
¿Quiere elecciones el Cercle d’Economia?
La política de Pedro Sánchez y su Gobierno de normalizar las relaciones con Catalunya, que incluyen la amnistía, las promesas de mejora de la financiación y los pactos de gobernabilidad, le había granjeado un gran apoyo electoral en esta comunidad. También entre la burguesía catalana, aunque no este caso sin el voto. Primero fue Foment, la gran patronal, cuyo presidente, Josep Sánchez Llibre, porfió tras las elecciones de julio del 2023 en favor de un acuerdo de los socialistas con los independentistas de Junts, presididos por Carles Puigdemont.
El reconocimiento formal de ese nuevo clima llegó el año pasado, en este caso por boca del anterior presidente del Cercle d’Economia, Jaume Guardiola, quien en las jornadas de 2024 se dirigió a Sánchez en estos términos: “La normalización institucional está relacionada con tu acción de gobierno y queremos agradecértelo públicamente”. Fin de la equidistancia denunciada por Mariano Rajoy, el anterior jefe de gobierno.
Cabría preguntarse ahora si la posición de la burguesía barcelonesa ha cambiado. ¿Acaricia la idea de unas nuevas elecciones generales anticipadas? Si es por la evolución de sus cuentas de resultados y la coyuntura económica, las cosas le van más que bien. Pero hay otros ámbitos, como los impuestos, que ponen muy nerviosas a las elites de la economía. Hay fronda fiscal. En Barcelona, Madrid, París y Nueva York. El empresariado quiere pasar página.
El Cercle d’Economia que ahora preside Teresa García Milà, en un posible síntoma de que las circunstancias y los intereses moldean las posiciones, ha organizado el día 20 de este mes un debate sobre el sentido de seguir en el gobierno y no convocar elecciones tras tres años sin aprobar los Presupuestos generales del Estado. También sobre las consecuencias de prorrogar de nuevo las cuentas públicas, según apuntan fuentes de la entidad.
Los conferenciantes serán el nuevo vicesecretario general de Economía del PP, Alberto Nadal, exsecretario de Estado con Rajoy y Cristóbal Montoro como ministro de Hacienda y Jordi Sevilla, exministro socialista, del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, muy crítico con las políticas de Sánchez, que ya pidió elecciones cuando comenzaron las negociaciones de los socialistas con Puigdemont y próximo al expresidente socialista Felipe González. También está prevista la intervención de la presidenta de la Autoridad independiente de responsabilidad fiscal (Airef), Cristina Herrero, implacable analista de las cuentas públicas.
No tener Presupuestos también ha sido considerado problema decisivo que obligaría a convocar elecciones por el madrileño Círculo de empresarios, que preside Juan María Nin. El foro capitalino, siempre ha sido mucho más duro con Sánchez que el barcelonés; también más refractario a las reclamaciones catalanas de mejor financiación y normalización política.
Siguiendo esa trayectoria, el Cercle no se ha pronunciado directamente, en forma de nota de opinión pero parece haber abordado por la vía indirecta la misma perspectiva. En Barcelona muchos quieren ser optimistas y piensan que una nueva convocatoria electoral no desembocará automáticamente en una coalición de gobierno del PP con Vox, un auténtico problema en Catalunya. Algunos atisban una posible abstención de la ultraderecha en una investidura de Alberto Núñez Feijóo sin que los de Santiago Abascal entren en el Gobierno. Que se entregarán gratis. Pero en este ámbito, nada se entrega por amor al arte.