Bruselas quiere doblar su arancel al acero para alinearse con EE.UU.

La Comisión Europea se mueve para proteger al acero europeo. Salvo sorpresas, el Colegio de comisarios de Ursula von der Leyen aprobará este martes una propuesta para aumentar el arancel a las importaciones de acero al 50% –el doble del actual– y reducir drásticamente, casi a la mitad, las cuotas existentes del bloque para el acero extranjero. El objetivo es ayudar a la perjudicada industria comunitaria e igualar las barreras comerciales impuestas por la Administración estadounidense de Donald Trump, a la vez que plantar cara a la sobreproducción del mercado asiático y al acero barato proveniente de China.

Los planes fueron desvelados la semana pasada por el vicepresidente comunitario responsable de Industria, Stéphane Séjourné, que en un evento a puerta cerrada informó que la Comisión quiere poner en marcha un mecanismo a largo plazo que reducirá a casi la mitad las cuotas de acero extranjero que pueden entrar en el bloque comunitario.

El comisario de Comercio todavía aspira a alcanzar un acuerdo sobre el acero con la Casa Blanca

Según fuentes presentes en la reunión, Séjourné fue tajante al remarcar que, pese a que Europa sigue creyendo en un orden internacional donde el comercio se pueda regular, ya no quiere ser la única en aplicar unos principios que desoyen el resto de potencias internacionales. Por eso, avanzó que las importaciones que superen estas cuotas sufrirán un arancel más alto, similar al que ya aplican los socios estadounidenses y canadienses, que imponen aranceles del 50% con el objetivo de protegerse frente al acero asiático.

Actualmente la UE tiene un mecanismo temporal, que termina en junio del año que viene,que impone un arancel del 25% sobre las importaciones de acero una vez se han superado las cuotas de ese producto que pueden entrar en la UE. Ahora, según el vicepresidente comunitario, todo quedará reemplazado por este sistema a largo plazo, y que se revisará cada cinco años para evaluar la situación del mercado del acero mundial.

Con estas medidas la Comisión quiere ponerse del lado de las empresas siderúrgicas del continente después de que haya perdido setenta millones de toneladas de producción de acero en los últimos diez años, la mitad en los últimos tres, según datos del comisario de Comercio, Maros Sefcovic.

Bruselas alcanzó a finales de julio un polémico acuerdo de paz comercial con la Casa Blanca, pero en este pacto no estaba incluida una rebaja inmediata de los aranceles al acero que imponía EE.UU. Era una de las cuestiones pendientes que quedaban encima de la mesa, con los negociadores europeos explicando que quieren alcanzar una colaboración con EE.UU. porque sus industrias sufren el mismo problema, la sobreproducción mundial de acero.

Recientemente, Sefcovic y el representante comercial de EE.UU., Jamieson Greer, reiniciaron estas conversaciones. “Llegamos a la conclusión muy pronto en nuestras negociaciones a principios de primavera de que, en lo que respecta a la exportación de acero, no somos un problema el uno para el otro”, sostuvo el comisario eslovaco la semana pasada en un evento en el think tank Atlantic Council. “El problema –continuó– es que nuestros mercados han estado durante mucho tiempo demasiado abiertos, y el exceso de capacidad mundial de producción de acero ha crecido a un ritmo sin precedentes”, aseguró .

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