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Propone bitcoin como activo estratégico, buscando promover la soberanía financiera.
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Para muchos, bitcoin es un activo para amigos y enemigos, libre de ideologías.
El Comité Noruego del Nobel anunció este 10 de octubre de 2025 que María Corina Machado, opositora política venezolana, fue la ganadora del Premio Nobel de la Paz. La institución le adscribió en su discurso una «incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo de Venezuela y su lucha para lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia en un «mundo donde la democracia está en retroceso».
La ceremonia de entrega del Premio, que se celebrará en diciembre de 2025, podría erigirse como un escenario donde bitcoin (BTC) tiene un pequeño papel.
Para Machado, Bitcoin evoca el oro de antaño, un refugio contra la arbitrariedad estatal, y representa todo lo que el metal precioso fue para generaciones anteriores. Como reportó CriptoNoticias, la político opositora propuso incorporar bitcoin como activo estratégico para reconstruir la economía de su país. Su ascenso al poder no fue exitoso, lo que impidió ejecutar su plan con la moenda descentralizada.
Dicha propuesta de bitcoin como refugio fue dada a conocer durante una conversación con el defensor de los Derechos Humanos, Alex Gladstein, en septiembre de 2024, y marcó un punto de inflexión en el debate financiero internacional sobre activos digitales en economías en crisis.
Actas y hashes brillan en la sombra
Para las elecciones presidenciales de Venezuela en 2024, Machado apoyó activamente la campaña del candidato Edmundo González. Lo hizo tras su inhabilitación política.
Posteriormente, el domingo 28 de julio de 2024, a la medianoche, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela anunció los resultados sin mostrar las actas electorales. Ante ello, Machado respondió con un sitio web propio en el que subió más de 24.000 actas electorales, imbricando la filosofía de la descentralización en un proceso de elecciones gubernamentales. Así, la oposición replicó la base de datos de un registro electoral que funciona de forma centralizada con todas las cédulas de los habilitados para votar (casi 22 millones de personas).
Las actas de Machado contenían un código hash. Este es un algoritmo matemático que transforma cualquier bloque arbitrario de datos en una nueva serie de caracteres con una longitud fija. Es el mismo que da soporte a la tecnología de Bitcoin y que hace a la red prácticamente invulnerable.
Entendida como el proceso de distribución y dispersión del poder de una autoridad central, la descentralización es uno de los pilares fundamentales que dio vida a la moneda digital creada en 2009 por Satoshi Nakamoto.

Las consecuencias políticas de su oposición
Machado y González enfrentaron una persecución tras la cual González se exilió en Madrid, mientras que la opositora optó por permanecer en Venezuela, viviendo en la clandestinidad.
Lo que el Comité Noruego consideró destacable fue su decisión de quedarse en el país: «A pesar de las graves amenazas contra su vida, permaneció en el país, una decisión que inspiró a millones de personas».
El trasfondo sociopolítico de María Corina Machado fue el de la crisis que ha afectado a Venezuela. Desde 2016, el país padece una hiperinflación persistente y devaluación de su moneda.
Aunque no hay registros de que se autodenomine bitcoiner, la política opositora exploró el potencial del criptoactivo como «dinero de la libertad», un medio vital frente a las políticas monetarias centralizadas, no solo de Venezuela, sino del mundo. Vale destacar que Bitcoin no posee bandos políticos, y que su diseño descentralizado es útil tanto para amigos como para enemigos.
Desde 2016, la inflación en Venezuela ha superado el 8.000%. “Los salarios han sido destruidos”, afirmó Machado durante su conversación con Gladstein, mientras enfatizaba el uso de bitcoin como una posible solución financiera para su país.

Bitcoin como símbolo de descentralización
En múltiples ocasiones, la comunidad se ha referido a bitcoin como un activo financiero libre de ideologías. Aunque esta idea sea imprecisa (y falsa desde algún punto de vista), ella surge principalmente de la idea de que su red distribuida y su oferta limitada (solo 21 millones de unidades) actúa como contraejemplo al dinero emitido por los gobiernos. También se dice que Bitcoin es un símbolo de la paz porque con él no pueden financiarse guerras mediante la impresión ilimitada de dinero fíat, lo que históricamente ha impulsado conflictos armados.
Esta noción ha sido popularizada por defensores de bitcoin como Adam Livingston, quien argumenta que el poder monetario equivale al poder político. «Cuando un gobierno puede crear dinero de la nada, puede ejercer violencia a un nivel que los ciudadanos nunca tolerarían si la factura les fuera presentada en forma de impuestos».
El autor, conferencista y bitcoiner habla de bitcoin como una «moneda sana» que separa el control estatal de la emisión monetaria, fomentando el ahorro, la innovación y una visión a largo plazo, en contraste con la inflación que desalienta la planificación y facilita «guerras secretas» financiadas por la devaluación.
Casos como la hiperinflación de Venezuela o la pérdida del 90% del valor del dólar desde 1913 ilustran las fallas del dinero fíat. Hoy, iniciativas como la Reserva Estratégica de Bitcoin para los Estados reflejan su rol como herramienta contra la inflación y para la estabilidad geopolítica.