La Comisión Europea está analizando el resultado de una investigación de varios periódicos europeos –entre ellos el alemán Der Spiegel o el belga De Tijd – que delata una supuesta red de agentes de inteligencia formada por falsos diplomáticos que el polémico primer ministro húngaro, Viktor Orbán, habría utilizado durante años para investigar a las instituciones de la UE.
Todo habría comenzado hace una década, cuando comenzaron las tensiones entre el euroescéptico Orbán y Bruselas. Las acusaciones son especialmente graves porque apuntan directamente al actual representante de Hungría en el colegio de Comisarios de Ursula von der Leyen, el actual responsable de Salud y Bienestar animal Olivér Várhelyi.
Budapest llegó a tener seis agentes infiltrados, según los medios que han destapado la trama
La investigación señala que, Várhelyi, un hombre de la máxima confianza de Orbán que dirigía la embajada de Hungría ante la UE entre el 2015 y el 2019, no participaba directamente en las operaciones secretas, pero sí estaba al tanto de ellas y utilizaba los informes. Incluso habría viajado a Budapest en varias ocasiones para hacer presentaciones sobre asuntos comunitarios.
Según los medios citados, Budapest llegó a tener seis agentes infiltrados, llamados KHT-1, que se presentaban como asesores económicos o de relaciones con el Parlamento Europeo en la embajada húngara ante la UE, e intentaban reclutar a sus compatriotas que trabajan en las instituciones para lograr cualquier información sensible para Budapest.

La Comisión aseguró ayer que se toma muy seriamente estas acusaciones y que hace lo posible para proteger a su personal frente a este tipo de actividades para recabar datos inteligencia. Por eso, según el portavoz Balázs Ujvári, instituirán un grupo de trabajo interno para estudiar las alegaciones, de las que, puntualizó, la presienta Von der Leyen está ya informada. “No creo que tuviésemos este tipo de información en ése momento”, respondió Ujvári, preguntado por si habían saltado las alarmas cuando Várhelyi se sometió al habitual control de seguridad que deben superar los candidatos a comisarios.