
El mes de octubre de 2025 lleva años señalado en el calendario de Microsoft y sus clientes como el mes en el que la multinacional estadounidense dejaría de proporcionar soporte oficial al sistema operativo Windows 10 que lanzó al mercado en julio de 2015 y que ya dejó de vender en enero de 2023.
Una vez que un sistema operativo llega al final de su vida útil las vulnerabilidades de seguridad no resueltas permanecen sin arreglar dejando a los usuarios expuestos a errores del sistema y sobre todo al riesgo de ciber ataques. “Es como si tienes un coche y te dicen que te quedas sin mantenimiento y sin piezas de repuesto excepto alguna como el motor. El riesgo de seguir circulando está claro”, explica Eusebio Nieva, director técnico para España y Portugal de la compañía de ciberseguridad Check Point.
Ese apagón llegará mañana sin que una gran mayoría de clientes hayan hecho los deberes impuestos por Microsoft, es decir, actualizar sus equipos con Windows 11, sistema que salió al mercado en octubre de 2021.
Fuentes del sector tecnológico calculan en que en España alrededor de tres millones de ordenadores de empresas quedarán desprotegidos.
La página de estadísticas de referencia para el sector, Statcounter, ofrece el dato de que 48,78% de los ordenadores de sobremesa ( privados y de empresas) todavía funcionan con Windows 10.
La situación en el resto del mundo es peor. La compañía propietaria del antivirus Kaspersky asegura, con datos también de septiembre, que “más de la mitad de los usuarios generales y casi el 60 % de los usuarios corporativos utilizan actualmente Windows 10 y solo el 33 % de la audiencia ya ha actualizado sus dispositivos a la última versión del sistema operativo”. Esto podrían significar que alrededor de 650 millones de usuarios en todo el mundo quedarán mañana desprotegidos. Desde Microsoft España acotan el impacto. “Las grandes corporaciones no están en esa situación”, aseguran.
Las organizaciones de consumidores han conseguido un año de margen para los clientes particulares
Diversos motivos han frenando al actualización que exige Microsotf. Entre ellos, el celo a la intimidad. Windows 11 establece como requisito necesario para su configuración un correo electrónico de Microsoft y una conexión a Internet, algo que no era necesario en Windows 10. Otro, que la mayoría de los ordenadores comprados antes de 2017 no tienen las condiciones técnicas para la actualización y la actualización requiere no solo pagar la nueva licencia sino también adquirir un nuevo ordenador.
Las asociaciones de consumidores han atribuido esta decisión de Windows a intereses económicos que buscan incrementar su base de usuarios de los productos que necesariamente necesitan conexión online como son, entre otros, su nuevo sistema operativo y su IA Copilot, ahora.
Sus presiones han dado fruto y en Europa, la compañía ha decidido ampliar un año el servicio de actualización de soporte para usuarios privados un año más.
Las empresas no han tenido tanta suerte. Si sus ordenadores son compatibles con Windows 11 tienen la opción de ampliar las actualizaciones con un cuota creciente que según los expertos en el sector no es una alternativa para mantenerse en Windows 10 por lo caro que sale. Si el ordenador fue comprado antes de 2017 es casi seguro que ni podrán planteárselo porque el cambio de dispositivo antes o después deberá producirse.
“La ciberseguridad es un problema que cada vez preocupa más a las empresas y tener los sistemas informáticos actualizados es clave para evitar brechas por las que se puedan colar los ataques. Pero hay muchas medianas y pequeñas que no tienen ni la sensibilidad ni la capacidad financiera para abordar el cambio de todos sus equipos. Porque hay que destacar que un único equipo obsoleto puede ser la puerta de entrada de un ataque”, advierte Nieva.
Dado el volumen de mercado que queda expuesto, compañías como Checkpoin y similares están ofreciendo una solución temporal que pasa por “ofrecer parches de seguridad para todas las brechas que se encuentren mientras migran sus equipos, que es lo único que ofrece seguridad”, asegura.
Casi la mitad de los ordenadores del mundo tienen Windows 10 pese al fin de las actualizaciones
Las grandes firmas de telecomunicaciones del país también llevan meses informando a sus clientes del riesgo al que se enfrentan a partir de mañana. El área de B2B de Telefónica ha puesto en marcha una estrategia para ayudar a las empresas a adaptarse a Windows 11 sin perder continuidad en sus negocios. La compañía, socia de Microsoft para instalación de IA en el mundo empresarial, ofrece servicios de acompañamiento en la transición pero también garantiza parches de seguridad temporales. Además, Telefónica complementa sus servicios a empresas como proveedor de ordenadores, y para esta ocasión tiene programas específicos que facilitan la actualización de equipos.