de los detenidos. Allí se encuentran al menos 65 tripulantes españoles de los que la embajada en Israel ha tenido noticia.

Según fuentes del Ministerio Exteriores español, “el cónsul de España en Tel Aviv ha tenido acceso al centro donde se encuentran los integrantes de la flotilla y ha podido estar en contacto con una parte del grupo de ciudadanos españoles”. Además, declaran que se seguirá prestando servicio diplomático “a todos los españoles y españolas” hasta que “estén todos y todas libres y de regreso a España”. La agencia Efe pudo confirmar, entre otros, la presencia de cuerpos consulares de Alemania, Francia, los Países Bajos, Jordania, Bahréin, Japón, Colombia y Chile.

El Gobierno israelí sostiene que, a pesar de que todas las embarcaciones menos una se encontraban en aguas internacionales, el asalto se produjo para evitar que los navíos “entraran de forma ilegal” en su territorio costero. Desde el 2007, Israel impone un bloqueo naval a Gaza que diversas organizaciones han intentado romper, sin éxito, a lo largo de los años.

La representante legal de la Flotilla denuncia que ha habido audiencias sin presencia de abogados

Los activistas apresados tienen la opción de firmar un documento para la deportación voluntaria del país (podría ser la elección de una parte significativa de ellos), mientras los que se nieguen serán expulsados de forma forzosa en un plazo de 72 horas a contar desde la detención. Los primeros en salir de Israel, ayer, fueron los cuatro diputados italianos de la expedición.

Se trata del mismo proceso que siguieron las autoridades israelíes el pasado junio, cuando el velero Madleen fue interceptado. Allí viajaban, entre otros, la activista Greta Thunberg y la eurodiputada francesa Rina Hassan, quienes no se enfrentan a penas, a pesar de su reincidencia, prometió Tel Aviv.

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Sin embargo, dentro del gabinete de Beniamin Netanyahu, hay quien demanda medidas más severas contra los miembros de la flotilla. El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, visitó el jueves por la noche el puerto de Ashdod, adonde llevaron a los detenidos antes de transportarlos a Saharonim. En un vídeo publicado en redes, el político de extrema derecha se dirige a un grupo de activistas, al que llama “terroristas”. “Estos son los terroristas de la flotilla”, dijo en hebreo señalando a decenas de personas sentadas en el suelo.

Una nueva flotilla de diez barcos que zarpó de Sicilia el 27 de septiembre se dirige hacia Gaza

Al mismo tiempo, Israel interceptó el último de los barcos del convoy, el Marinette, que se había rezagado y fue asaltado a 42 millas náuticas (79 kilómetros) de la costa gazatí. Tanto la tripulación como el navío fueron remolcados hasta el puerto de Ashdod.

Mientras tanto, una nueva flotilla está en marcha. Decenas de periodistas y profesionales médicos de 25 países partieron el pasado 27 de septiembre del puerto siciliano de Catania a bordo del Conscience, en una nueva misión de la Freedom Flotilla Coalition (FFC) que busca desafiar el bloqueo israelí con otros nueve barcos. El Conscience, que en mayo del 2025 fue bombardeado por Israel frente a la costa de Malta, vuelve ahora a navegar convertido en plataforma para médicos y reporteros decididos a llegar hasta sus colegas en el enclave palestino sitiado.

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